Termina una campaña dura y costosa

Cuatro expertos analizan los escenarios tras las consultas. Señalan que ya sea si gana el Sí o el No, las dos Bolivia deben sentarse a negociar. Puede volver a repetirse el ‘empate catastrófico’

image

• LA GENTE • En el barrio Luján los vecinos hacen vigilia para evitar el ingreso de militantes del MAS que habían allanado una casa el 28 de diciembre del 2008. La campaña se calentaba.



El Nuevo Día

Después del Referéndum Revocatorio de Mandato Popular y el acuerdo para viabilizar la convocatoria a Referéndum constituyente el Gobierno de Evo Morales apareció triunfante frente a una oposición dividida y las regiones sin una brújula.

“La derecha perdió electoral, militar y políticamente”, dijo el vicepresidente Álvaro García y sonaron como una dura sentencia para la oposición que durante estos tres años se puso al frente a la llamada “revolución democrática y cultural” que impulsa el Gobierno.

La interpretación vicepresidencial fue hecha el 17 de noviembre del 2008 luego del Referéndum Revocatorio en el que Morales se tumbó a los prefectos opositores de Cochabamba y La Paz y acabó con un 67% de aprobación, encima del 54% que había alcanzado inicialmente.

El diputado disidente de Podemos, Wálter Arrázola, dijo que militarmente porque el gobierno usó todo el aparato estatal, incluyendo las FFAA y la Policía para controlar a las regiones opositoras y generar el enfrentamiento en Porvenir, Pando, que terminó con el tercer prefecto opositor preso, Leopoldo Fernández.

“Qué puede ofrecer la derecha, la derecha se quedó sin banderas, hoy no tienen nada qué decir a Bolivia, no solamente que no tienen líderes, sino que tampoco tienen un programa”, volvió a decir el Vice.

No habían líderes hasta ese momento, el prefecto cruceño Rubén Costas y el tarijeño Mario Cossío se mostraron timoratos después de aparecer en una fotografía con el presidente Morales y comprobar que éste los utilizó para luego afirmar que habían acordado impulsar las autonomías departamentales, al extremo que Morales apareció gritando “autonomía” en Pucará, Vallegrande.

Pero esos líderes surgieron y la chuquisaqueña Savina Cuéllar y el cívico cruceño Branko Marinkovic terminaron contagiando el No a los prefectos de la media luna y a las áreas urbanas de Bolivia. Luego salieron los ex presidentes Carlos Mesa, Eduardo Rodríguez, el ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas y personajes simbólicos como la ex guerrillera Loyola Guzmán. Y el No fue ganando terreno y se levantó de las cenizas.

LAS ENCUESTAS

Los resultados • El Sí a la nueva Constitución Política del Estado ha descendido desde un 58% de aprobación en mayo pasado hasta un 40% en la primera quincena de diciembre y el No ha subido desde un 32% a un 37% en ese mismo período, según una encuesta de Equipos Mori en diez ciudades urbanas del país.

Indecisos • Hasta la última semana antes del referéndum el número de indecisos se mantenía en un 20% y había bajado a un ligero 17%

Gobierno • Según sus propias encuestas, el Sí a la nueva CPE alcanza el 65% y el No el 16%, dos semanas antes de la consulta. Los resultados se verán hoy.

Cronología de la campaña

acuerdo

El 22 de octubre del 2008 el presidente Evo Morales lloró en Plaza Murillo de La Paz al convocar a referéndum constituyente y dirimidor por tierras después que el MAS Podemos, UN y MNR llegaron a un acuerdo congresal.

lÍderes por el SÍ

“Será difícil hacer campaña por el No”, dijo el jefe de Podemos, Jorge Quiroga y anunció socializar el nuevo texto. “Evitamos el enfrentamiento”, dijo el jefe del UN, Samuel Doria Medina. Ambos iban por el Sí.

conalde desarticulado

Los prefectos opositores quedaron divididos. El de Tarija Mario Cossío y el de Santa Cruz, Rubén Costas aplaudieron que las autonomías estén en el nuevo texto constitucional a pesar de no haber sido su proyecto.

derecha derrotada

“Se quedaron sin territorio, sin bandera y sin líderes”, interpretó el vicepresidente Alvaro García Linera a fines de diciembre cuando el gobierno empezó a promover el Sí a la nueva CPE usando a la autonomía departamental como suya.

El No se resiste

Dos líderes, la prefecta Savina Cuéllar en Chuquisaca y el cívico Branko Marinkovic desde un principio rechazaron el nuevo texto y empezaron a promover el No a la nueva Constitución y la corriente fue subiendo.

