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Giusto Catania
Está en el país una misión de diputados del Parlamento Europeo. Llegaron para observar y analizar la crisis política en Bolivia y contribuir al dialogo y la pacificación del país, eso dice el informe oficial.
Los parlamentarios representan a diversas corrientes políticas y dentro de este pluralismo se reunirán con las autoridades del gobierno y el MAS y también con la oposición y representantes de instituciones de Derechos Humanos, Iglesia Católica, organizaciones sociales y afines.
Bienvenidas las misiones internacionales al país, hoy convertido en un fenómeno político digno de análisis, por el despelote interno generado desde el propio gobierno y sus "movimientos sociales", claro que esto no lo saben los de afuera.
El tema es que esta misión esta integrada en su mayoría por diputados de la izquierda europea, varios de los cuales vienen con preconceptos y prejuicios acerca del país.
Estos diputados "progresistas de izquierda" piensan más o menos así:
Evo, líder indígena, bueno y honesto, apoyado por el 70 por ciento de pobres y marginados de Bolivia. Son los buenos. La oposición, prefectos, cívicos, medialuna, son racistas, oligarcas, separatistas y quieren derrocar al gobierno de Evo. Son los malos.
Algunos son muy amigos de Evo y los cocaleros, varias veces visitaron el país. Es el caso del italiano Giusto Catania del Partido de la Refundación Comunista, que estuvo cuatro veces en Bolivia y participó como observador en el referendo revocatorio del 10 de agosto. En esa oportunidad aseguró que no vio absolutamente nada irregular, el fraude no existió.
Catania es tan cercano al gobierno de Evo, que los parlamentarios del MAS y los cocaleros, lo consideran un representante no oficial ante el Parlamento Europeo, en el tema de la lucha por la despenalización de la hoja de coca. De hecho este diputado italiano aboga por la legalización de las drogas en el mundo.
Catania ha presentado varios informes a favor de la hoja de coca para que sea sacada de la lista de sustancias controladas establecida por la Convención de Viena. Pese a su empeño diligente y oficioso, hasta ahora sus gestiones no han prosperado entre sus pares del parlamento europeo.
Raúl Romeva y Willy Meyer, el primero del Grupo de los Verdes y el segundo de la Izquierda Unida de España, previo a su llegada al país, recibieron una especie de "lavado cerebral" del embajador de Bolivia en Bélgica, Christián Inchauste. Es más, hasta arribaron en compañía del diplomático.
Romeva, que ha trabajado en la crisis de los Balcanes y en conflictos en el continente africano, se anticipó a decir que hay que respaldar al gobierno boliviano, "porque si hubo un intento de insurrección política y de golpe de estado" y Meyer tiene una mirada parecida en este tema.
En los días que estarán en el país, los eurodiputados hablarán con todos, gobierno y oposición, pero algunos escucharan solo aquello que quieren oír, así que ¡no hacerse ilusiones!