Por el temor a sufrir agresiones y el saqueo de su propiedad por parte de los comunarios. Su abogado dice que el Gobierno debe restituir el inmueble.
Cabildo: comunarios de Sank’ajawira, el viernes pasado, exhiben documentos ante la casa de Cárdenas
La Prensa
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Max Catari y María Huañapaco se instalaron en la vivienda de su hija en la zona Bella Vista.
Los padres de Lidia Catari de Cárdenas dejaron su casa ubicada en la población de Huatajata, provincia Omasuyos, por el temor a sufrir agresiones y el saqueo de su propiedad por parte de los comunarios, quienes tomaron el sábado 7 la casa de campo del ex Mandatario.
Después de la medianoche del viernes 13, un contingente de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP) se desplazó a esa región, pues un informe de inteligencia señalaba que los comunarios avasallarían la casa de los suegros del ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas, aunque no se produjo incidente alguno.
Cinco días antes, la casa del ex Mandatario ubicada en la comunidad Sank’ajawira había sido tomada con violencia por campesinos, y cinco de sus familiares, golpeados en el desalojo.
Los padres políticos de Cárdenas son Max Catari (84) y María Huañapaco (80), su inmueble está ubicado a unos tres kilómetros de la vivienda atacada. El abogado de la familia, César Quiroga, atribuyó la extrema decisión al miedo que sintieron por correr similar suerte que sus hijas y dos nietos.
Así, por su cuenta, decidieron trasladarse a la ciudad de La Paz a las 07.00 del viernes, mientras se desarrollaba un cabildo del sector, a las puertas de la casa tomada con violencia.
En la ocasión, los comunarios resolvieron la expulsión de Cárdenas, su esposa y sus hijos Tania Naira, Irumaki, Sani Arasape y O’e Iru; además de la expropiación del inmueble para erigir una sede social de ancianos; vigilia permanente y apoyo a los dirigentes enjuiciados.
El abogado Quiroga informó a La Prensa que el matrimonio Catari Huañapaco “no hizo abandono de su propiedad, es más, hasta donde entendemos las medidas del cabildo no los involucran a ellos, en consecuencia su salida hacia La Paz es por precaución”.
Irumaki, hijo de Víctor Hugo Cárdenas, indicó que sus abuelos se instalaron en su casa situada en la zona Bella Vista y no sabe cuánto durará su permanencia a su lado.
Gregorio Mamani, asesor de los lugareños, dijo que no se tomará ni una propiedad más de los allegados a los Cárdenas.
El fiscal del caso, Gregorio Blanco, explicó que la familia debe presentar una demanda por despojo ante un juez de sentencia de El Alto, lo que fue descartado por Quiroga.
“Hoy la restitución de la posesión del bien inmueble es un hecho policial, debe ser dado a requerimiento de la Fiscalía, estamos reiterando la solicitud y es deber del Ministerio de Gobierno”.
La defensa presentó ayer a ese Ministerio un pedido para la restitución del inmueble, pero Alfredo Rada, titular de Gobierno, cuestionó, el fin de semana, el derecho propietario de la vivienda y pidió a la Fiscalía que indague el caso. Quiroga dijo que todo está en regla.
La vigilia ahora es cantonal
Tal como habían decidido los comunarios en el cabildo del viernes pasado, se mantiene la vigilia a las puertas de la casa perteneciente a Víctor Hugo Cárdenas en la comunidad de Sank’ajawira, aunque ahora la responsabilidad se distribuye por cantones.
El dirigente de la Subcentral Campesina de Huatajata, Samuel Huañapaco, explicó que el cuidado del inmueble corre por turnos por representantes de los cantones aledaños, como Jankoamaya, Huarina, Kalake, Chúa Visalaya y otras.
La presencia de los comunarios en el lugar no impide la circulación vehicular en la zona ni crea otro tipo de obstáculos, aunque hasta ayer se mantenía la vigilancia policial en el lugar.
Consultado acerca de la posible presencia en la región de autoridades del Ministerio Público, Huañapaco respondió que sus representantes no serán admitidos.
El ex asambleísta Gregorio Mamani, abogado de los comunarios, se apresta a iniciar el trámite de expropiación ante autoridades de la Alcaldía Municipal de Achacachi.