Eliseo Alberto: El misterio del tomo VI

image La enciclopedia desdentada

Jueves, 29 Enero, 2009

Eliseo Alberto

Un correo electrónico me catapulta 35 años atrás hasta la mañana de 1974 en que conocí al gran pintor Pedro Pablo Oliva, un cubano muy especial, discreto, silencioso, que por entonces tenía un diminuto estudio en su natal Pinar del Río. Su refugio quedaba al fondo del patio, entre frutales. Los mangos maduros caían en el techo de zinc. El viento silbaba por las rendijas. Allí se escondía para pintar, desde la espesa penumbra de la provincia, los cuadros más luminosos que yo haya visto en mi vida. Yo lo había ido a entrevistar para una revista —si él aceptó aquel encuentro, fue en atención a mi hermano, condiscípulo suyo en los años de aprendizaje juvenil.



Pedro Pablo no sabe cuánto lo admiro. Estoy al tanto de su trabajo. Su éxito me alegra. Se lo ha ganado a pulso. No le debe nada a nadie. Hoy por hoy es un pintor de enorme prestigio internacional, mas él sigue siendo discreto, callado, muy especial: va con naturalidad de la sencillez al misterio, del enigma a la transparencia, de la sabiduría a la infancia. Fiel a su imaginario de siempre, sus criaturas y personajes pueblan un mundo ingrávido, suspendido unos milímetros sobre los protectorados de la realidad. No le tiene miedo a la ternura.

El correo de hoy lo firma Oliva de puño y letra: su malestar, justificadísimo, divulga una crónica sobre una enciclopedia desdentada que compró en una barata de La Habana. Lo tituló El Misterio del Tomo 6. Me complace tener noticias suyas. Lo único bueno que tiene el exilio es que los distantes fijamos los rostros de las personas que queremos o admiramos con la misma expresión de la última vez que nos vimos. Los dejo con mi joven amigo Pedro Pablo Oliva.

* * *

Es casi una costumbre para mí recorrer las librerías del Casco Histórico de La Habana Vieja. Tengo un proyecto cultural en mi ciudad (Pinar del Río) que lleva más de diez años funcionando, y consiste en una especie rara de sitio, desde donde emanan iniciativas de creación, promoción e intercambio crítico en torno a la Literatura, el Cine, la Música y la Cultura en general, incluyendo las Ciencias, pero que en su mayoría enfatizan en el desarrollo de las llamadas Artes Visuales en nuestra región. El jueves 23 de enero encontré en la librería Grijalbo Mondadori, en la sede del Instituto Cubano del Libro, en La Habana Vieja, ejemplares de La Enciclopedia, de Salvat Editores, 2004, en 20 tomos. Su precio era de 1 CUC1 por cada tomo. Me pareció en extremo barato para los que conocemos el valor de ese tipo de publicaciones en cualquier país del mundo, considerando el cúmulo de información que contiene. El papel, sus fotos y reproducciones a color eran bastante buenos.

Muchas personas como yo compraron la colección, pero el gran misterio estaba en que el Tomo 6 no existía. Al principio me pareció un error de compra y que por ello se vendía a ese precio. Pero la cosa no era por ahí. Por algunos amigos supe que el Tomo 6 había sido sacado de la venta porque en una de sus páginas exponía criterios supuestamente desacertados acerca de la realidad cubana. No puedo explicarme cómo un criterio cualquiera, contenido en una publicación cualquiera, pueda influir en un funcionario o responsable del control de la distribuidora de libros, como para tomarse la licencia de descompletar una colección de estas características.

Siento que es una falta elemental de respeto a quienes, como yo, decidimos comprar la colección. Las mentiras y verdades sobre Cuba, si han de desnudarse, solo se hará con la realidad misma, con lo que vivimos diariamente.

No sé quién se siente tan “superrevolucionario” o cree poseer las verdaderas claves de la “supraconciencia” colectiva, para tomarse la facultad de obrar como dueño y señor, de decidir qué puede o no puede leer uno. Tengo 60 años y me siento suficientemente capaz de explicarme el mundo y sus criterios, y de aceptar o no una explicación o un análisis de otra persona. En Cuba la educación es estatal y eso implica que todo el aparato sicológico, pedagógico y político lo dirige y controla el estado; estoy hablando desde el círculo infantil hasta la universidad. Si con todo este sistema puesto en función del desarrollo cultural, político y social del hombre, se teme a unas cuantas palabras escritas sobre Cuba, erradas o no, entonces cierren de una vez el monasterio. Estoy convencido de que el funcionario responsable de escamotearle al público el Tomo 6 carece de seriedad profesional y menosprecia la capacidad de quienes ya aprendieron a pensar por sí solos. ¿A qué se le teme? En nombre de quienes compraron La Enciclopedia Salvat 2004, y de quienes desearían adquirirla, no exigimos gratuidades, sino que se nos venda el misterioso Tomo 6.

1. Moneda. Peso convertible cubano.