Perú se respalda en la carta de Evo para denunciar injerencia

Morales envió una misiva a los indígenas 5 días antes del conflicto. Pizango se asiló en la embajada de Nicaragua. Nueve policías fueron degollados por los indígenas y un comandante asesinado. Embajador Rojas volvió a Perú

imageEl senador Luis Gonzales Posada acusa a Evo de incitar rebelión, fue canciller y presidente del Congreso peruano. Es muy cercano al mandatario de su país (El Deber)

LA PRENSA



En la carta de Morales a los indígenas en Perú, éste llama a pasar de la “rebelión a la revolución”. El organizador del Congreso de Indígenas afirmó que su objetivo era elegir al “Evo Morales peruano”.

Parlamentarios peruanos respaldaron ayer la denuncia de injerencia política de Bolivia en una carta que el presidente Evo Morales envió al Congreso de Indígenas realizado en Puno, cinco dias antes de los enfrentamientos, en la que plantea pasar de la resistencia a la rebelión y a una “segunda” y “definitiva” revolución de América Latina.

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El vocero del presidente Morales, Iván Canelas, anoche, rechazó la acusación. Dijo que esa misiva no fue dirigida específicamente a los indígenas del Perú, sino a todos los asistentes al Congreso. “Nos parece poco ético que los parlamentarios peruanos relacionen al Presidente con lo sucedido”.

El Jefe de Estado fue invitado a asistir a la Cuarta Cumbre Continental de los Pueblos Originarios del Abya Yala (nombre originario de América Latina) que se desarrolló en Puno (Perú) entre el 27 y el 31 de mayo, cinco días antes de que se desatara el conflicto en el país vecino.

Morales no pudo asistir al evento y envió una nota de disculpa donde expresó su respaldo al evento que congregó, según el diario La República de Perú, a más de 5.000 indígenas de 10 países del continente.

El mensaje de Morales fue leído por la secretaria ejecutiva de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia Bartolina Sisa (CNMCB-BS), Leonilda Zurita, quien formó parte de la delegación boliviana que asistió al encuentro.

“Quiero agradecer la invitación que me hicieron llegar, y lamentar mi ausencia a este importante encuentro por las múltiples actividades y obligaciones que debo atender. (…) Éste es el momento para que todos sepan que nuestra lucha no termina, que de la resistencia pasaremos a la rebelión y de la rebelión a la revolución. Éste es el momento de la segunda y definitiva independencia”.

En el encuentro de los indígenas se determinó respaldar las movilizaciones de los originarios de la amazonia que se encontraban movilizados. “Su lucha es la nuestra”, dice una parte del texto final, y se determinó realizar plantones frente a las embajadas de Perú en la primera semana de junio.

Además, en el documento se señala que “las organizaciones indígenas y campesinas del Perú acordamos un inmediato Levantamiento Nacional de los Pueblos del Perú en junio del 2009 por la derogatoria de los decretos anti indígenas generados por el TLC con Estados Unidos”.

Los asistentes al encuentro rechazaron “las maniobras de la Unión Europea junto con los dictadores (Alan García) de Perú y (Álvaro Uribe) Colombia para destruir la Comunidad Andina e imponer el TLC”.

El vocero gubernamental dijo anoche que ningún dirigente fue a ese encuentro en representación del Gobierno boliviano; por lo tanto, no se puede atribuir al Jefe de Estado boliviano la responsabilidad por la violencia.

El 5 de junio comenzaron los enfrentamientos en la población de Bagua Grande. 55 días estuvo cortada la carretera por los indígenas en protesta contra la firma de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y contra los denominados “decretos de la discordia” que disponían el uso de recursos naturales en zonas pobladas por originarios. Hasta el cierre de esta edición se habla de al menos 34 muertos, entre indígenas y policías, y de una treintena de desaparecidos.

El senador Luis Gonzales Posada, del Partido Aprista del Perú (PAP, de Alan García), exigió la inmediata investigación de la “conexión boliviana” en los violentos sucesos en la selva peruana.

El parlamentario peruano indicó que tanto la carta de Morales como las posteriores declaraciones de la ministra de Justicia, Celima Torrico (en las que califica a lo sucedido como una “masacre sangrienta”), son elementos que provocan sospechas de una participación del país en la movilización indígena.

