Paralelismos…Bolivia Venezuela

mauricio_aira2.JPG Mauricio Aira

Merced a la rapidez y precisión de las comunicaciones resulta relativamente fácil comprobar que los atropellos que tienen lugar en Venezuela contra las libertades van dirigidos a transformarla en otra Cuba debido a las limitaciones que se imponen tanto a la empresa privada cuanto a los medios de comunicación independientes que van desapareciendo hasta quedar en pie tan solo aquellos hoy sometidos a la Administración.

La denuncia no ha cesado de espacios que se van cerrando, del sometimiento y del acoso y de las amenazas de confiscación, de juicios indebidos, de expropiación o de clausura. En Bolivia, si bien se puede aceptar que existe libertad de expresión, ya se tienen juicios a medios de comunicación, encarcelamiento y persecución de periodistas, está pendiente el asesinato de un Carlos Quispe de humilde origen que fue linchado por turbas masistas, sin que hubiese prosperado la investigación y el juicio, varios medios fueron atacados, cientos de periodistas maltratados por grupos aleccionados y se mantiene una atmósfera de violencia en contra de aquellos reporteros que recogen la noticia de fuentes del oficialismo. Ni qué decir de la negativa a favorecer con el avisaje oficial, que en un país con predominancia estatal, constituye un ítem de ingresos importante.



De justicia poner de relieve la entereza y el valor civil de los medios independientes que no obstante la presión oficialista prosiguen firmes en la tarea de recoger y difundir la verdad. El caso típico de La Prensa que confronta un juicio bajo acusación de falsedad y distorsión de la noticia, ayuda a entender que el régimen no se detiene ante nada si de imitar las acciones de Caracas se trata y si bien las agresiones han disminuido se puede atribuir al período electoral, sin embargo las restricciones y discriminación continúan adelante.

Otra comparación inocultable es la imposición del miedo. Utilizando refinados métodos copiados de autócratas como Franco, Hitler, Pinochet, Morales maneja la aplanadora de la intimidación y extorsión de la voluntad. Controla a los empleados públicos sobre cuya inestabilidad está pendiente del ipso-facto despido bajo la menor sospecha de deslealtad al Jefe, ahora agravada de cohecho con un demagógico bono electoral y las incitaciones del propio Morales a “denunciar la inmoralidad para recibir un premio” y en su caso “ser nombrado ministro si tiene la valentía” de delatar la corrupción.

Somete a los jubilados y excombatientes por el halago con bonos cuyo origen no es posible precisar, a cambio de su incondicional adhesión y promesa de votar por el MAS. Se da modos el régimen para convencer que “lo controla todo. Desde los teléfonos, a la correspondencia incluyendo el internet”, lo cierto es que todos desconfían de todos y temen ser delatados o falsamente acusados, es decir se está dando el mismo fenómeno que en Venezuela y Cuba donde hay un solo partido, un solo jefe, un solo frente. Las maniobras para hacerse con la COB o al menos parte de ella, son conocidas y son públicas, lo mismo que el control sobre las organizaciones campesinas donde no toleran el mínimo gesto en contra de Morales y otorgan dádivas en dinero, alimentos, viajes, viáticos y movilidades con tal de tenerlos siempre a la mano para las “movilizaciones de los movimientos sociales”.

Repiten consignas de estar dispuesta “la dirigencia” a castigar “a chicotazo limpio” o con multas que cobran sus milicias para policiales y la amenaza de caerles con todo privándoles de sus parcelas, de sus trabajos eventuales, del salario o la jubilación. Han padecido junto a los empresarios, especialmente de Santa Cruz el calvario recorrido por falta de combustibles, de mercados, de permisos de exportación, de limitaciones y controles que han hecho caer en varios puntos la otrora próspera industria agropecuaria que permitió tal crecimiento que la convirtió en la primera ciudad de la Nación, si bien por la proximidad de la elección está realizando “tímidos intentos” de reabrir la exportación de la soya y dividir al sector. Las llamadas “nacionalizaciones” han resultado un fiasco como lo demuestra con cifras el analista Dante Pino en minería petróleo y gas, electricidad y comunicaciones, y hasta pretende bajo la maniobra de persecución “al terrorismo” descabezar el movimiento cooperativo que administra con eficiencia los servicios en varias regiones.

