El Presidente y su torpe atropello

Editorial de El Deber.

El más torpe atropello, de los tantos registrados en el que ha sido considerado como el peor año para el ejercicio del periodismo libre e independiente en Bolivia, acaba de producirse y lo ha protagonizado, nada más y nada menos, que el propio Presidente de la República que desde el comienzo de su gestión tiene identificada a la prensa nacional como su principal ‘enemigo’.

La víctima de una humillación inconcebible resultó el periodista de un medio impreso de la ciudad de La Paz en el que apareció una noticia en primera plana sobre el sonado caso de contrabando, que involucra a uno de los más estrechos colaboradores y hombre fuerte de Evo Morales Ayma y cuyas salpicaduras afectan cuando menos la imagen suya.  Un caso que, dicho sea de paso, el Gobierno no parece realmente interesado en desentrañar y sobre el que, por el contrario, tiende a levantar una densa cortina de humo no obstante la gravedad de sus características que ponen en serio entredicho la cacareada lucha contra la corrupción.



El deplorable incidente ocurrió durante un acto público realizado en el hall del Palacio de Gobierno, cuando se conmemoraba el Día Internacional de Lucha Contra la Corrupción y en la víspera de los 60 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¡Vaya ocasión la escogida por el jefe de Estado para salirse de la vaina! El acontecimiento, bastante concurrido, era además transmitido ‘al vivo’ por varios canales de televisión. Entonces, quedó registrado para el asombro y la indignación de la ciudadanía a lo largo y ancho del país, el mayor acto de agresión y ultraje nunca antes perpetrado en nuestra historia democrática por un mandatario contra la dignidad de un hombre de prensa.

No dejó de llamar la atención que una vez consumado el ‘escarmiento’ del periodista al que ni siquiera se le concedió la posibilidad de decir algo en su descargo, se escucharan aplausos a la demostración de autoritarismo, prepotencia y soberbia presidencial que derivó en el ultraje a la honra de un ciudadano. En la testera batieron palmas el Vicepresidente de la República, la ministra de Justicia y la responsable de la Lucha contra la Corrupción. Lo propio hicieron no pocos de los asistentes y hasta unos niños ataviados con trajes típicos de varias regiones del país y que seguramente no tenían la más mínima idea de lo que acababa de ocurrir.

En su penoso dislate, que no es el primero y que probablemente no sea el último en su circunstancial paso por el poder, don Evo Morales Ayma olvidó que además de presidente es el primer servidor público de los bolivianos y que a éstos corresponde el mismo respeto que inspira y se le debe a su alta investidura.

Tres en uno 

¡Mucha dosis, don Evo!

Ésta sí que se llamó…En el mundo al revés en el que estamos viviendo y nos cocinamos a fuego lento, don Evo Morales crucificó ‘en vivo y en directo’ a un periodista por la publicación registrada en el medio en que trabaja, acerca del sonado caso de contrabando que parece tener metido hasta las estaquitas, junto a otros encumbrados del Gobierno masista, a su ministro J.R. Quintana, al que defiende a capa y espada no obstante que resaltan nítidamente las evidencias de su participación en el escabroso asunto que el mismo Presidente de la República conoció hace meses.

Morales tendría que haber empleado el mismo tono con el intocable don Juan Ramón y los de su entorno, para exigirles explicaciones del contrabando transportado por 33 camiones, en vez de hacer público escarnio con el hombre de prensa al que poco faltó que mandara al paredón…

La salud a merced de salvajes medidas

El sistema de salud en Santa Cruz de la Sierra está al borde del colapso. Los seis hospitales públicos de la ciudad aparecen inmersos en una aguda crisis porque registran diversas carencias como, entre otras, la falta de personal que cubra las suplencias por vacaciones.

Los entendidos en el tema señalan deficiencias estructurales que afectan severamente al sistema. Eso, sin contar los conflictos de nunca acabar que resultan de unas demandas insatisfechas de los trabajadores del sector y en cuyos planteamientos no faltan los pescadores en río revuelto.

Del conjunto de problemas irresueltos, los principales afectados son los pacientes que ven acrecentarse los riesgos para su salud con paros y huelgas, unas salvajes y desconsideradas medidas que los dejan sin atención médica durante días, semanas y meses.

YPFB: Corrupción e ineficiencia a todo gas

Para lavar la corrupción enquistada en YPFB podría hacer falta harta gasolina, uno de los combustibles cuyo desabastecimiento se ha vuelto una constante particularmente en esta región. Pero los mayores perjuicios los soportan productores agropecuarios que ya no saben a qué santo prenderle velas para conseguir el diésel que necesitan para realizar sus actividades sin contratiempos.

Un funcionario de Yacimientos acaba de ser sorprendido con las manos en la masa, siendo mandado preventivamente a la cárcel. En el desabastecimiento de los energéticos parece haber mar de fondo porque algunos dependientes de la empresa estatal del petróleo estarían haciendo su  ‘guachambé’ con los cupos asignados a los surtidores, mientras que los ‘cráneos’ del área de comercialización de YPFB creen descubrir el agua tibia con la implementación de nuevos sistemas que acarrean más complicaciones que soluciones.