“Hay que estudiar la conexión boliviana en estos sucesos, porque hay una serie de elementos que permiten determinar la intervención de Bolivia para azuzar a la población”.

El aprista recordó la carta de Morales en la que habla de pasar de la rebelión a la revolución. “Quien dice esto es nada menos que el Presidente de Bolivia, se trata de una carta dirigida a los participantes de una cumbre en Puno, en donde estuvo Pizango”.

La posición de Gonzales Posada es compartida por varios parlamentarios del Perú, tal es el caso de la congresista Lourdes Alcorta, que afirmó que los servicios de inteligencia de su país tienen información de que hay injerencia extranjera en las movilizaciones. “¿Acaso el señor Evo Morales permanentemente no nos ataca?”.

El senador Mauricio Mulder (PAP) aseveró que el objetivo de los indígenas es “bolivianizar” Perú. Ayer por la tarde, en la sesión del Congreso peruano sobre los hechos de violencia, los parlamentarios señalaron recurrentemente a Morales como responsable de lo sucedido.

El presidente Alan García también insinuó que las protestas se realizaron “por consigna política y, tal vez, órdenes internacionales”.

Otro elemento que ocasionó susceptibilidad entre los peruanos fue la declaración del coordinador general de la Coordinadora Andina de Organizaciones Indígenas, entidad organizadora del encuentro en Puno, Miguel Palacín Quispe, quien afirmó que aquel Congreso era para “elegir al Evo Morales peruano”.

El año pasado el Jefe de Estado criticó el acuerdo TLC que García negociaba con la administración Bush. El líder de la Coordinadora Nacional para el Cambio (Conalcam), Fídel Surco, en Perú, en noviembre de 2008, señaló que los movimientos sociales marcharían a Lima para protestar contra el TLC. Luego suspendió la medida.

La oposición pide bajar tono de declaraciones y evitar más tensiones

Los senadores de la oposición pidieron, ayer, al gobierno del presidente Evo Morales “bajar” el tono de las declaraciones para evitar mayor tensión en las ya deterioradas relaciones bilaterales boliviano-peruanas.

Los senadores Tito Hoz de Vila y Carlos Böhrt (Podemos) señalaron de manera separada que debe ser la Cancillería la instancia que asuma las acciones pertinentes para evitar nuevos escenarios de confrontación diplomática.

En conferencia de prensa, el senador Tito Hoz de Vila (Podemos) advirtió que las relaciones boliviano-peruanas se encuentran en la peor etapa de estos 80 años, al punto de llegar a lo que en diplomacia internacional se denomina un “fuego cruzado” de declaraciones entre los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Perú, Alan García.

“Tenemos que bajar el nivel del cruce de declaraciones a nivel de cancillerías, e incluso acudir a los congresos de ambos países y entablar un diálogo para evitar lla ruptura de relaciones bilaterales y el retiro de embajadores”.

El senador podemista Carlos Böhrt afirmó que fue el embajador de Perú en Bolivia, Fernando Rojas, quien se encargó de explicar que las declaraciones del presidente Alan García en el Perú no aludían a Bolivia cuando dijo que se produjeron acciones internacionales en los sucesos ocurridos en la amazonia peruana.

“Aclarado esto, el tema no merece mayores comentarios. La irritación en Perú se origina por las desatinadas declaraciones de ministros bolivianos que de manera poco cauta emiten opiniones como si fueran comunes ciudadanos, cuando todo ministro de Estado debe ser cuidadoso”.

Para los congresistas de la oposición, las declaraciones de la ministra de Justicia, Celima Torrico, quien acusó directamente al presidente Alan García del brote de violencia extrema, se constituyen en “una directa injerencia”. Las réplicas no se dejaron esperar y fue el senador Antonio Peredo (MAS) quien calificó las declaraciones del Jefe de Estado peruano de “aventuradas”.

Embajador Rojas volvió a Perú

El embajador de Perú en Bolivia, Fernando Rojas, retornó a su país en las últimas horas. La Cancillería boliviana negó que se deba al conflicto bilateral que atraviesan ambos países.

