El “cambio” no llega a la desnutrición infantil

Al conocer estos datos alarmantes, uno tiende a preguntarse qué ha sucedido en nuestro país durante estos tres años en el que transcurre el llamado Gobierno del “cambio”.

laPrensaEditorial La Prensa

De acuerdo con el representante del Fondo Internacional de Naciones Unidas para el Socorro a la Infancia (Unicef), actualmente cuatro millones de niños bolivianos viven en la pobreza. El mismo personero afirmó que más de 14.000 niños mueren antes de cumplir el año de vida y que 650 madres fallecen cada año en el país porque no pudieron acceder a un servicio de salud de calidad durante el parto. “Estos datos son social, política y moralmente inaceptables”, manifestó el funcionario. Datos de Naciones Unidas sostienen que en 2005 los niños en la pobreza eran 2,5 millones.



Un estudio de Adalid Zamora y Adhemar Esquivel presentado por el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Centro de Estudios para América Latina (CEPAL) sostiene que, si no ejecuta programas para reducir la desnutrición Infantil en niños menores de cinco años hasta 2015, Bolivia perderá 102 millones de dólares por año, que es el monto que el país tendría que invertir para paliar los efectos de este problema. El estudio sostiene que los niños afectados —que en 2005 llegaban a 99.893— enfrentarán a enfermedades asociadas a la anemia, diarreas y problemas respiratorios, entre otros.

Estos informes nos hablan de males que llevarán a miles de nuestros niños a la muerte y en el mejor de los casos, a la deserción escolar, por lo que ya no formarán parte de la población económicamente activa (PEA). En 2005, cuando se conocieron los datos de Naciones Unidas, sobre la existencia de 2,5 millones en la pobreza, se recordó que esta condición se agudizaba con la mala nutrición por la falta de acceso a los servicios médicos y la necesidad de tener que trabajar, por lo que la situación podría empeorar si no se tomaban medidas. Hoy la línea de la pobreza ya la han cruzado cuatro millones de infantes.

Naturalmente, al conocer estos datos alarmantes, uno tiende a preguntarse qué ha sucedido en nuestro país durante estos tres años en el que transcurre el llamado Gobierno del “cambio”. Una mirada a vuelo de pájaro de los últimos 26 años podemos sostener que ninguno de los gobiernos ha velado por la calidad de vida de la población. Al contrario, los promedios de pobreza se han incrementado en proporciones alarmantes, acompañada de una ausencia cada vez mayor de fuentes de trabajo. La asunción de don Evo Morales a la Presidencia no sólo no ha cambiado esta situación, en muchos casos las ha agravado.

Durante la gestión del Movimiento Al Socialismo, hemos visto a un Gobierno abocado a los problemas políticos, concentrado en la aniquilación total de cualquier tipo de oposición y en busca de la concentración total del poder. Todo paso dado por el supremo Gobierno buscaba este objetivo. Desgraciadamente, las cifras que se vienen conociendo paulatinamente, muestran que son los niños las primeras víctimas de esta situación.