El sueldo de Evo

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A través de un banco, cuya gerente es esposa del ministro de Hacienda, los dólares llegan puntualmente para los «pluses» de un grupo privilegiado del gobierno.

   Como un gran logro y como una destacable muestra de la voluntad de austeridad del actual gobierno, se ha mostrado la supuesta decisión de limitar el salario de los funcionarios públicos a un nivel que este por debajo del sueldo que percibe el Presidente de la República.



El tema volvió a ponerse sobre el tapete con el anuncio efectuado por el vicepresidente García Linera quien indicó que algunos funcionarios altamente calificados de YPFB, podrían ser eximidos del cumplimiento de dicha disposición con el fin de evitar que se vayan a otras empresas que podrían ofrecerles una mejor retribución.

Ciertamente se trata de una medida adecuada y es posible podría contribuir a sacar a la empresa fiscal del petróleo de la aguda crisis en que la han sumido las gestiones de los Morales Dávila, Aruquipas o Santos Ramírez -y el regimiento de ineptos funcionarios contratados por su militancia masista-, que de hidrocarburos entienden tanto como de la teoría de la relatividad o de la teoría cuántica.

Sin embargo ese no es el punto. Resulta que la limitación salarial no fue más que otra medida demagógica, como otras tantas que lanzó el presidente Morales para intentar vender una nueva imagen para que sea comprada por unos cuantos incautos.

Pues bien, resulta que ni el presidente Morales gana solo los 15 mil bolivianos que aparecen en planilla, ni los ministros perciben menos que esa suma. Es más, existe un selecto grupo de viceministros y “asesores” que también acceden a los privilegios económicos que tienen el presidente, vicepresidente y los ministros.

Es conocido por todos que todos los meses llega al Palacio de Gobierno un maletín que es trasladado desde el banco de la Unión, conteniendo una generosa cantidad de dólares para pagar pluses o sobresueldos a los ministros y otros funcionarios de absoluta confianza y del más íntimo entorno del presidente Morales.

Las sumas entregadas son variables y dependen del grado de sumisión o de su participación en la toma de decisiones de importancia. Es evidente, entonces, que la parte del león, se la llevan los ministros de la Presidencia , Gobierno y Defensa, aparte, claro está del propio presidente y del vicepresidente.

Entre los viceministros que acceden a este trato salarial privilegiado se cuentan los viceministros de Tierras, Alejandro Almaráz; de Justicia, Wilfredo Chávez, de Transparencia y Lucha contra la Corrupción, Nardi Suxo y el viceministro de Descentralización, Fabián Yaksic también es otro de los que exige un trato preferencial.

Pero ellos no son todos. En el mismo palacio de Gobierno, existe una oficina muy bien camuflada en la que se han atrincherado dos personas que hacen todo lo posible para pasar desapercibidos. Se trata del asesor de prensa de Evo, Víctor Orduna y de su muy cercana amiga, Mónica Saucedo, quienes reciben también parte de la torta y a la vez controlan los recursos destinados a la propaganda gubernamental que tienen el mismo origen del dinero que se usa para el pago de sobresueldos. Pero de la propaganda gubernamental nos ocuparemos próximamente.

Por otra parte, no hay que ser muy avispado para percatarse que el presidente Morales es, y de lejos- el mandatario que mayor cantidad de recursos utiliza para sus cotidianos viajes al interior del país. No hay más que recordar que la hora de viaje en al avión presidencial supera los mil dólares en tanto que la misma hora de viaje en el helicóptero venezolano es de tres mil dólares.

Como el presidente desde que salió del Chapare se ha vuelto muy atildado y ha abandonado la camisa sudada y la toalla anudada al cuello, sus requerimientos en cuanto a vestimenta son muy elevados ya que debe mantener el mismo perfil que le permitió imponer la moda de las chompitas y las chamarras con motivos originarios. El costo de cada prenda supera los mil dólares y pueden preguntárselo a Beatriz Canedo o al maestro Sillerico. Estos gustitos naturalmente resultarían difíciles de solventar con un sueldo de 15 mil bolivianos y por tanto alguna otra fuente de ingresos tendrá que haber.

El dinero para los sobresueldos naturalmente no cae del cielo. Su origen es más terrenal y viene acompañado de pegajosos ritmos llaneros, joropos, más concretamente.