El incumplimiento de normas constitucionales, curiosamente redactadas y aprobadas por el MAS está permitiendo que en un “gobierno democrático” se den los delitos de persecución, tortura, detención, exilio y muerte” que distorsionan su naturaleza a los que se suma la persecución y destrucción del sistema judicial lo que está permitiendo que en el mundo entero se ponga en duda el carácter democrático de la Administración Morales. Por si fuera poco, los incidentes diplomáticos con EEUU, Perú, Paraguay y en cierto modo también con Brasil en lugar de buscar un cauce normal y de consenso para solucionarse, va camino de trastabillar y restarle autoridad moral, al extremo que líderes parlamentarios de Perú han adelantado juicios a dirigentes masistas por haber incitado a la violencia en una reunión de originarios efectuada en Puno poco antes de los sucesos sangrientos de Bagua, Amazonía .

Se puede apreciar que tanto en Venezuela como en Bolivia a los autócratas les resulta imposible tener control total sobre el obrerismo. Los trabajadores mineros de Bolivia organizados por Juan Lechín en una Federación han conservado su independencia, lo mismo que la Central de Trabajadores de Venezuela afiliada a la Organización Internacional de Trabajadores. Los esfuerzos por crear organizaciones paralelas apócrifas han sido vanos, los sicarios y activistas del régimen han sido oportunamente identificados e impedidos de mimetizarse, lo que da una medida de no ser los empresarios o dirigentes cívicos los que se oponen a Morales, sino los propios originarios como Felipe Quispe, Alejo Veliz, Víctor Hugo Cárdenas, Sabina Cuéllar, Marcial Fabricano y otros que han sufrido en carne propia torturas, persecución, el odio político del masismo cuyo férreo control está en manos de una élite de extrema izquierda, que han formado un círculo de hierro impenetrable e insustituible que ha blindado al originario y no le permite otra libertad de acción que no sea la agitación dentro y fuera de Bolivia, y que bocetea sus actuaciones de los partidos de fulbito, a sus “conferencias magistrales” propagandeadas a millonarios costos publicitarios que nadie controla.

Mientras tanto la corrupción aumenta. Los casos de escándalo como Santos en Yacimientos, Ballivian en Caminos, Villegas en Transredes, y que sacuden a la ciudadanía han caído bajo el control de una ministra que hace todo lo posible para evitar que los detalles de robos y latrocinios sean conocidos por el gran público y dan a conocer los mínimos detalles para preservar del deshonor a los altos dignatarios que sin embargo no pueden ocultar ni disimular el lujo y boato en que viven o se transportan en un momento de grandes penurias para el ciudadano de a pie.

Despierta admiración que la batalla por obtener libertad y retorno a la normalidad democrática no decae en uno y otro país. Los jóvenes bolivianos no dejan pasar ocasión en sus fiestas, en sus reuniones, en los colegios y universidades para mofarse de Morales y ridiculizar sus actos. Entre los jóvenes no goza de ninguna simpatía es seguro, como tampoco Chávez puesto que en varias ciudades y en Caracas han realizado sendas demostraciones de abierta oposición. A la juventud no puede el tirano ganarla con dádivas, puesto que “ni se vende ni se alquila” entre ellos y la nobleza de su lucha van surgiendo iniciativas singulares de formas de expresar el repudio al oficialismo que está convencido que “a fuerza de talegazos (bonos le llaman ahora) podrá ganar o conservar al poder”.

En Bolivia como en Venezuela centros de estudio y formación rechazan el totalitarismo. La juventud boliviana sepultará el proyecto masista que a título de cambio pretende permanecer 500 años en el poder y cuanto más lo repite Morales más resistencia provoca, sus contundentes declaraciones son recibidas con sorna y desprecio por ofensivas y segregacionistas. La intelectualidad y los artistas tampoco están aliados al abuso prepotente, más que los agitadores pueden los pensadores que invocan el idealismo, la fantasía e imaginación de autonomistas, cívicos y opositores, con lucidez y visión van orientando la lucha política frente a la tozudez e ignorancia de un régimen sostenido por funcionarios cubanos por oficiales venezolanos y elitistas bolivianos que administran los bonos y la repartija de prebendas. Bolivia inspira esperanza, la reconstitución de sus fuerzas políticas, el agrupamiento en frentes que se están armando, en la renovación de la fe nacionalista y republicana, la profundización del cristianismo en todos los niveles anticipa una aurora plena de libertad y patriotismo porque los bolivianos jamás soportaron a los tiranos.