En qué momento se jodió Bolivia

image El Mundo. El Director.

La frase le pertenece al escritor Colombiano Plinio Apuleyo, en su columna del diario El Tiempo en 1990 según Apuleyo Colombia se jodió a la 1:05 minutos de la tarde del día 9 de abril de 1948, en la carrera séptima de Bogotá, entre la calle 14 y la avenida Jiménez con tres disparos que le arrancaron la vida a Jorge Eliécer Gaitán, desde ahí Colombia nunca más fue la misma.

La pregunta nuestra es ¿cuando se jodió nuestra amada Bolivia?, la respuesta no la sé, podrán existir las más diversas opiniones del momento crucial, no fueron tres disparos, no fue el asesinato de nadie, simplemente fue el no aceptar, el no respetar, el pasarse por encima y simplemente ignorar a la madre de las leyes la Constitución Política del Estado la que hoy podrá vivir o ser asesinada y remplazada por un vacío legal jurídico e institucional que podrá desmoronar la existencia de un país.



Nuestro problema no radica en la Constitución, ni en las leyes ni en los entes institucionales que definitivamente son las columnas que sostienen a un estado como tal, el problema radica en los hombres que se empecinaron en desconocerla, para ella solo requerimos repasar retrospectivamente los últimos cincuenta años, desde el 64 cuando Paz Estensoro es derrocado en un golpe militar conducido por los dos traidores más cercanos que tenía: su vicepresidente y su Comandante en jefe de las FF.AA. (Barrientos Y Ovando), luego se origino el “accidente” de Arque donde Barrientos muere y meses después su Vicepresidente (Siles S.) es derrocado nuevamente por Ovando y luego se inaugura la noche larga del militarismo que termina definitivamente el 19 de octubre de 1982 cuando Siles Z. asume legítimamente la Presidencia y dos años después es conminado a llamar a nuevas elecciones mediante una conspiración económica y social de la clase política donde se viola la Constitución por dos veces (adelanto de elecciones y habilitación del Vicepresidente), desde ahí a pesar de los corcoveos la democracia no cayó, ni las modificaciones constitucionales o la institucionalidad de nuevos entes (Tribunal Constitucional, Defensor del Pueblo, institucionalidad de la CNE) salvaron nuevos escollos para evitar alteraciones constitucionales de orden político partidario.

El problema de la justicia boliviana no son las leyes sino la facilidad de corromperse de sus administradores, el “talón de Aquiles” de la democracia en los últimos veinte años fue el fenómeno de corrupción total del sistema político que desembarcó definitivamente con la fuga de Gonzalo Sánchez de Lozada y la deslealtad de su vicepresidente quien definitivamente abrió la cerca donde las violaciones constitucionales se transformaron en rutinarias y alteraron concluyentemente hasta las fechas de los mandatos constitucionales, después llegó el Presidente Morales quien en un nuevo estilo presidencial inaugura una epidemia de referéndums y consultas, altera la institucionalidad del estado, imponiendo mediante un aire que bordea la débil cuerda de la democracia y el autoritarismo que definitivamente tienen hoy desemboca en un referéndum que no es uno más sino el más importante de la vida democrática de la Nación, en el que hoy los políticos y actores simplemente tendrán que esperar que los hombres y mujeres depositen su voto y el resultado será un mandato el cual tendrá diversas lecturas, ya que hoy simplemente no existe una visión clara del panorama se presta a las alteraciones.

¿En qué momento se jodió Bolivia?, pudo ser el 9 de mayo de 1809, o el 6 de agosto de 1825, las fechas fueron las menos importantes, definitivamente contamos con escollos de desuniformidad, de la diversidad en la que -si bien nos dio el mestizaje- los responsables de las épocas no engranaron a todos en uno, pero no es una factura para que hoy se la cobren a otros mediante la exclusión o expulsión del sistema productivo, político y social de los que no somos originarios, de los que no somos oportunistas ni demagogos, de los que buscan la bendición del político de turno para recibir bendiciones a costa de los que hacemos y creemos en la nación.

Ojala que no sea un 25 de enero del 2009 el momento que se jodió Bolivia, esperemos y asumamos con valor y decisión la lectura que nos dará el resultado de las urnas que hoy hablarán y ojala no sea por última vez.