El departamento de Comunicación del Ministerio de Relaciones Exteriores informó a este matutino que Rojas le explicó al canciller David Choquehuanca que iba a permanecer en su país de origen alrededor de dos días, “para atender motivos personales”. En horas de la mañana de ayer corrió el rumor de que el diplomático recibió la instrucción de su Gobierno de replegarse a su país.

En los días previos, Rojas calificó de injerencia las declaraciones de la ministra de Justicia boliviana, Celima Torrico, quien afirmó que los hechos violentos en Perú eran una “masacre sangrienta”.

Loaiza dice que es intromisión

El ex canciller Armando Loaiza calificó ayer de “irresponsables” las declaraciones de autoridades bolivianas en torno a los hechos de violencia registrados en Perú, y que podrían generar un nuevo incidente diplomático entre ambos países, según la agencia ANF.

Loaiza aseguró que el tema es “delicado”, y calificó de “graves” las declaraciones de la ministra de Justicia, Celima Torrico, quien acusó al gobierno de Alan García de ser el responsable de la violencia interna en el Perú. “Me remito a la declaración del Embajador de Perú en Bolivia, Fernando Rojas, quien dijo que las declaraciones de Torrico no tienen fundamento y como un claro acto de injerencia en asuntos internos en las relaciones entre dos Estados”. El presidente del Perú, Alan García, denunció el fin se semana que hubo injerencia.

Apuntes

Los indígenas de la región de Bagua (Perú) bloqueron una carretera durante 55 días.

Una semana antes del conflicto se realizó el Congreso de Indígenas de América.

El encuentro se llevó a cabo en Puno, Perú, y el presidente Evo Morales estaba invitado.

El Mandatario envió una carta para los organizadores y asistentes al evento.

En la misiva instó a lograr la segunda independencia pasando de la rebelión a la revolución.

El contenido fue tomado por parlamentarios peruanos como una instrucción a los originarios.

Cinco días después, en Bagua, estallaron los enfrentamientos con la Policía.

Los indígenas reclaman por unos decretos que disponen el uso de recursos naturales.

Además protestaron contra la probable firma de un Tratado de Libre Comercio con EEUU.

El dirigente de los indígenas, Alberto Pizango, se refugió en la Embajada de Nicaragua en Lima.

Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, es parte del bloque regional de Evo y Chávez.

La carta de Evo a los indígenas

“A tiempo de hacer llegar un fraterno saludo a los delegados y delegadas de los pueblos y nacionalidades indígenas reunidos en esta IV Cumbre Continental, quiero agradecer la invitación que me hicieron llegar, y lamentar mi ausencia a este importante encuentro por las múltiples actividades y obligaciones que debo atender”.

“Nos dijeron que hubo descubrimiento cuando hubo una invasión, nos dicen que hubo una conquista cuando hubo un genocidio. Ahora nos dicen que quieren integración e insertarnos en la economía mundial, cuando lo que quieren es saquear nuestras riquezas, privilegiando las ganancias en desmedro de la solidaridad”.

“Bajo esa lógica, los Tratados de Libre Comercio intentan resquebrajar las relaciones humanas y armónicas con la naturaleza; mercantilizan los recursos naturales y la cultura de los pueblos; privatizan los servicios básicos; pretenden patentar la vida. El sistema capitalista, imperialista y colonial, se basa en formas de vida de dominación y subordinación”.

“Éste es el momento para que los indígenas, campesinos, los obreros, los jóvenes, los trabajadores, asumamos nuestro destino como pueblos; éste es el momento para que todos sepan que nuestra lucha no termina, que de la resistencia pasamos a la rebelión y de la rebelión a la revolución. Éste es el momento de la segunda y definitiva independencia”.