Se suben al carro

Doria Medina, varios diputados de Podemos y otros líderes como el ex presidente Carlos Mesa, el ex vice Víctor Hugo Cárdenas, el alcalde potosino René Joaquino iniciaron la campaña por el No en el occidente y las fuerzas parecen empatadas.

Puede volver a repetirse el ‘empate catastrófico’

ANÁLISIS • Señalan que ya sea si gana el Sí o el No, las dos Bolivias deben sentarse a negociar.

El Nuevo Día

El jueves durante el cierre de las campañas salieron a la calle las dos Bolivias: la del occidente y la del oriente y sur. Por ello los analistas creen que en el referéndum de hoy se volverá a repetir el famoso “empate catastrófico”.

La analista Jimena Costa señala que esa es la realidad que no puede ignorar ninguna de las dos partes.

En el referéndum revocatorio de mandato, evidentemente el presidente tumbó a dos prefectos opositores pero aún quedan bien parados los de Santa Cruz, Beni, Tarija y Chuquisaca y si en estos departamentos perdiera el Sí, será difícil aplicar la nueva Constitución.

“El presidente Morales tiene que entender que no puede gobernar solo en medio país”, dijo el presidente del Comité pro Santa Cruz, Branko Marinkovic, quien anunció que hoy después de conocer los resultados parciales emitirá un pronunciamiento a Bolivia.

El politólogo Carlos Toranzos dijo que el error del presidente Morales es buscar una Bolivia indígena en su Constitución cuando el mayor porcentaje de la población es de raza mestiza.

El presidente Morales se mostró optimista ayer en el Chapare y dijo que su Constitución será aprobada con el 80% y de ese modo podrá “refundar Bolivia”.

los votantes

A nivel nacional • Son un total de 3.891.397 de ciudadanos inscritos y en Santa Cruz casi llegan a 900 mil.

Mesas • Estarán habilitadas 22.049 mesas de sufragio que serán controladas por 132.294 jurados.

Veedores • Hay alrededor de 300 observadores de la OEA, Centro Carter, Unión Europea y un centenar de periodistas.

Seguridad • Hay alrededor de 30 mil policías a nivel nacional además de efectivos de la Fuerza Aérea y avionetas para el traslado de material.

Cuatro expertos analizan los escenarios tras las consultas

Un analista considera que para aplicar la nueva CPE se recurrirá al texto vigente

La Prensa

José Mirtenbaum señala que el MAS no aceptará una derrota en las urnas. José Gutiérrez dice que si gana el No perderán las autonomías. Óscar Cámara señala que si se impone el Sí habrá un Estado plurinacional. Carlos Alarcón prevé una transición que aplicará la CPE vigente y la nueva.

José Mirtenbaum señala que el MAS no aceptará una derrota en las urnas. José Gutiérrez dice que si gana el No perderán las autonomías. Óscar Cámara señala que si se impone el Sí habrá un Estado plurinacional. Carlos Alarcón prevé una transición que aplicará la CPE vigente y la nueva.

Si se aprueba el proyecto

José Luis Gutiérrez, constitucionalista y asesor presidencial

“Si se aprueba la nueva Constitución, los derechos fundamentales no serán condicionados”

“Más que en las instituciones, primero se buscará el reconocimiento de derechos fundamentales en el Estado, que van desde los civiles y políticos hasta los derechos económicos, que se han considerado de alguna manera derechos programáticos, es decir, que para su efectiva realización requieren presupuesto, lo cual se enmarca en la visión liberal. Esas medidas sociales y culturales son condicionadas al hecho que se necesita presupuesto y políticas. Pero al ser derechos fundamentales, al estar en la Constitución, el Estado tiene la obligación prioritaria de atenderlos. Por ejemplo, aproximadamente 100 municipios están en extrema pobreza y el Gobierno está obligado a atenderlos con prioridad, con acciones concretas. También, ya no sólo se abre espacio a lo individual, sino que se respeta y reconoce los derechos colectivos. El proyecto constitucional resuelve la búsqueda de sectores de la población, de un cambio social. El texto plantea una nueva forma de constitucionalismo en base al pluralismo comunitario, que concretamente daría paso a la elección de autoridades indígenas sin el ejercicio del voto”.

