Los ecuatorianos pasan examen al “Socialismo del siglo XXI”

Los ecuatorianos votan la Constitución de Correa que promueve el socialismo del siglo XXI”

Las encuestas pronostican un cómodo triunfo del sí que promueve el presidente.

        Joaquim Ibarz. Quito/Ecuador (enviado especial de La Vanguardia)



Por cuarta vez en dos años, los ecuatorianos acuden a las urnas para ratificar o rechazar una nueva Constitución que permitiría al presidente Rafael Correa concentrar todo el poder y permanecer en la jefatura del Estado hasta 2017. El referéndum de hoy se interpreta como un plebiscito sobre la gestión de un líder temperamental, populista y popular, que seduce a los pobres (más del 50% de la población), preocupa a los empresarios y asusta a los ricos, a quienes con mordacidad llama "pelucones".

Alimentado por un electorado sediento de cambios y reforzado por la alta popularidad de Correa, el voto afirmativo a la Constitución alcanzaría el 55% de los sufragios, según la encuestadora Cedatos-Gallup y el 57 % según Consultora Santiago Pérez. La mayor incógnita reside en la votación en la ciudad portuaria de Guayaquil, donde podría triunfar el no, nlo que supondría un fuerte revés moral para el presidente Ernesto Correa.

Correa ha llegado a tener una popularidad del 70% gracias a su discurso retórico, a promesas de mejoras y a una política de subsidios y bonos, amparada en el alza de los precios del petróleo, principal ingreso del país. Con un sólido liderazgo nacional y una oposición casi inexistente, atomizada, sin discurso político y carente de dirigentes con credibilidad, Correa ha impuesto el estilo C en menos de dos años de gobierno: carisma, cambio y confrontación con prensa, multinacionales, Estados Unidos y empresarios.

Para Correa, la nueva Constitución es la hoja de ruta para el cambio estructural, que sustituye el libre mercado “por un modelo social y solidario”. El presidente reitera que el texto a votación, que otorga al Estado un mayor control en sectores estratégicos, como el petrolero, agropecuario, minería, telecomunicaciones, recursos naturales no renovables, transporte, biodiversidad, patrimonio genético y espectro radioeléctrico, será la piedra angular para poner fin "a la larga noche neoliberal", culpable, según él, de haber sumido al país en una crisis permanente.

"Es la última oportunidad de un cambio pacífico en Ecuador para cambiar una historia de injusticia y desigualdad", afirma Correa. Pero el analista Francisco Rocha señala a “La Vanguardia” que el texto reconoce tantos derechos que será imposible cumplir con ellos sin provocar un abultado déficit fiscal.

Impulsor del llamado "socialismo del siglo XXI", el presidente ecuatoriano es acusado de seguir la vía autocrática que marca su mentor venezolano Hugo Chávez. Los críticos de Correa advierten que el carácter estatista de la reforma minará la inversión privada, ampliará sin límite los poderes del presidente y generará un gasto social insostenible para la pequeña economía del país.

Para Diego Ordóñez, de Unión Demócrata Cristiana, el proyecto constitucional es una “barbaridad” que linda con bases “dictatoriales”. Vladimiro Alvarez, ex candidato derechista a la presidencia, califica a Correa de "populista, intolerante, con espíritu totalitario”.

La Iglesia llama desde los púlpitos a rechazar la propuesta por considerar que abre la puerta al aborto y al matrimonio homosexual.

El texto constitucional se presta a fáciles comparaciones con el  que Chávez impuso en Venezuela, en especial en lo referente al régimen de propiedad e intervención estatal de la economía, control de sectores estratégicos, medios de comunicación y régimen de transición.

Asesores españoles para Correa

El texto que aprobó la Asamblea lo cambió sustancialmente Correa a espaldas de los constituyentes. “El Comercio” calificó de “chapuza inaceptable” que tres asesores españoles, que colaboraron con Chávez y Evo Morales, modificaran el contenido de la Carta Magna e hicieran desaparecer artículos. “Hoy” informó que Roberto Viciano, de la Fundación CEPS de Valencia, firmó un contrato de asesoría por 125.000 euros por hacerse cargo de la comisión de redacción que, según el diario, se arrogó atribuciones que sólo competían a los constituyentes. El asambleísta Leonardo Viteri, del opositor PSC, dijo que “en los rasgos genéricos de la Constitución de Ecuador está la mano de Viciano;  es la misma mano y la misma similitud de la boliviana y la venezolana".