Éxitos petroleros en la región

Subeditorial de La Razón.

Cuando en Bolivia se sufre una de las peores sequías de inversiones de que se tenga memoria, alcanzando también al sector petrolero, otros países de la región cosechan éxitos sorprendentes.



En los últimos días, la empresa Pacific Rubiales informó del descubrimiento de un importante yacimiento de petróleo en los llanos de Colombia, en el Bloque Quifa. Y, casi al mismo tiempo, Petrobras hizo conocer que había tenido un hallazgo similar en el lecho marino ubicado frente a Bahía; en este caso, el yacimiento recibió el nombre de Lua Nova.

Respecto a lo de Colombia, se trata de un éxito de la política de atracción de inversiones, que se traduce, sobre todo, en la fijación de reglas claras para la operación de las empresas. En lo de Brasil, lo evidente es que obtiene un nuevo logro de la avanzada tecnología propia de Petrobras para la perforación de pozos profundos en el lecho marino.

Los ejecutivos de la empresa brasileña no quieren pecar de exceso de optimismo, pero los

expertos internacionales consideran que todos los descubrimientos hechos hasta ahora permiten al vecino país constituirse en el que tiene las mayores reservas en la región.

En Bolivia, en cambio, las inversiones siguen esquivas.

Aparentemente, las empresas petroleras están esperando a que acabe el largo proceso de redefinición de las condiciones en que deben operar en el territorio nacional. En el lapso de cinco años, las condiciones para las inversiones en este sector han cambiado tantas veces que pocos han podido seguir la corriente.

Y la situación tiende a complicarse con la entrada en vigencia de la nueva Constitución Política del Estado, que podría aprobarse en el referéndum constitucional del 25 de enero, porque esto significa que se vendrían más cambios todavía. Luego podrían ser los pueblos originarios los que definan las reglas de juego para sus respectivos territorios, debido a que entrarían en vigencia las autonomías indígenas.

En suma, las condiciones o reglas de juego para las petroleras en Bolivia son muy cambiantes, y eso podría ser mucho más perjudicial en estos momentos de incertidumbre porque el precio internacional del crudo se ha derrumbado y podría seguir así por una larga temporada.