Y los cambas taitetuses ya se aprestan a… ¿votar o bailar?

El Mundo. El Director.

Mientras toca la puerta el peligro del autoritarismo, del fin de la democracia, por su parte un taquirari dice: “se prepara el camba, la peladinga que se pone el vestido rojo y la matraca del maestro Mateo Flores para ir a carnavalear”, la ultima parte suena a ironía de este enganchado: “ven ven veeen que las palmeras saben de mi amor, formar nuestro nidito de pasión. Dame tus besos con frenesí, tesoro mío dime que si con las palmeras voy a vivir, por Santa Cruz voy a moriiir y que viva mi Santa Cruz de la Sierra Bolivia”.

Alguien me enseñó que los pueblos no tienen los gobernantes que se merecen sino los que se les parecen, de dónde venimos hoy con las criticas a Evo por sus ritos y ceremonias aymaras en Palacio Quemado con la jerarquía de los yatiris participando en el Anata (carnaval) que se inicia el domingo de compras, luego pasa el martes de comadre y termina con el miércoles de tentación solo difieren los trajes, en Santa Cruz una Reina quien alegre luce su fantasía, los comparseros sus casacas y en ambos lados beben hasta quedarse dormidos en la calle o en algún rincón, después de haber dado libertad a las bajas pasiones de lujurias, unas con los pepinos y las otras con el camba taitetú.



Es tan importante esta fiesta que una vez se postergó la guerra (Invasión Chilena 1879) pues el ejército y el pueblo festejaban el carnaval, así perdimos el mar, aunque pasan 130 años seguimos lamentando ese hecho, pero nunca arrepintiéndonos del festejo, que Viva el carnaval.

La pregunta es si el Carnaval está antes o después del referéndum del hecho más importante de la historia del país, simplemente se debate si seguiremos siendo una nación o simplemente una torre de babel con 36 naciones originarias, con 112 provincias que albergan a 324 municipios que hoy serán autónomos con las mismas prerrogativas que la anunciada (por el MAS ) autonomía cruceña, donde nadie se comprenderá y la única voz que se escuchara será la del Presidente para siempre Evo Morales, la respuesta es sencilla: primero está el referéndum y luego la fiesta pero para nosotros lo único que vale es la fiesta.

Los Mamarrachos y los Patrones tienen todo preparado, la reina una belleza inigualable, la letra de su taquirari, sus derechos vendidos, se adueñarán de las calles, tribunas y garajes durante tres días, organizarán -como la estructura de un reloj- la entrada, la coronación y las precas, tanto ingenio para dedicarle a la fiesta de Satanás (eso dice la iglesia y hoy que estamos tan católicos deberíamos asumirlo) ¿se imaginan si el cerebro de la asociación de comparsas carnavaleras actuara organizadamente por el NO?, esta opción sería arrolladora; si en vez de preparar sus colas estuvieran imprimiendo las contradicciones del Proyecto Constitucional de Evo no faltaría propaganda, si en vez de casacas todos estuviéramos con las poleras del NO esa acción asustaría a cualquier enemigo de la democracia, de la libertad y de la posibilidad de libre empresa, debemos destacar que existe en estos momentos un duro debate carnavalero y es dónde se coronará a María René.

Ojala las urnas demuestren que estoy equivocado, que el ser cruceño carnavalero no es la prioridad, lo raro es que en La Paz; Oruro y Cochabamba el carnaval está entrando con un perfil muy bajo respetando primero que el país está en una encrucijada entre decidir si la fiesta continua por tres días o por decenas de años, solo que el único rey momo será el gobernante los demás deberemos abocarnos a aplaudir desde el lugar que nos asignen en la tribuna de los mira corsos.

Al son de la maraca de Mateo, sin pensarlo y a puro salto de vivas a su comparsa los cruceños caminamos al patíbulo, esta vez no nos cortarán la cabeza, solo les cortarán el futuro a nuestros hijos, el futuro al país productor, a la nación con sus instituciones (todas chuecas pero nación al fin y al cabo), solo nos quitarán la voluntad de decidir, nos impondrán una orejeras solo para escuchar los lamentos y no la libertad de expresión, finalmente la mejor experiencia es la que uno vive, los consejos y advertencias no los escuchan y dirán que mi bronca por los carnavaleros es que no salto en ninguna comparsa, y yo los saludaré con el sombrero de sao para que me tape la cara al verlos pasar con cara de cojudo, esa misma con la que uno aparece al día siguiente que lo metieron preso.

Y que viva el carnaval, esto no es un editorial más, es un taquirari y espero que no sea el último.