La decisión de convocar al referéndum aprobatorio del texto constitucional aprobado en Oruro, fue adoptada por el Presidente Evo Morales, luego de una reunión que sostuvo el 25 de agosto en el hotel Plaza San Martín de Tegucigalpa con su colega venezolano Hugo Chávez.
La información en si no resulta sorprendente ya que no sería la primera vez que Chávez influye decisivamente en el ánimo del presidente boliviano. Lo novedoso es que Chávez le habría aconsejado también que tienda algunos puentes de entendimiento sobre el tema de las autonomías aunque sin ceder en lo esencial, es decir el control de los recursos y la tierra, aspectos que debieran seguir bajo férreo control central.
Según los consejos que habría dado Chavéz a Morales, lo medular de la nueva Constitución Política del Estado es la reelección presidencial inmediata y continua, por que no solo se trata de tener una nueva Carta Magna sino también de quien la aplica.
Una nueva Constitución sin Evo Morales no tardaría mucho en ser nuevamente reformada, de acuerdo al criterio que habría expresado el presidente venezolano.
YA NO MÁS HELICÓPTEROS
Durante la misma reunión que sostuvieron en oportunidad de oficializarse la adhesión de Honduras al ALBA, a pesar de los esfuerzos que hizo Evo Morales, no pudo conseguir que su sempiterno aliado le vuelva a prestar dos helicópteros que mucho los necesitará en vista al nuevo referéndum del 7 de diciembre próximo.
Pero no se trató de mala voluntad. Lo que ocurre es que la muerte de cuatro pilotos venezolanos cuando se estrelló uno de los dos helicópteros que prestó Chávez a Morales, impacto fuertemente a la oficialidad de ese país y al parecer el presidente Chávez no quiere buscarle tres patas al gato.
Sin embargo estaría dispuesto a canalizar recursos por el orden de 25 millones de dólares para la adquisición de dos helicópteros de fabricación rusa o francesa. Norteamericanos abstenerse.
El presidente Morales está dispuesto a acelerar esta operación más aún luego de que la pasó de figurillas en el norte amazónico del país donde tuvo que llegar hasta el Brasil para reabastecer de combustible al viejo y leal Lama de la FAB.