El gobernador de Illinois quiso vender el escaño que deja Obama

Detenido por corrupción política el demócrata Rod Blagojevich

EUSEBIO VAL  – Washington.

Corresponsal LA VANGUARDIA



El presidente electo no está implicado en el escándalo, pero deja en mal lugar su cuna política

«¿Es una broma?», preguntó ayer Rod Blagojevich, poco después de las seis de la mañana, cuando fue despertado por una llamada del jefe del FBI en Chicago para comunicarle que varios agentes se hallaban en la puerta de su casa para detenerle. No era una broma. El gobernador demócrata de Illinois, sospechoso de corrupción desde hace años, fue puesto a disposición judicial acusado de intentar «vender» al mejor postor el escaño al Senado que deja vacante el presidente electo, Barack Obama, y de otras maniobras de fraude e extorsión en busca de beneficio personal.

El fiscal Patrick Fitzgerald – una especie de Baltasar Garzón norteamericano, curtido en múltiples casos de terrorismo, droga y mafia-,que compareció ante la prensa para explicar las acusaciones, dijo que era un día «muy triste» para Illinois porque el estado, con largo historial de corrupta maquinaria política, había caído «en un nuevo nivel bajo». Fitzgerald es un personaje muy conocido por su labor hace años en Nueva York y, más recientemente, como investigador del escándalo de la espía Valerie Plame, que costó el cargo a un estrecho colaborador del vicepresidente Dick Cheney. El fiscal se afanó en aclarar que Obama no tiene absolutamente nada que ver con el caso del gobernador. Con todo, no es agradable para el presidente electo que el lugar donde él inició su carrera política dé a la nación este penoso espectáculo.

Blagojevich, de 51 años, nacido en una familia trabajadora de inmigrantes serbios y con experiencia en empleos muy humildes, tenía la potestad legal de escoger a dedo al sustituto de Obama para el Capitolio. Quería aprovechar al máximo la circunstancia. El FBI pinchó su teléfono y pudo comprobar que el gobernador intentaba condicionar el nombramiento a ciertos favores. Una posibilidad es que el elegido le garantizara un cargo muy bien remunerado al frente de la fundación dependiente de un sindicato, así como otra sinecura – como pertenecer a varios consejos de administración-para su esposa.

Otra opción era que Obama le nombrara para un puesto en el futuro gobierno o un cómodo destino de embajador. También estaba en consideración el pago de alguna cantidad. «Quiero hacer dinero», confesó en una ocasión a un interlocutor. Blagojevich estaba dolido de que el equipo de Obama sólo le ofreciera agradecimiento, pero ninguna contraprestación tangible. El gobernador, que podía obtener ayer mismo la libertad bajo fianza, amenazaba con autonombrarse senador él mismo, una alternativa factible.

Blagojevich también estaba intentando chantajear al periódico local, The Chicago Tribune,muy crítico con su gestión. Presionaba al diario con dejar de apoyar la venta del estadio de béisbol de los Chicago Cubs, propiedad de la misma compañía – en suspensión de pagos-si el periódico no despedía a algunos miembros de la redacción hostiles a su persona. Otro de los objetos de extorsión era un hospital infantil. Los cargos de los que se acusa pueden acarrear al gobernador hasta veinte años de cárcel. Su jefe de gabinete también fue detenido, como cómplice.

Blagojevich llegó al cargo en enero del 2003. Uno de sus mentores políticos y donantes fue el promotor inmobiliario Tony Rezko, condenado por varios delitos, que también apoyó a Obama en su carrera y le ayudó a comprar su casa. El gobernador anterior de Illinois, el republicano George Ryan, cumple una pena de de seis años y medio de cárcel por la conducta corrupta mientras ocupó el puesto. Blagojevich prometió instaurar una nueva ética de honradez.