Diputado peruano acusa a Evo de incitar rebelión

Diplomacia. Gonzales Posada dice que el mandatario boliviano envió una carta al movimiento indígena de su país. El Gobierno lo niega. La Cancillería espera informe de Brasil y ministros fueron a Paraguay

Pablo Ortiz | El Deber

El congresista peruano Luis Gonzales Posada pidió a su Gobierno investigar la ‘conexión boliviana’ en los hechos de violencia acaecidos en la región de Bagua y acusó al presidente Evo Morales de haber enviado una carta a un congreso de indígenas celebrado el 29 de mayo en Puno, al cual asistió Alberto Pizango, líder de los nativos amazónicos que bloquearon Bagua. El vocero presidencial, Iván Canelas, admitió que Morales envió una carta para ser leída en el evento, pero aseguró que el contenido de la misiva era de protección a la naturaleza y la madre tierra y no una incitación a la rebelión. “Es una declaración fuera de lugar”, dijo.

Según Gonzales Posada, que enseñó la supuesta carta de Evo a los medios, pocos días antes de los sangrientos sucesos del viernes pasado -que provocaron la muerte de 35 personas, 24 policías y 11 indígenas- Morales escribió: “Nuestra lucha no termina, de la resistencia pasamos a la rebelión y de la rebelión a la revolución, éste es el momento de la segunda y definitiva independencia”. Esta frase es muy similar a los discursos que el Presidente boliviano pronunció en los actos de Ravelo y El Villar para celebrar el Bicentenario del primer grito libertario de América.

El diputado masista Gonzalo Torrico calificó de ‘locura’ las declaraciones de su colega peruano. Aseguró que es imposible que Morales hubiera enviado una carta como ésa en fecha del 29 de mayo a un congreso indígena peruano. “Yo también puedo tomar el discurso de George W. Bush o de Barack Obama y hacer las cartas que me den la gana; descarto que el Presidente haya enviado alguna carta”, aseguró.

Torrico añadió que ese tipo de discursos responden a una tesis política y no a una invitación a levantarse en armas o a tomar posesiones de ninguna persona y que siempre se han hecho en el ámbito nacional.

Sin embargo, Gonzales Posada, que fue canciller de Perú, ahora pide a su Gobierno que tome decisiones respecto a Bolivia: “El señor Evo Morales que no se lave las manos como Pilatos, porque está empujando a sus ministros a lanzar acusaciones contra el Gobierno, por eso insisto en que ha llegado el momento de que la Cancillería asuma una actitud más drástica”. Por ‘actitud más drástica’ se refiere al retiro del embajador en La Paz, Fernando Rojas. De hecho, el Gobierno peruano analizó este extremo la semana pasada, luego de que Morales aseguró que Perú perderá un litigio marítimo contra Chile que se ventila en la Corte de La Haya.

Para el presidente del Senado, Óscar Ortiz, las denuncias de Perú contra Bolivia son ‘muy alarmantes’.
“Esta situación la hemos vivido en varias oportunidades y hemos visto cómo el MAS en muchas ocasiones ha promovido la violencia y ha provocado muertos con fines políticos, por eso nos preocupa, no podemos especular si es verdad o no es verdad, creo que tácticas similares se han utilizado en Bolivia, no tenemos la menor duda”, dijo. A ello se suma la información del sistema de Inteligencia de Perú de que Pizango se encontraría en Bolivia. Sin embargo, el líder indígena amazónico se refugió en la embajada de Nicaragua en Lima. Así lo confirmó Yehude Simon, primer ministro peruano.

Éste no es el único frente de conflicto internacional que tiene Bolivia. Autoridades nacionales esperan un informe de Brasil sobre su decisión de conceder refugio político a 118 compatriotas y la respuesta se debe conocer hoy. Por su parte, el Gobierno paraguayo espera un informe sobre una supuesta incursión de militares o policías bolivianos a su territorio, hecho que ha causado tensiones entre el presidente Fernando Lugo y su entorno.

En detalle  

– Perú. La Policía peruana arrestó ayer a siete indígenas de Bagua cerca de la frontera con Bolivia, en la zona del lago Titicaca. Según las autoridades incaicas, el grupo tenía $us 9.500 en su poder y no pudo justificar su procedencia, por lo que fueron detenidos. Esto aumentó la sospecha de los peruanos de que el líder indígena Roberto Pizango está en Bolivia, pero se confirmó que está en una embajada centroamericana en Lima.