José Mirtenbaum, sociólogo cruceño

“Si gana el Sí, las prefecturas van a rechazar la centralización del poder”

“Si gana el Sí –y probablemente gane por una diferencia no mayor a cinco por ciento—, habrá una situación de conflicto muy fuerte respecto a la aplicación de la Constitución, ya que va a ser muy difícil de aplicar a la realidad boliviana. Habrá una resistencia de parte de los procesos autonómicos que se gestaron estos últimos años y, por lo tanto, las prefecturas van a rechazar lo que significa la centralización del poder. Probablemente se verán afectadas económicamente, porque ya hay una expropiación de IDH para todos los departamentos. También seguirá un proceso de centralización y creación de un Estado totalitario. Si se aprueba ese texto, el problema fundamental es la ruptura de la igualdad de condiciones que hay a partir de la Revolución Francesa, que define que los ciudadanos tienen igual derecho, y la Constitución divide a los bolivianos entre indígenas originario campesinos y mestizos, provocando una especie de apartheid entre los ciudadanos. Ello tiene que ver con las diferencias a partir de ese contexto de desigualdad, que genera una situación difícil respecto a las garantías que el Estado le puede dar a unos u otros ciudadanos adscritos en determinada identidad cultural. El Estado no daría plenas garantías a todos”.

Oscar Cámara, constitucionalista y viceministro

“Se dejará atrás un Estado neoliberal y se construirá uno Plurinacional”

“Es el hecho más importante en la historia de los bolivianos en lo politico, institucional y constitucional, porque será la primera vez que en este país vamos a votar por nuestra Constitución, porque se dirá si los bolivianos todos estamos de acuerdo con la actual forma de organización política y social, y si estamos de acuerdo con el modelo económico inserto en la actual Carta Magna. Se sentarán las bases para un nuevo Estado que dejará atrás un Estado neoliberal por decisión de la gente. Se definirá si se da curso a una transformación inédita del Estado. Se incluye y reconoce a bolivianos del área urbana y rural, con sus formas naturales de organización y representación, sus formas de producir y hacer economía. Ese será el cambio más revolucionario en 183 años de vida del país con matices incluyentes, pero además se señala una democracia que estaba limitada sólo a quienes sabían leer y escribir. Lo primero será aprobar el nuevo régimen transitorio electoral, donde se dará las bases para la transición de la nueva forma de Estado. Se debe empezar a diseñar el marco económico, además de la nueva Ley del Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. También se construirá las bases para la nueva estructura jurídica de un Estado plurinacional”.

Carlos Alarcón, abogado constitucionalista

“En el inicio del proceso de transición se aplicarán ambas constituciones”

“En caso de que se apruebe el nuevo texto constitucional, se va a generar un proceso de transición donde las instituciones políticas del Estado son las primeras que van a sufrir modificaciones, entre ellas las autoridades departamentales, además del Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y las autoridades municipales. En esa transición se va a tener que aplicar las dos constituciones: la abrogada va a tener ultraactividad para determinados efectos, por ejemplo, regular la actuación y funcionamiento del actual Congreso Nacional y del actual Tribunal Constitucional, o del actual Poder Ejecutivo, mientras no sean reemplazados por las nuevas instituciones. Pero a la vez, en la definición de sus actos y de sus políticas van a tener que aplicar los principios y contenidos del nuevo texto. Una vez reemplazadas, las nuevas instituciones y autoridades van a ser las encargadas de poner en marcha la normativa necesaria para el desarrollo del nuevo texto constitucional. Es un proceso que en su primera fase aproximadamente va a demandar cinco años, que serán determinantes para ver si la nueva Constitución cobra vigencia efectiva y real en los hechos y la realidad boliviana; o por el contrario, queda como un proyecto abstracto que a la vuelta de la esquina va a tener ajustes y modificaciones”.

Si se rechaza el proyecto

José Luis Gutiérrez, constitucionalista y asesor presidencial

“Las autonomías serán afectadas si se niega el proyecto de Constitución”

“De aprobarse el proyecto de nueva Constitución significará un retroceso en la búsqueda de las autonomías, porque tendría que darse un proceso de reformas constitucionales que pueden requerir dos períodos democráticos. Uno, en un primer período debería declararse por dos tercios de voto la necesidad de reforma constitucional y en un subsiguiente periodo, podría darse la aplicación de la reforma. Esas poblaciones, los departamentos y sus prefecturas que han hecho de la autonomía un valor esencial de la democracia, buscarían su reconocimiento a través de acciones de hecho; esas regiones van a exigir una aplicación inmediata de la autonomía que la Constitución actual no permite. Ello desembocará en una situación de hecho al margen del actual texto constitucional, lo que va a complicar seriamente al Estado. El No también negará las transformaciones y los hechos sociales que se han dado, especialmente desde octubre de 2003, por lo que los movimientos indígenas tratarían de hacer respetar sus reinvindicaciones con acciones de hecho, buscarían formas de acelerar un proceso de cambio social por el reconocimiento de sus derechos. Si se niega el proyecto, se define que mantenemos la estructura fundamental del Estado, ese paradigma occidental que piensa en un solo idioma y una sola forma cultural”.

