Nuevo incidente con EE.UU.

Editorial. Los Tiempos.

Se evidencia un exceso de los productores de coca que podría malograr más de lo que están nuestras relaciones con la potencia del norte.



La ocupación por los cocaleros del Chapare de las oficinas de una organización no gubernamental dedicada a la ejecución de programas dotados de financiamiento norteamericano a través de la Agencia de Ayuda Internacional de los Estados Unidos (USAID), alegando su cumplimiento y a objeto de que las instalaciones pasen a dominio de la Alcaldía de Villa Tunari, ha venido a generar un nuevo conflicto entre el gobierno central y la representación diplomática de la Casa Blanca en el país.

Tan es así que esa legación anunció ayer que protestaría formalmente ante las autoridades nacionales por el hecho consumado, considerando que la administración del Movimiento al Socialismo incurrirá en violación de las obligaciones internacionales de Bolivia si no protege el edificio y los bienes de aquella entidad, a la vez de expresar su esperanza en que el gobierno cumpla los acuerdos multilaterales relativos a la seguridad jurídica y física adecuada y necesaria para el éxito, en este caso, de los programas conjuntos de cooperación.

De lo contrario, a decir de un comunicado de la Embajada, Estados Unidos protestará formalmente a través de los medios diplomáticos correspondientes, por lo que llama acciones irregulares.

Más aun, el documento sostiene que USAID y el gobierno boliviano renovaron en 2006 el convenio que permitía a la institución mencionada utilizar el local ocupado para el cumplimiento de sus tareas, desmintiendo de esta forma a la dirigencia cocalera que había afirmado lo contrario, aparte de informar que estaba previsto que concluidos los programas de desarrollo en el Chapare, la edificación sería transferida al país.

Explica, por otra parte, que la organización no gubernamental abandonó las instalaciones de Villa Tunari en junio pasado, «bajo la amenaza de grupos de los movimientos sociales» y tras la violenta marcha que sectores afines al presidente Evo Morales, llevaron a cabo ese mes frente a la sede diplomática norteamericana en La Paz, lo que motivó que Washington llamara a consultas a su Embajador y USAID se retirara del subtrópico cochabambino, congelándose 72 proyectos de infraestructura que estaban siendo ejecutados por la entidad ahora afectada en beneficio de diez mil habitantes de la región.

En este contexto, se evidencia un exceso de los productores de la hoja de coca que podría malograr más de lo que están nuestras relaciones con la potencia del norte, a raíz de la sucesión de incidentes que son de dominio público y ponen de manifiesto la indisimulada animadversión oficial hacia el gobierno de George Bush, sin embargo de cuestiones pendientes como las preferencias arancelarias en vías de conclusión; la Cuenta del Milenio virtualmente perdida y el mantenimiento, dudoso hoy por hoy, de los compromisos bilaterales de lucha contra el narcotráfico, extremo que debiera ser objeto de reflexión del régimen masista en resguardo del interés nacional por encima de la coyuntura política, en vista de que de continuar este estado de cosas, quien lleve las de perder será la población en su conjunto.