El Superman, el Lucas y el Viejo

centa3 Centa Reck

En vez de contar con investigaciones y resultados de peritajes serios que aporten al esclarecimiento del caso de supuesto terrorismo que se cobró la vida de tres ciudadanos, ajusticiados en las habitaciones del hotel en el que estaban hospedados, entramos a una etapa errática de supuestas pruebas.

Las pruebas son fotografías de chicos que en un cuarto de hotel aparecen jugando a la guerra. Descamisados que más que terroristas parecen cowboys, a los que la infancia les quedó corta y seguían buscando quiméricas luchas entre buenos y malos de las historietas de la vida.



No pretendo exculpar a nadie, pero no creo que las fotos sean suficientes pruebas, pues también como se supone lo peor se podría suponer que eran buscadores de aventuras pero no siempre peligrosos terroristas como se pretende mostrarlos, siempre en paños menores o en situaciones en las que estos supuestos peligrosísimos terroristas andaban de parranda, pasándola re bien como se viven las noches cálidas, sensuales, cargadas de la magia que irradia Santa Cruz. Veo las fotos que pasa la tele y aparecen de novios, haciendo muecas, sacando la lengua, con bata de carnaval posando con una paquitas morenas.

Ustedes tal vez me acusarán por mirar con ojos de novelista, pero veo otra cosa y no terroristas. Chicos equivocados, que equivocaron la ruta, que no estaban en el lugar que debían estar, pero no creo que haya sido un justificativo para acribillarlos con una balacera de 20 minutos dentro de sus cuartos de hotel. Los veo con ropa intima, muertos, ensangrentados, y las explicaciones no llegan.

Ahora aparecen como testigos ni más ni menos que los cuasi unionistas que fueron raptados y sometidos a largas horas de practicas de presión y tortura, porque los mantuvieron con los ojos vendados, con las manos amarradas y quien sabe que otras cosas más. Esos señores comienzan a hablar en clave antes que ser testigos claves, porque en realidad Juan Carlos Gueder Bruno dijo sandeces, cosas tan incongruentes que nos muestran que posiblemente no tuvo la cabeza como para aprenderse el texto completo que le habían exigido que recite.

¿Cuándo se ha visto que un raptado luego sea un testigo fiable?

De verdad que estoy confundida y encuentro que todo esto es tan ridículo, mucho más cuando se promete un testigo agonizante que promete cantar la cartilla antes de morir y que esta persona se ofrece como una prueba estrella, la prueba para apresar a muchos ciudadanos que serán denunciados por terrorismo porque le da la gana al moribundo.

El testigo estrella que es el moribundo y que dice haber sido chofer de Rozsa todavía no ha hecho su aparición estelar. Por lo que se anuncia ese es el que va a decir cualquier barbaridad porque total si se va a morir, no tiene nadie que le pida cuentas después… El tribunal inquisidor primero amenaza, circulan listas, se aprieta a muchos ciudadanos con el cuento de que al moribundo le va a dar la gana de ligarlos o relacionarlos al caso, que dirá que los vio en tal o cual lugar con Eduardo Rozsa, un verdadero trabajo que parece más un ajuste de cuentas a los opositores que resultan incómodos que a un verdadero trabajo de investigación.

Santa Cruz es hoy por hoy un inmenso territorio tomado por la mafia de los inquisidores de terrorismo.

Entre las declaraciones aparece una incongruencia mayúscula, pues resulta que los testigos delatores, dicen ahora que Rozsa quería matar a los prefectos de Santa Cruz y del Beni, lo que lleva a plantearse muchas preguntas. ¿Para que quieren los inquisidores usar a los prefectos? La mente se dispara y se pueden pensar muchas cosas, tantas que no podemos reproducirlas. Se puede llegar a pensar incluso mal de los prefectos, razón por la que estos deberían quejarse de ser utilizados en esto que suena a una manipulación. Si creen que ese es un buen argumento para que los cruceños se rasguen las vestiduras porque un torturado dice que se retiró del grupo porque “iban a matar a mi gobernador”. Si creen que el canje de matar a Evo por los gobernadores les favorecerá para ganar adhesión a su cruzada terrorista, o han leído muchas novelas policiales o creen que los cruceños son unos reverendos idiotas.