Los consejos de Lula a Evo

una vez más se perdió una ocasión para salvar esa idea, que es trascendental para la conexión de Bolivia con el Amazonas

Editorial La Razón.

En una fugaz visita realizada esta semana el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, volvió a exhibir el sentimiento de amistad y cooperación que le une a su homólogo Evo Morales. Esta vez, como en julio del año pasado, el Mandatario visitante llegó cuando en Bolivia faltan pocos días para que se concrete un referéndum importante.



Lula expresó su apoyo a la gestión de Morales, pero fue demasiado lejos al opinar a favor de la Constitución que propone el MAS. Matizó el mensaje con buenos consejos para gobernar mejor, lo cual no le salva de la responsabilidad de la injerencia.

En varias oportunidades, en este mismo espacio editorial, se ha criticado la intromisión política del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, en asuntos estrictamente internos de Bolivia. Ahora, el muy buen Presidente brasileño ha incurrido en el mismo error, casualmente —o no— cuando resta poco tiempo para la consulta popular sobre el proyecto constitucional.

Se ha vuelvo una costumbre en el gobierno del MAS que, en los momentos previos a un acto eleccionario, se produzcan demostraciones de afecto entre Evo Morales y sus presidentes amigos. En el caso del Jefe de Estado de Brasil el impacto es mayor, pues se trata de un personaje de la política mundial que, inequívocamente, despierta simpatía.

De todas maneras, a Lula se le vio asumiendo un tono similar al que suele utilizar Chávez con el Presidente boliviano. Con claros rasgos de paternalismo, le dio una serie de consejos, entre los cuales destacó, o al menos sedujo más a los medios de comunicación, aquel por el cual le pidió que gobierne para todos los bolivianos y no solamente para unos cuantos. Aseveró que en su gestión, los empresarios ricos de Brasil ganaron más dinero que nunca.

En una demostración de que está informado de lo que ocurre en Bolivia, Lula recomendó también a Morales que no pelee con los medios. Y repitió su recomendación de aplicar, en la función de gobierno, una fuerte dosis de paciencia.

La visita, en realidad, era para que los dos presidentes participen en la inauguración de obras dirigidas a construir una carretera que formará parte de un corredor interoceánico.

Pero, siguiendo a las circunstancias políticas, Morales agradeció las palabras de Lula sobre el referéndum, sus consejos y la ayuda comprometida para la construcción de carreteras.

De todas formas, el Mandatario boliviano dejó pasar otra oportunidad de hablar con Lula acerca de las dos represas que Brasil comenzó a construir sobre el río Madera, que es compartido por ambos países. El canciller David Choquehuanca estuvo insistiendo en que la comisión formada para tratar el tema no ha agotado todos los aspectos de este proyecto, empezando por el cuidado de la ecodiversidad de la zona.

Expertos han advertido del riesgo de que la represa más próxima a la frontera termine inundando territorio boliviano.

Morales, luego de recibir los elogios de su par brasileño, debió recordarle, con el mismo respeto y educación que acostumbra emplear su colega Lula, que el proyecto original consistía en construir, junto a las represas, un sistema de esclusas que facilitaría la navegación de ese río. En fin, por dichos motivos políticos, una vez más se perdió una ocasión para salvar esa idea, que es trascendental para la conexión de Bolivia con el Amazonas.