– Brasil. El Gobierno de Luiz Inácio da Silva no ha enviado ninguna comunicación a Bolivia sobre su decisión de otorgar refugio político a 118 ciudadanos bolivianos. El viceministro de Coordinación Gubernamental, Wilfredo Chávez, anunció que enviará una solicitud de informe a Brasil.

– Reunión. Hoy en Brasileia (frontera con Cobija) se realizará un encuentro entre los bolivianos que obtuvieron refugio en Brasil. Allí se les explicará sus derechos y obligaciones. Es posible que algunos sean reubicados en la ciudad de Río Branco, capital del estado de Acre.

– Decisión. La comisión de fiscales que investiga los hechos del 11 de septiembre en Porvenir aseguró que demostrará que no todos los refugiados en Brasil son perseguidos políticos. “Respetamos la decisión asumida por el Gobierno del Brasil, pero demostraremos que por lo menos 15 de 118 personas que lograron refugio político enfrentan en Bolivia procesos penales por matanza de indígenas”, dijo el fiscal Félix Peralta. Entre los beneficiados por el asilo se encuentra Ana Melena, ex cívica de Pando.

Paraguay espera una explicación hoy

El ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Héctor Lacognata, dijo que el Gobierno de Asunción se pronunciará hoy sobre el supuesto ingreso desde Bolivia de un grupo armado para detener a una persona en territorio paraguayo.

“Hay versiones contradictorias que nosotros necesitamos cotejar en este momento y una vez que tengamos toda la información se tomará una decisión en ese sentido”, afirmó Lacognata a EFE al referirse a la supuesta incursión armada desde de Bolivia, ocurrida el 17 de mayo pasado.

Este hecho ha tomado tal magnitud que los ministros bolivianos de Defensa y de Gobierno, Walker San Miguel y Alfredo Rada, respectivamente, se desplazaron hasta la zona para investigar el hecho. En Iribobo, en la frontera con Paraguay, hablaron con los policías y militares de la zona. El informe de los ministros llegará primero a manos del Presidente, para que Morales se lo transmita a su colega Fernando Lugo  en la visita que realizará a Asunción el 14 de junio.

Antes de partir a Villa Montes, San Miguel destacó que las relaciones entre Bolivia y Paraguay son muy cordiales. “Ambos países están atravesando por un momento singular en sus relaciones y este tipo de incidentes deben ser resueltos por la vía diplomática”, dijo.

Líder indígena de Perú se refugia en la Embajada de Nicaragua

LOS ORIGINARIOS QUE SE RESGUARDARON EN UNA IGLESIA RETORNARON A SUS COMUNIDADES

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Mayo negro: policías y originarios se enfrentaron el viernes en la denominada Curva del Diablo

La Prensa

Nueve policías de la estación petrolera fueron degollados por los indígenas que los capturaron. Doce detenidos llegaron ayer a Bagua junto con el cadáver de un comandante asesinado.

Lima / Agencias.- Alberto Pizango, líder indígena en Perú sobre quien pesa una orden de captura por los enfrentamientos entre nativos y policías en la región de Bagua, el 4 de junio, que se saldaron con al menos 34 muertos, se refugió en la Embajada de Nicaragua en Lima. Entretanto, cientos de originarios que huyeron por temor a ser detenidos retornaron ayer a sus comunidades.

El primer ministro de Perú, Yehude Simon, dijo ayer, durante su comparecencia ante la Comisión de Defensa del Congreso de su país: “Acabo de recibir un informe de la Embajada de Nicaragua que dice que en la tarde de hoy (ayer) se refugió el ciudadano Alberto Pizango, y el Gobierno (de ese país) lo ha aceptado”.

El embajador de Nicaragua en Lima, Tomás Borge, confirmó que en su legación se refugió a Pizango, pero dijo que todavía no se le otorgó asilo político.

“Me informaron de su asilo y estamos estudiando si por razones humanitarias le damos el asilo, pero todavía están estudiando el caso”, explicó, y luego dijo que esa decisión será respondida hoy por su Cancillería.

Pizango, líder de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), encabezó desde el 9 de abril un paro indefinido en la región selvática en contra de unos decretos legislativos aprobados por el Gobierno de Alan García. La movilización incluyó cortes de carreteras, tomas de yacimientos petroleros y gasísticos y bloqueo de ríos.