José Mirtenbaum, sociólogo cruceño

“El MAS no aceptará perder la hegemonía y habrá turbulencia”

“Si se rechaza el proyecto constitucional se generará un escenario en que el Movimiento Al Socialismo (MAS) no aceptará una situación en la cual pierda la hegemonía del poder. Básicamente, esa resistencia se manifestará en la manera en que el MAS lo ha hecho en los últimos meses, es decir, con una serie de amenazas, incluso con la provocación del hecho de que se pueda llamar a elecciones al margen de lo que dice la Constitución vigente, porque estamos en una situación de Estado que ha roto con todo el proceso institucional; entonces podemos esperar una situación de inestabilidad social muy fuerte. Las prefecturas encararían una separación del poder central y habrá turbulencia en los departamentos alineados a la autonomía, porque será un proceso de adecuación en que el país se va a reinventar políticamente. Sin embargo, habrá un momento en que los sectores polarizados se sentarán para dialogar nuevamente.

Es un juego profundo y estructural sobre cambios que están polarizados. Entonces hay un problema fundamental en los referendos, que radica en que se plantea una Constitución que está polarizada desde el punto de vista de la división del país, porque es una situación de maniqueísmo entre Sí y No sobre distintos modelos de Estado. Por lo tanto, va a causar una serie de problemas que tienen que ver con conflictos a futuro”.

Oscar Cámara, constitucionalista y viceministro

“Los que van a perder son los gobiernos departamentales”

“Si gana el No, no implica que se retrocede, porque se tiene el texto constitucional vigente de 1967 reformado en 1994, o sea, se va seguir bajo esa estructura jurídica y política, pero quienes van a perder son los gobiernos departamentales, los departamentos que han proclamado la autonomía que en el régimen actual no existe como tal, solamente se reconoce esa cualidad legislativa en el texto constitucional propuesto.

La palabra del presidente Evo Morales ante el pueblo boliviano es que se va a incorporar y compatibilizar la autonomía con el texto constitucional aprobado en la Asamblea Constituyente. Este Gobierno diseña esa incorporación en la nueva estructura jurídica y política del país, con los albores de un nuevo Estado que articula la autonomía en la propuesta de Constitución Política del Estado.

El nuevo marco autonómico reconoce los gobiernos autónomos subnacionales, eso quiere decir que se va a construir e instalar en los departamentos que dieron el Sí a la autonomía la vigencia de los estatutos departamentales, con cualidad legislativa. Se podría elegir a los asambleístas departamentales, que van a poder aprobar leyes departamentales. Además, no se quita mérito a la iniciativa privada, pero el Estado será el impulsor de la producción y construcción de un nuevo modelo económico mixto en el que lo estatal y lo privado se desarrollen armónicamente. Pero la apertura a esa posibilidad quedaría atrás con el No”.

Carlos Alarcón, abogado constitucionalista

“Si se rechaza el proyecto de CPE, se abrirá un nuevo proceso constituyente”

“A diferencia de la aprobación de la nueva Constitución, si gana el No no habrá un trauma o una situación de crisis en las instituciones del Estado, pero sí para los sectores sociales, los cuales aproximadamente representan la mitad o más de los bolivianos que no se sienten identificados ni representados por el actual texto constitucional y que van a seguir demandando un proceso de cambio y un proceso constituyente para que puedan ser adecuadamente incluídos y puedan ser, de alguna manera, satisfechas sus aspiraciones de inclusión y mayor justicia social.

Entonces, el No va a generar un nuevo proceso constituyente que, si se hacen bien las cosas, alcanzará —de una vez por todas— un auténtico pacto social que pueda deparar un futuro de estabilidad, certeza y progreso sostenible para Bolivia. Las partes en conflicto tendrán que dialogar nuevamente. Además, la mayor parte de la población no permitirá que se vuelva al estado de situación anterior en el país, de todas maneras llegarán cambios; sin embargo, con cualquiera de los resultados, habrá una nueva etapa de inestabilidad, conflicto e incertidumbre, porque el proyecto de Constitución Política del Estado y el proceso constituyente que acaba tienen un principio que diferencia y divide a los bolivianos sobre la base de conceptos étnicos de pertenencia a determinado grupo, indígena o mestizo, lo que provoca un grado mayor de conflictividad, tensión y división en el país”.