Chávez hace las paces con Obama

image MEXICO (CORRESPONSAL LA VANGUARDIA) – JOAQUIM IBARZ

Con Barack Obama en la Casa Blanca, Washington ha dejado de ser el gran Satán para el presidente Hugo Chávez. Por ello, Estados Unidos y Venezuela reanudan las relaciones diplomáticas, rotas el 11 de septiembre de 2008, cuando, Caracas decidió expulsar al embajador Patrick Dudy, en solidaridad con el presidente boliviano Evo Morales que había hecho lo propio.

“El gobierno del presidente Obama ha mostrado todo el deseo para avanzar en una comunicación fluida y mejorar las relaciones, y nosotros estamos en la disposición de ir hacia delante. Así, de inmediato los dos embajadores restablecen sus funciones”, indicó el ministro venezolano de Exteriores, Nicolás Maduro.



Aunque en un primer momento Chávez sugirió que designaría como enviado en Washington a Roy Chaderton, actual representante de Venezuela ante la Organización de Estados Americanos (OEA), al final decidió que "resulta más sencillo reasignar a los anteriores embajadores". De esta manera, el retorno del embajador estadounidense se puede realizar de inmediato, sin esperar a los lentos trámites parlamentarios que entraña la designación de un nuevo diplomático.

La normalización de relaciones se produjo en el marco de la VI Cumbre de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), que se realiza en Maracay. El Alba cambia de nombre, pasa a llamarse Alianza Bolivariana para las Américas.

La alianza, suma ya nueve países miembros. Bajo un membrete de oposición al imperialismo, gana adeptos la plataforma ideológica para impulsar el proyecto de liderazgo regional de Chávez. Ecuador y Antigua-Barbuda son los últimos en incorporarse.

En el bloque participa Irán como observador. Caracas considera como aliado estratégico a teherán. Chávez apoyó en público al presidente Mahmoud Ahmadinejad, sin criticar la represión de manifestantes. Ni aún en el día del restablecimiento de relaciones, Chávez dejó de acusar a EE.UU. Señaló a la CIA y al imperialismo yanqui como responsable de las protestas en Irán, y ratificó su confianza en la legitimidad del triunfo de Ahmadinejad. El desaparecido analista venezolano Alberto Garrido fue el primero en alertar sobre el proyecto geopolítico-multipolar-petrolero de Chávez, con el que pretende hacer de Venezuela una potencia energética y crear un nuevo orden mundial multipolar. Para este plan, Irán es una pieza fundamental.

El petróleo le permite a Chávez lograr lealtades. Creada por Cuba y Venezuela en 2004 para contrarrestar el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), que impulsaba Washington, al Alba se han sumado  Bolivia, Nicaragua, Honduras, Dominica, San Vicente-Las Granadinas, Ecuador y Antigua-Barbuda.

El dinero de Venezuela es el imán que atrae a países con pequeñas economías. Venezuela ofrece a sus socios ventajas energéticas que podrían convertirse en una pesada losa si los precios del crudo vuelven a caer. Cuba, Ecuador, Bolivia y Nicaragua comparten afinidad ideológica con Chávez, pero Honduras y las minúsculas islas caribeñas sólo buscan algún provecho para sus maltrechas economías. 

La ayuda venezolana, que comprende la entrega de 100.000 barriles diarios de crudo a precios muy rebajados, es el sostén de la economía de Cuba.

Ecuador se pregunta qué gana con la entrada en la Alba. El diario “El Comercio” de Quito señala que la integración latinoamericana debe basarse en el intercambio comercial, el mejoramiento educativo, la investigación científica, el aprovechamiento tecnológico… Y nada de eso ofrece la Alba. Por ello critica que se debilite aún más a la comunidad andina para sumarse a una propuesta ideológica que olvida esas claves estratégicas.