Sobre terroristas, amenazas y separatismo

Exigir investigación imparcial y demandar unidad entre cruceños y bolivianos mostrándole al gobierno que no son ciertas sus acusaciones de separatismo.

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Independientemente de las contradictorias versiones que puedan dar los ministros de la Presidencia , Juan Ramón Quintana y de Defensa, Walker San Miguel, el traslado de tropas hacia Santa Cruz, significa un claro mensaje  de amedrentamiento hacia el departamento y sus reivindicaciones autonómicas.



Como ya es norma, los funcionarios gubernamentales dan diversas y disímiles versiones sobre un mismo tema. Uno dice que se trata de luchar contra el terrorismo y otro dice que se trata de reforzar el control fronterizo para combatir el  contrabando y el narcotráfico. Pero en este caso la intención es clara y el traslado de tropas es un elemento más de un plan que ha sido concebido desde el mismo momento de la llegada de Evo Morales al gobierno. 

En primer término se descubrió un grupo de supuestos “terroristas” que tendrían por objetivo cometer un “magnicidio”. Ante la imposibilidad de sustentar dicha tesis, se la cambio por la de un intento “separatista” acogiéndose a una traducción de una entrevista que concedió Eduardo Rozsa a un periodista húngaro.

Esta versión sobre el intento de separatismo está dando al gobierno del MAS el justificativo para aplicar un plan que lo tenía preparado desde hace tiempo que consiste en la militarización de Santa Cruz en los mismos términos en los que se actuó en Pando luego de haber provocado 13 muertos.

Nadie puede creer que el despliegue de tropas esté destinado a luchar contra el terrorismo. Se sabe que el terrorismo, por su carácter compartimentado y celular, no puede ser combatido por tropas regulares y que se requiere, fundamentalmente, un trabajo de Inteligencia como lo demuestran las experiencias en el Perú.

El traslado de tropas militares a Santa Cruz no es más que un nuevo eslabón en la larga cadena de manoseo a las regiones que no comulgan con el MAS y también a las FFAA con la complicidad del Alto Mando que manifiesta una gran lealtad al gobierno, cimentada a fuerza de bonos y otros privilegios.

Por otro lado, en la clase dirigente cruceña, autoridades departamentales, municipales, parlamentarios, cívicos, empresarios y gremios, hay mucho por enmendar en cuanto a falta de persistencia en los objetivos, insuficiente participación colectiva en las decisiones, mediocre estrategia de comunicación con el resto del país. En suma, hay que practicar la autocrítica y quizá aprender a ser desconfiados como los del occidente que siempre están alertas al devenir político, mientras el oriental relativiza estos temas y con frecuencia es sorprendido con acciones gubernamentales que afectan a la región.

Sin encubrir a nadie, ahora es el momento de la unidad entre cruceños y con Beni, Pando, Tarija, Chuquisaca e inclusive con la valiosa gente del occidente del país, para mostrarle al gobierno del MAS que no son ciertas sus acusaciones de separatismo que endilga a Santa Cruz. Por ello se debe exigir a Evo Morales que permita una investigación imparcial, con participación de organismos internacionales idóneos, del supuesto plan terrorista existente en el país y que no utilice el tema como eslogan de campaña electoral para enlodar a la oposición y desviar la atención sobre su pésima gestión gubernamental.