Navidad sin regalos

Golpeados por la crisis estadounidense, miles de emigrantes mexicanos regresan a sus pueblos con los bolsillos vacíos

MÉXICO (JOAQUIM IBARZ, CORRESPONSAL DE LA VANGUARDIA)

Un millón de mexicanos residentes en EE.UU. están tornando a su país para visitar a sus familiares en las fiestas navideñas. Pero este año no traen tantos regalos y dinero como en fechas anteriores. Miles vuelven para quedarse por falta de trabajo y por el acoso de la policía a los sin papeles. Se fueron sin un peso, y regresan peor. Es la historia de muchos emigrantes que se ven forzados a regresar a su tierra. Al disminuir el empleo, en especial en el campo y la construcción, agarran sus maletas y emprenden el amargo camino del viaje sin retorno. El sueño americano se convirtió en pesadilla. La repatriación aumenta en estos días navideños. Lo peor es que será difícil encontrar trabajo en un México en plena recesión.



La visita navideña del familiar que se fue para el norte era una venerada tradición en muchos empobrecidos poblados. El que vuelve es agasajado con festivas celebraciones. Muchas veces, la policía mexicana los extorsiona en el camino para dejar pasar sin problemas los vehículos con juguetes, electrodomésticos, televisores y bicicletas. Estos días los regalos son escasos.

“Este año traemos sólo cosas usadas. Me siento mal viniendo desde tan lejos con regalos que no valen nada, sentimos  que somos los nosotros los que ahora necesitamos ayuda”, comentó Luisa Valle.

Enrique González, de 38 años, sólo trae unos muebles de un tío que fue deportado. »Nada de regalos, todo por culpa de la maldita recesión», comentó González, un empleado de hotel de Phoenix, Arizona.

Rosemary Guerrero apenas pudo costearse la visita a su estado de Michoacán a pesar de la caída en el precio de la gasolina. Su esposo, obrero de la construcción en Los Ángeles, sólo consigue trabajo un día a la semana.

La emigración de mexicanos al norte -legal o ilegal- ha disminuido debido a las intensas medidas de seguridad fronteriza en EE.UU., a las normas contra la inmigración ilegal y a la crisis económica. Según las autoridades mexicanas, en los últimos dos años la emigración ha bajado 42%. Muchos de los que pensaban irse se lo están pensando dos veces ante la perspectiva de no encontrar trabajo. Los 500.000 mexicanos que cada año se marchaban como mojados tienen que esperar tiempos mejores.

El declive económico en EE.UU. golpea tanto a las comunidades hispanas que miles de inmigrantes mexicanos están regresando. En el primer trimestre de 2008, la tasa de pero para los hispanos en EE.UU. fue de 6.5% , comparada con 4.7% para el resto de la población. Desde entonces, la situación empeoró..

Las remesas que los mexicanos envían a sus familias -segunda fuente de ingresos extranjeros en México- han disminuido 15 %. Las consecuencias sociales y económicas ya están a la vista, porque mucha gente vive del dinero que recibe de sus parientes.

Después de más de 20 años en Los Ángeles, Alfredo Chalico retornó a su pueblo al quedarse desempleado. No recuerda una situación tan difícil. «Si la crisis afecta al norteamericano, al inmigrante lo golpea más; sin papeles no consigues trabajo, vives con el temor a las redadas». Chalico comenta que al paralizarse la construcción, millones de inmigrantes quedaron sin trabajo. “La situación –subraya- es peor para los latinos. Perdimos la casa al dispararse los intereses y no poder pagar la hipoteca; no teníamos dónde vivir, nadie renta un piso a un desempleado”.

Dos semanas después del retorno a su tierra, Samuel Soto volvió a  su antiguo trabajo de albañil. “La amarga diferencia es que aquí gano 6.000 pesos mensuales (350 euros), mientras que en la tierra de los gringos llegaba a los 24.000 (1.600)”.

Como trabajador de la construcción en Nueva Jersey, Samuel pudo comprar un terreno en su pueblo, levantar una casa y comprar un coche. “Caí en buenas manos, nunca me faltó trabajo. Por la crisis inmobiliaria me encontré sin chamba. Regresé porqué perdí la ilusión de progresar con el dólar”.

Cruz López, secretario general de la Confederación Nacional Campesina, advierte que el retorno de emigrantes “representa un cambio social, pues al no haber dinero ni trabajo, será más fácil que la gente voltee al narcotráfico”. Michoacán es uno de los estados más castigados por la violencia de las mafias de la droga.