Comparaciones absurdas

Definitivamente Chávez no es como Bolívar, ni Morales como Mandela, ni siquiera como Tupak Katari…

Correo del Sur

Rodolfo Mier Luzio



A quienes les falta personalidad y no se ubican en el contexto de la historia, o viven con un entorno de obsecuentes halagadores y por supuesto, les sobra delirio de grandeza y un ego en superlativo, tienen la permanente tentación de compararse con personajes que han pasado a la historia precisamente por haber hecho todo lo contrario de lo que pregonan.

Por ejemplo, el coronel Chávez, Presidente de Venezuela, está convencido que sigue los pasos de Simón Bolívar a pie juntillas; por lo tanto, no tiene el menor empacho de compararse con el Libertador, con la grandeza de sus actos y con la sabiduría de sus pensamientos. ¡¡Nada más ridículo!!, conociéndolo, como lo conocemos.

En qué pueden compararse las tonterías del Presidente de la República «Bolivariana» de Venezuela con lo dicho por Bolívar, cuando expresaba: «La suerte de Venezuela no me puede ser indiferente, ni aún después de muerto…». Eso es lo que el Presidente de Venezuela, tiene que tomar en cuenta, el juicio de la historia será implacable y el pensamiento de Bolívar, que no puede ni debe ser tergiversado, su mayor acusador. Bolívar decía sabiamente: «La mejor política es la rectitud…» y esa práctica no es la de Chávez, por el comportamiento sinuoso que siempre ha demostrado, tanto en su país, como con los que él llama sus «aliados bolivarianos». Por lo tanto, cualquier comparación, no tiene sentido alguno.

Lamentablemente, siguiendo el ejemplo de Chávez, don Evo Morales, ni se sonrojó cuando se comparó con Nelson Mandela, a quien incluso minimizó aseverando que él había obtenido más votos, en el último referéndum revocatorio, que el mismo líder sudafricano. Lo que no dijo, sin embargo, es que Mandela no puso en práctica un inmenso aparato de fraude y el sufragio del pueblo de Mandela, fue consciente y limpio. Además, La figura legendaria del apartheid, supo gobernar con inteligencia, y sobre todo, con justicia. Él expresó con vehemencia ante la Suprema Corte que lo condenó a cadena perpetua: «…He peleado contra la dominación blanca, y he peleado contra la dominación negra. He buscado el ideal de una sociedad libre y democrática, en la que todas las personas vivan juntas en armonía e igualdad de oportunidades…es un ideal por el cual estoy preparado para morir…». Mandela, es por lo tanto, un símbolo de la libertad. Y armonía y libertad son las palabras que Morales no conoce o las tergiversa.

Cómo atreverse a realizar comparaciones absurdas. Definitivamente Chávez no es como Bolívar, ni Morales como Mandela, ni siquiera como Tupak Katari, cuyo ideal era volver y ser millones, pero no millones de clonados, inexistentes ciudadanos o muertos vivientes que sólo sirvieron para asistir al referéndum revocatorio para favorecer a un presidente que sólo sembró odio y logró dividir un país que vivía pacíficamente y en democracia, sin un terrorismo de Estado que está embarcando a nuestro país a una peligrosa confrontación.

Es necesario que dejen en paz a los muertos, que a los vivos ya nos tienen hartos.

Por lo menos…esa es mi opinión.