Embajador de EE.UU en Lima: Bolivia no cooperó en la lucha contra el narcotráfico

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12:18 | Peter Michael McKinley sostiene que el plan de rescate aplicado en su país busca impedir que la crisis impacte de manera generalizada



Por Mariella Balbi

¿Cómo llegó EE.UU. a esta situación de crisis financiera, que requiere 700 mil millones de dólares para superarla?

Es una crisis financiera que lleva más de un año definiéndose. Comenzó con los problemas relacionados con las hipotecas, esto es una evolución

Pero se venía venir, ¿no se pudo prevenir?

A través de los meses la complejidad del asunto llevó a tomar diferentes medidas para enfrentar las diferentes fases de la crisis. Y como dijo el presidente Bush, hace un par de semanas se llegó a un punto en el que se necesitaba una respuesta más global. Por eso se lanzó el proyecto de rescate, los 700 mil millones de dólares están dedicados a afrontar varios aspectos del problema.

En la votación en la Cámara de Representantes hubo republicanos que se pronunciaron en contra de la propuesta, primaron los votos demócratas.

No voy a hacer comentarios sobre el conteo de la votación. El rescate se aprobó por una mayoría abrumadora. Lo importante es que los dos partidos del sistema estadounidense se unieron en tiempo de crisis. Es una muestra del funcionamiento de la democracia. El acuerdo absuelve las preocupaciones planteadas. Hay nuevas garantías para los contribuyentes, límites al pago a los ejecutivos de estas compañías y fiscalización bipartidaria para la implementación del plan que será por tramos.

¿Cómo afecta esta crisis al ciudadano común y corriente? La recesión

No hay recesión oficialmente. Esta no se manifiesta aún, aunque los desafíos son serios. En el último trimestre la tasa de crecimiento fue 3%. Obviamente existe preocupación pues habrá un impacto, pero aún no sabemos cuál es la profundidad. La desaceleración de la economía se ve en todos los países. Las instituciones financieras han sufrido un golpe fuerte y el sistema de créditos también: hipotecas, préstamos, créditos de consumo, ahorros. El objetivo del plan de rescate es impedir que la crisis impacte de forma generalizada a la ciudadanía estadounidense y de muchos otros países también.

¿La proximidad de las elecciones en EE.UU. ha impedido una respuesta más rápida?

A través de la historia, en épocas de crisis, el bipartidismo estadounidense permite una respuesta unitaria al problema. Los líderes de ambos partidos han trabajado con el presidente Bush para encontrar una solución. Los senadores Obama y McCain votaron a favor del rescate.

¿Cuánto afectará la crisis estadounidense al Perú? El Ejecutivo dice que poco.

El impacto sería sobre la región. Sin embargo, en los últimos años los países latinoamericanos, en su mayoría, han seguido políticas de crecimiento económico, de diversificación de sus mercados y están en mejores condiciones para resistir los azotes de los cambios de la economía mundial. En el caso del Perú vimos un ritmo de crecimiento de cerca del 9%, las exportaciones a EE.UU. aumentaron más de 30% y las importaciones 50%. Se calcula que el comercio entre ambos países llegará a 11 mil millones de dólares, el año pasado fue menos de 7 mil millones. En conjunto no hay impacto. Habrá sectores que se verán afectados más o menos, lo cual es normal.

Los textiles sufrirán. ¿Las inversiones estadounidenses en el Perú descenderán?

Están afectados, pero habría que ver cuáles son las razones de ello. Para el punto de las inversiones hay que evaluar cuál será el impacto del plan de rescate.

¿Y el TLC?

Sigue su curso. Las negociaciones para el proceso de implementación han tenido mucho éxito durante este año. Las discusiones son sumamente técnicas y se resuelven entre los técnicos de ambos países. Con un poco de suerte, pronto el TLC entrará en funcionamiento, espero que a comienzos del próximo año.

¿A EE.UU. le preocupa la ola de nacionalismo que vive América Latina?

