Enseñarán en las escuelas que la historia comienza con Evo

imageSi se impone la nueva currícula escolar, surgida del desvarío racista y sectario del MAS, los niños serán las víctimas.

La superación académica no es ciertamente una de las grandes preocupaciones del actual gobierno que desde el frustrado Congreso de la Educación ha mostrado que su interés está más dirigido a imponer en la educación una visión radicalmente indigenista totalmente a contramano de la historia y no a aplicar una política educativa con visión integradora que ayude a superar los lastres que subsisten del pasado.

Esta intención se hace más evidente en el encuentro pedagógico inaugurado este lunes en La Paz y que el gobierno pretende elabore la nueva currícula escolar que sería aplicada en la gestión 2009. La propuesta curricular (si es que puede llamársela así) del gobierno constituye un despropósito monumental y evidentemente no es producto de una reflexión o estudio sino de la mente delirante de alguien que se proclama indígena pero que no puede hilvanar una frase en un idioma originario pero si es capaz de soltar durante horas incoherencias en el idioma (bastante aporreado) de los conquistadores.



El encuentro tiene entre los temas que serán abordados por las mesas de trabajo, el de “cosmos y pensamiento” cuyas premisas son que las culturas originarias son los custodios del saber universal y que los conquistadores impusieron una ideología totalmente utilitarista y pretendieron, sin lograrlo, extirpar una sabiduría ancestral basada en la armonía con la naturaleza.

En síntesis, se quiere enseñar en las escuelas que el único conocimiento válido es aquel que viene de nuestros ancestros y que la cultura occidental nada ha aportado sino la sangre de los indígenas. Se quiere mostrar también al presidente Evo Morales como el iniciador de una nueva y fecunda etapa cósmica y como el recuperador de una larga y profunda herencia ancestral.

Esta claro que la colonización no fue precisamente un dechado de virtudes y que se cometieron innumerables y reprochables excesos, pero de reconocer esta realidad a pretender negar los aportes del pensamiento occidental dista mucho trecho y seguramente a nadie se le ocurriría, a menos que esté desquiciado, a nombre de un fundamentalismo telúrico, abandonar el sistema de escritura en el que se escriben estas líneas y volver al sistema de los quipus incaicos.

La concepción masista es, además, abiertamente discriminadora por cuanto se circunscribe al área andina y pretende, por ejemplo, mostrar a Tupac Katari y Bartolina Sisa, como los verdaderos gestores de la actual Bolivia a pesar de que se llegue a cuestionar la existencia misma de la república por haber sido producto de un acuerdo entre criollos en el que se excluyó a los indígenas.

En esta versión andinocentrista el oriente no tiene historia y por tanto en los textos no figuraría, por ejemplo, Pedro Ignacio Muiba, quien de acuerdo a la concepción masista no es más que una lejana referencia perdida en la inmensa Amazonía que debe ser recordada solo en ocasión de uno que otro discurso presidencial de ocasión.

Es más, contrariamente a lo que predica su mentor Hugo Chávez, los textos escolares que busca aplicar el presidente Evo Morales no son muy considerados con el Libertador Simón Bolívar y lo relegan al triste papel de haber sido quien evitó una sublevación indígena en toda regla y de haber impedido, por tanto, se reinstaure el Tahuantinsuyo.

Si tuviéramos la posibilidad de reconducir la historia es claro que trataríamos de acentuar lo bueno y evitar lo malo, pero, lamentablemente, la historia no es un escaparate donde podemos escoger. Pretender esto sería por demás estúpido. La historia se dio como se dio y no de otra forma, a despecho de que a los escolares se les pretenda enseñar que de esta forma hubiera sido mejor o de esta otra peor.