Blanca Nieves y los enanitos


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Depende de quienes y para qué fin se cuentan las historias para que estas tomen la orientación que se les quiere dar. Por este motivo es que en cada relato se hace necesario no sólo ver quien lo hace sino con que fin se lo construye.

El tema de la expulsión de la DEA de Bolivia, sigue dando mucho de que hablar puesto que ya se tienen los resultados que eran esperables, y que desgraciadamente se traducen en cifras alarmantes de aumento de cultivos de coca y de factorías que nos muestran que se está produciendo de manera sofisticada e incluso rústica una gran cantidad de droga que ahora invade el mercado interno y que también sale de Bolivia hacia el exterior construyendo por supuesto una red de trafico en el que Bolivia asciendo a la franja superior de los países productores en escala.



Las consecuencias no son ninguna sorpresa puesto que son visibles y se traducen en incremento del crimen y la violencia, tal como lo estamos viviendo en el presente, haciendo que el salir a la calle sea una verdadera odisea a causa de la ola de asaltos, robos y asesinatos que se producen a diario y van sumiendo a nuestra sociedad en una especie de “mala hora” que los ciudadanos acaban por padecer como si se tratara de una enfermedad incurable o crónica.

El gobierno boliviano, en su momento se dio el gusto de contarnos su propia versión cuando despidió a la DEA de Bolivia diciendo que se trataba de una forma de demostrar un rechazo hacia el colonialismo Norteamericano que implementaba en el país la política antidroga a través de la agencia creada en el país con este fin.

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Hasta el presente Bolivia no logró superar este impasse que ha provocado que sea declarado un país inviable en el tema drogas, razón por la que ha perdido el Atpedea, dejando a miles de microempresarios sin posibilidad de colocar sus productos. En la actualidad Bolivia no ha dado señales de cambio positivo en este tema porque los sembradíos de coca exedentaria crecen y la producción de cocaína es una mancha blanca que va en progresiva expansión en contra ruta con el trabajo honesto y la producción agropecuaria.

El tema ha vuelto a ser noticia en el país puesto que el presidente Obama tiene que tomar algunas determinaciones con respecto a Bolivia y a Ecuador antes del 30 de junio, para ver si continua recortando o repone los beneficios otorgados a Bolivia bajo el Atpedea, acuerdo que fue suspendido no porque el ex presidente Buch fuese el asesino que a nombre del Imperio quería matar a la pobre Blanca Nieves sino porque el país fue identificado por el Departamento de Estado como un país que incumplió en forma demostrable sus obligaciones según los términos de los acuerdos internacionales contra el narcotráfico.

El gobierno de Bolivia no reparó que esto haría ayer, hoy y siempre inviable al país, por más historias que se cuenten al respecto, tratando de establecer alguna justificación en la que supuestamente la pobre y abusada Blanca Nieves, tenía que ser salvada por algunos enanitos que finalmente se están convirtiendo en los cómplices que permiten que las bandas de narcotráfico crezcan y se trasladen a nuestro país, que por sus condiciones de cultivos de hoja de coca en expansión y a falta de una política antidroga adecuada, se ha convertido en absolutamente atractivo para el negocio del narcotráfico.

Ahora la lógica nos dice que la situación no depende de que Buch sea la madrastra mala o Barack Obama sea el negrito bueno, encargado de reparar el supuesto odio del Imperio. Lo cierto es que el gobierno de Bolivia no ha planteado en el país una política antinarcóticos adecuada y que por lo tanto desde entonces Bolivia se ha integrado al circuito del tráfico de drogas y se ha excluido de otros acuerdos y tratados internacionales a los que se pretende satanizar sin tener las condiciones para proteger a nuestra sociedad y convertirla en un grupo humano laborioso y ocupado de actividades licitas en desmedro de las ilícitas.

La historia del gobierno habla bien de Blanca Nieve entregada a la protección de siete enanos y heabla pestes del terrible demonio del Atpedea. Algo no cuadra en esta historia porque no creemos que Atpedea sea precisamente más malo y pernicioso que el narcotráfico ¿No les parece?