En esta década hemos logrado establecer relaciones bastante cordiales con la mayoría de los países, sean gobiernos de centroizquierda, centro o centroderecha. También hemos tratado de mantener buenas relaciones con los gobiernos que nos miran con diferentes ojos y que pasan por la ola nacionalista. En los primeros años del mandato de Evo Morales realizamos acciones de asistencia de bastante impacto. No sentimos placer en suprimir los beneficios del ATPDEA para Bolivia.

Sin embargo el Congreso de EE.UU. le extendió este a Bolivia por seis meses.

No ha sido excluido de la legislación, pero el Ejecutivo ha decidido suspender el ATPDEA para Bolivia. Ese acuerdo se basa en la cooperación en la lucha contra el narcotráfico y en la certificación y Bolivia no cooperó en ello. Ciertamente no es una decisión irreversible.

¿Qué interpretación le da a la expulsión casi simultánea de los embajadores estadounidenses de Bolivia y Venezuela?

Son decisiones soberanas de los pueblos. Nosotros hemos hecho todo lo posible para mantener buenas relaciones diplomáticas.

¿Cómo definiría las relaciones de EE.UU. con Perú?

Son excelentes en todos los campos; es un período excepcionalmente bueno.

¿Por qué ha disminuido la ayuda contra el narcotráfico?

Es que mucho del dinero de esta década estaba destinado a proyectos concretos, como la construcción de Escuelas de Oficiales en la sierra, en Ayacucho, Mazamari, etc. y ya se terminaron. Pero seguimos cooperando. En San Martín, miles de familias se han beneficiado con los programas de desarrollo alternativo, tienen cosechas lícitas y observan una mejora de la infraestructura. Ahora, los recortes que se han visto en el Perú han ocurrido igualmente en otros países.

¿No cree que la sustitución de cultivos no llega a ser una política exitosa?

Sería bueno visitar San Martín y conversar con los campesinos que han optado por cultivos alternativos. Son comunidades en las que hay mayor paz y tranquilidad, no tienen que ganarse la vida lidiando con los intereses del narcotráfico y la criminalidad, se ve presencia del Estado y una vinculación con la economía del resto del país. Esta es una realidad objetiva.

Pero el VRAE lo tenemos lleno de droga y el Monzón

Se tiene que comenzar por algún lugar y se ha hecho con el Huallaga. El éxito se puede medir. Claro que el objetivo es repetir esto en todas las zonas.

Algunos observarían que esta política de sustitución tiene más de 20 años.

Pero la lucha contra las drogas lleva décadas también en todos los países.

Se critica que la política antidrogas de EE.UU. coopere solo en la lucha contra el narcotráfico cuando está íntimamente vinculado con el terrorismo.

Reconocemos claramente que existe un narcoterrorismo. Nuestros programas no son ofensivos en términos militares, trabajan con la población y se llevan a cabo en zonas donde se puede llevar a cabo la sustitución. Nuestro apoyo, nuestros helicópteros son para la erradicación; estos no se pueden usar para el terrorismo porque estaríamos interviniendo en un tema militar interno. La crítica no es válida.

Las cifras de Naciones Unidas indican que el sembrío de coca se incrementa en el Perú. En el 2006 se exportaron 198 toneladas y en el 2007 fueron 290. ¿Por qué Estados Unidos está satisfecho con la actuación del Perú?

La lucha antidrogas se tiene que ver en términos globales. Si toma Colombia y Perú, desde el año 2000 el cultivo bajó 18%. En los últimos cuatro años se ha visto un incremento en el Perú y obviamente esto preocupa a todos. Pero lo que observamos es que hay una política bien definida para enfrentar el desafío. Aunque el cultivo aumente se ven mejoras en la infraestructura institucional. El Congreso ha aprobado nuevas leyes de lavado de activos, de insumos químicos, cosa que no existía hace tres años. Existe más interdicción, patrullaje, vigilancia de aeropuertos, de puertos, incautaciones. Hay una voluntad política total, se tiene una estrategia, nuevas escuelas de policías en la sierra, mayor presencia del Estado en varias zonas. En conjunto se ve un trabajo exitoso contra un flagelo que no va a desaparecer de la noche a la mañana. Insisto, este problema lleva décadas.

