El pueblo boliviano tiene derecho a conocer lo que pasa en YPFB

¿De qué nacionalización habla el Gobierno y de qué transparencia? El pueblo boliviano se entera paralogizado de la corrupción en YPFB, pero por otro lado el desconocimiento se acrecienta sobre el mismo manejo operativo, técnico y administrativo de la estatal petrolera.

opinionEditorial de Opinión

Transparencia es uno de los términos muy de moda que utilizan los políticos, tanto del oficialismo como de la oposición. Lo unos proclamando que los actos del “gobierno de cambio” serán de conocimiento público, y los otros demandando precisamente a los que detentan el poder, cumplan con la promesa de hacer conocer todas las grandes decisiones que interesan al colectivo social.



El término transparencia tienen también relación con la limpieza en la administración pública, como meta para combatir la corrupción.

Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) es en realidad la empresa emblemática de los bolivianos y a partir de su nacionalización, o dicho en palabras del presidente Evo Morales, “la recuperación de los hidrocarburos para los bolivianos”, se planteó trabajar en un esquema, donde la eficiencia y la honestidad, debían abrir las puertas para el gran desarrollo nacional.

Lo que ha venido sucediendo hasta el momento, lamentablemente, contrasta con tantos discursos y escenificaciones de militares tomando los campos petroleros y levantando banderas bolivianas.

Del latrocinio de los recursos naturales, permitido en el denominado modelo neoliberal a cargo de las empresas extranjeras, se ha pasado al mismo latrocinio y a una corrupción que tiene ribetes de nunca terminar. El problema original parece estar en el enfoque de la misma nacionalización, es decir en un procedimiento que en ningún momento tuvo la intención de recuperar las riquezas para los bolivianos, y mantener, mediante la compra de acciones a las transnacionales, una situación que en vez de mejorar, daría la impresión que se ha embarrado aún más en la senda de las irregularidades, de la ineficiencia y de corruptelas de gran alcance.

Un día los bolivianos se enteran por casualidad de un entramado delictivo que combina soborno, asesinato, proxenetismo y otros delitos que involucran nada menos que al ex presidente de YPFB Santos Ramírez, el hombre más fuerte del partido de Gobierno y a quien se confió el despegue de la estatal petrolera.

Otro día se conocen de las implicancias en otros niveles de la administración de Yacimientos, luego los escándalos se suman hasta conocer, hace poco, que la nacionalización de Transredes, resulta un fiasco porque se le liquida con mucha prisa a las empresas extranjeras 240 millones, pero éstas se van dejando deudas por impuestos y obligaciones que alcanzan a los 200 millones. ¿De qué nacionalización habla el Gobierno y de qué transparencia?

Pero por otro lado, el desconocimiento del pueblo boliviano, se acrecienta sobre el mismo manejo operativo, técnico y administrativo de la petrolera boliviana. Las exportaciones de gas y petróleo están en bajada y las del crudo reconstituido al momento son nulas. El país ya está importando gasolina y diesel y los datos sobre la producción de manera oficial, son ocultados. La información sobre estos aspectos está ausente, quizá como nunca antes. El pueblo boliviano, por el que se dijo, se hizo esta “nacionalización”, no conoce nada y se le niega información.

Así de transparente está YPFB.