El MAS raya la cancha

La persecución seudolegal, el fraude y la violencia son las armas que tiene el MAS para competir contra sus adversarios políticos.

ElNuevoDia Editorial El Nuevo Día

El Movimiento Al Socialismo ya reveló las condiciones, el clima y las reglas que regirán durante la campaña electoral para las elecciones del 6 de diciembre, fecha que el Gobierno considera inamovible, pese a que el padrón biométrico, la gran vedette que se preparaba para debutar, corre el riesgo de no salir al escenario porque al Gobierno le interesa nomás que el pueblo salga a bailar con la más fea, es decir, con un padrón contaminado, cuyo margen de error es del 30 por ciento, lo que significa un riesgo de fraude que casi llega al millón de votos, según el ex presidente de la Corte Nacional Electoral, José Luis Exeni.



Y el MAS lo está logrando como mejor sabe hacerlo, pasando por encima de las leyes y la Constitución y elaborando nuevas normas a la medida de sus caprichos. Ese es el rumbo que tomó ayer la Cámara de Diputados, donde fue presentado un proyecto de modificación de la Ley Electoral Transitoria que ordena la elaboración del padrón biométrico. Al margen de las decisiones y la posición que luego asuma la Cámara de Senadores, es importante lo que diga la Corte Nacional Electoral, cuya directiva ha sido recientemente renovada y donde han comenzado a darse señales de transparencia.

Ahora veamos las condiciones. El MAS ha intensificado en estos últimos días la persecución seudo-judicial contra autoridades, dirigentes políticos y líderes de la oposición. Es posible que ni la ola de juicios o la violencia logren amilanarlos y se espera que el próximo paso sea una batalla legal (con procesos torcidos por supuesto) para inhabilitar candidatos, tal como sucedió en Venezuela y en Nicaragua, donde el chavismo y los atropellos de Daniel Ortega, dejaron sin posibilidades de competir a líderes de enorme peso. Aún así, Chávez perdió espacios importantes en Venezuela, como la alcaldía metropolitana y las gobernaciones de varios estados, los más poblados y de mayor poder económico. En esos lugares la batalla es otra en este momento y pasa por reducirles al mínimo los presupuestos y los espacios de acción, de tal manera de concentrarlo todo en el despacho del autócrata.

La otra estrategia que se aplica de forma paralela tiene que ver con el ambiente en el que comienza a transitar la campaña electoral. El ataque a la casa del ex vicepresidente Víctor Hugo Cárdenas y la flagelación del dirigente indígena Marcial Fabricano, fueron los mejores indicadores de lo que el MAS está dispuesto a hacer para consolidar el absolutismo al que aspira el presidente Morales, es decir, el control de todos los poderes del Estado, hecho que le daría cuerpo el cambio de nombre recientemente aprobado y que deja a Bolivia sin su noble apellido: “república”. Los azotes que recibió una diputada orureña y las amenazas de dirigentes campesinos de varias provincias de La Paz y Potosí de expulsar de su territorio a cualquier candidato que no sea del MAS, terminan de definir las reglas del juego que Evo Morales pretende imponerle a sus oponentes para medirse con ellos. El Presidente no es el único que sabe de fútbol entre los políticos, algunos de los cuales creen que “con la cancha embarrada es más lindo ganar”.