Terrorismo por Decreto

Más represión es lo que nos ofrece el Gobierno de Evo Morales, represión y amenazas en vez de esclarecimiento de la verdad que es ahora un bien escaso en nuestro país que va como un meteorito hacia la pérdida de libertades y de derechos. Las últimas noticias siguen mostrando que el camino que ha elegido Evo Morales es el de la coerción, el autoritarismo y la violación flagrante del estado de derecho.

logo_estrella2 Editorial La Estrella del Oriente. Centa Reck

Después de militarizar Santa Cruz, sobrevino el segundo condimento de esta guerra declarada al oriente boliviano y a la visión democrática. Rodeado de sus huestes cocaleras, la fuente ovejuna de Bolivia, planteó sin más que lanzará un Decreto para confiscar los bienes de todos los que sean acusados de haber hecho aportes o haber colaborado a los supuestos planes de terrorismo. Sabíamos a ciencia cierta que esta acusación que han logrado construir paso a paso y sin pruebas fehacientes, tenía el objetivo de comenzar a expropiar, a quitar los bienes de los cruceños, y que luego seguirá avanzando en el resto del país, pues no olviden que en la estrategia de ir anunciando lo que sobrevendrá, Morales ya ha planteado que existen células terroristas también en Cochabamba y que lo que encontraron en Santa Cruz es sólo uno de los tentáculos del llamado monstruo del terrorismo. Esto nos deja entrever que el comunismo, el quita quita, ahora tiene una excusa y un decreto para comenzar a tomar lo que antes era privado y revertirlo al Estado, que es un decir, porque como ocurría con la Ley 1008, luego los bienes serán dados en custodia o simplemente entregados a quienes son funcionales o partidarios del Gobierno de Morales.



Además de este primer paso dado ya para el asalto de la propiedad privada, se ha mostrado como prueba del presunto plan de magnicidio un video sin procedencia, supuestamente entregado por un ex terrorista que está a punto de entregarse, video en el que en una especie de comedia dicen que dijeron los actores que se podría hacer explotar a la tripulación de ministros que con el Presidente navegaban urdiendo sus planes por el lago Titicaca. El texto de la conversación que dicen que tuvieron los supuestos magniterroristas es una tomadura de pelo, una broma sin trascendencia, que pretende ser tomada como prueba. Si estas son las pruebas cualquier conversación por más estúpida que seca, puede llegar a convertirse en el motivo de encarcelamiento y acusación de terrorismo, tal como ocurrió en las épocas de oscurantismo, con condenas de corte inquisitorial en la que se torturaba y encarcelaba por ser tataranieto de un infiel, de un judío, o por haber comido carne de cerdo, sin que se hubiera siquiera probado el hecho, todo a simple acusación.

La otra perla, que pretende ser tomada como prueba de la acusación de terrorismo, es la supuesta declaración de un moribundo, que habría dado su testimonio acusatorio antes de morir. Y ya esto es el colmo del agravio a la legalidad y a la inteligencia. Por supuesto que esta es una trama de lo más espeluznante, un moribundo contratado y pagado por la Gestapo estatal para que declare cualquier barbaridad, un moribundo que dejará a su familia un buen pago por su infamia, por hablar barbaridades, un diabólico moribundo, que entrega su alma a Satanás a fin de dejar unos cuantos pesos, los diez denarios de Judas.

La infamia, la desvergüenza, la traición y todos los pecados capitales han salido de la caja de Pandora y andan sueltos en manos de sus respectivos demonios que se están encargando de esparcirlos.