Es un círculo vicioso, mientras haya más materia prima habrá más droga.

La situación sería mucho peor sin todos los esfuerzos y todos los éxitos que se están viendo. Hemos visto ciclos de incremento de producción. Hace 10 años el Perú tenía 150 mil hectáreas de coca, ahora estamos hablando de alrededor –dependiendo de las cifras que uno utiliza– de 50 mil. O sea que el país está en mejores condiciones que en tiempos pasados.

¿En la región, Colombia y Perú avanzan en este combate mientras que Bolivia desciende?

Obviamente tenemos preocupaciones sobre lo que acontece en ciertos países andinos, esto llevó a la ‘descertificación’ de Bolivia en términos de cooperación en la lucha contra el narcotráfico. Pero tanto en Colombia como en el Perú es una cooperación muy fuerte, activa y exitosa.

Puno, el VRAE exportan droga a La Paz y se habla de un cártel de La Paz.

Es evidente que es un problema regional, pero yo estoy en el Perú. Aquí los programas son concertados con el Gobierno Peruano y avanzan en sus metas.

¿El consumo de drogas en Estados Unidos ha descendido?

Sí, las cifras son muy fuertes. En los últimos 10 a 15 años ha habido un descenso en términos del número de personas que consumen drogas. Evidentemente, existe un mercado para el consumo de drogas y seguimos trabajando ese aspecto muy seriamente.

En el Perú siempre está el fantasma de que EE.UU. cree una base militar. ¿Existe esa intención?

No hay ninguna intención de establecer una base militar en el Perú. Lo que realizamos es ayuda cívica humanitaria como ocurrió en Ayacucho.

¿Cómo tomó las protestas en Ayacucho ante la ayuda de militares estadounidenses?

Fue un grupo reducido. Creo que la gente apreció la construcción de tres clínicas en zonas pobres, la refacción de dos escuelas y la dotación de equipos médicos. Como se vio; los elementos americanos se retiraron.

APEC: «Se han ido profundizando los lazos comerciales»

¿Ud. es demócrata o republicano?

Yo soy diplomático de carrera y no me meto en la política.

¿Los candidatos McCain y Obama tienen la misma mirada hacia Latinoamérica?

La política histórica de EE.UU. hacia América Latina ha sido básicamente de continuidad. El énfasis se da sobre el crecimiento económico, la estabilidad democrática y la justicia social. Sea quien salga elegido se centrará en ello.

Ya tiene un año en el Perú, ¿qué balance hace?

Tuve la suerte de llegar para la finalización de la firma del TLC y de estar presente en el proceso de implementación. La cooperación antidrogas es satisfactoria. Aprecio mucho el calor humano, el trato con la gente del país y la acogida. Me ha impresionado el optimismo que se siente. Para mí es muy gratificante la creciente cooperación en medio ambiente y en restauración del patrimonio cultural del Perú, lo que es magnífico y constituye una gran oportunidad de desarrollo. También haber cooperado en la devolución de piezas que han sido robadas al Perú.

¿Le preocupan los sucesivos desórdenes sociales?

Se trata de un país que aún está en transición y tiene que enfrentar muchos problemas. Lo bueno es que existe el deseo público de hacerlo dentro de un esquema democrático.

¿Qué espera EE.UU. de la reunión del APEC?

Son 23 países de la región Asia Pacífico que representan a los mayores mercados del mundo. Se han ido profundizando los lazos comerciales y ahora se discuten muchos temas como el del medio ambiente.

¿La familia de Lori Berenson ha solicitado su traslado a una cárcel de EE.UU.?

No puedo comentar sobre casos personales, tengo que respetar la privacidad. Es como si me preguntara sobre casos de visas que tengan relación con peruanos.

LA FICHA

Nombre: Peter Michael McKinley

Trayectoria: El 11 de abril del 2007, Peter Michael McKinley fue nombrado por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, embajador de Washington en el Perú, en reemplazo de James Curtis Struble, quien ejerció el cargo en Lima desde diciembre de 2003. Fue ministro consejero de la misión de Estados Unidos ante la Unión Europea en Bruselas del 2004 al 2007.