Las protestas alcanzaron su momento más crítico el viernes 5 de junio, cuando los policías intentaron desbloquear la carretera Fernando Belaúnde Terry, en la denominada Curva del Diablo, en la región de Bagua. Desde esos choques, el paradero del líder indígena era desconocido.

Incluso se llegó a decir que salió de Perú a Bolivia con ayuda de legisladores de aquel país.

Pizango es acusado por el Gobierno peruano de instigar esos disturbios que dejaron un saldo de al menos 34 muertos, 25 de ellos policías. Sin embargo, cifras de los indígenas de la zona y también reportes médicos hablan de entre 30 y 50 fallecidos. Además, 150 personas resultaron heridas.

Un párroco de Bagua Grande denunció la existencia de una fosa común con 15 nativos cerca de la zona denominada El Resposo, pero una comisión que se trasladó al lugar no encontró nada.

Los delitos que pesan sobre el líder indígena son sedición y homicidio calificado y ataque a las fuerzas armadas, cargos que pueden derivar en una sanción de hasta 35 años de cárcel, según juristas locales.

Retorno al hogar

Entretanto, cientos de indígenas que estaban refugiados en un centro pastoral de la parroquia de Bagua Grande, en el norte amazónico de Perú, retornaron desde ayer a sus comunidades, tras tres días de tensión en esa zona.

Los nativos llegaron a ese centro en camiones de la gobernación provincial. Además, la población local compró el combustible de los motorizados mediante una colecta espontánea, según el Canal N de televisión.

El padre Castinaldo Ramos dijo a Efe que se trata de 700 nativos (entre ellos hombres, mujeres y niños) que pidieron refugio a la Iglesia por miedo a ser detenidos en las redadas policiales desarrolladas horas después de los disturbios del viernes.

De acuerdo con la prensa peruana, tras los incidentes del viernes, al menos 79 indígenas fueron apresados, 12 de los cuales llegaron ayer a Bagua, junto con el cadáver del comandante Miguel Montenegro, jefe de la Estación petrolera 6 en Imazita, región de Bagua.

El viernes 5 de junio, los nativos tomaron de rehén a esa autoridad policial y a 38 efectivos que estaban bajo su mando. Él y otros once oficiales perecieron a manos de los originarios, el resto logró huir o está desaparecido.

La venganza

Según una publicación del diario peruano El Comercio, los indígenas desarmaron a los policías que habían tomado de rehenes, les quitaron los uniformes y los asesinaron a machetazos.

Esa misma versión da cuenta de que, al momento de ser atacados por los originarios, la mayoría de los 38 policías que custodiaban esa estación petrolera estaban en las viviendas del campamento.

Los nativos, que hacían una vigilia desde el 23 de abril, irrumpieron en esas instalaciones aproximadamente a las 18.30.

En sólo unos minutos, los originarios tomaron el control de la estación. La aparición de patrullas combinadas de la policía y del Ejército, que dispararon contra la turba de manifestantes, permitió que 23 policías se libraran de morir.

Los custodios que no lograron huir fueron baleados en reiteradas ocasiones e incluso recibieron tiros de sus propias armas. Nueve policías de ese grupo, incluido su comandante, fueron degollados.

Hasta ayer se desconocía el paradero de cinco policías que son buscados en la selva del caserío Cusugrande, del distrito de Imaza, en la provincia de Bagua.

Un suboficial, que también fue reportado como desaparecido, apareció ayer y se recupera en un hospital policial.

Luego de recuperar la estación de bombeo número 6, el Ejército quedó al cargo de la seguridad de esa instalación.

En la invasión de la estación petrolera, los atacantes se llevaron 38 fusiles, granadas, pistolas, uniformes, casos y escudos. Un número no precisado de armas e implementos policiales fue recuperado en un operativo desarrollado ayer.

Los policías dan testimonio de la furia indígena

El diario La República de Perú recogió los testimonios de los policías que lograron huir de la furia de los campesinos que tomaron de rehenes a 38 uniformados en la estación 6 del oleoducto en la zona de Imazita, departamento de Amazonas, Perú, la que terminó con la matanza de once oficiales y su comandante. El Gobierno y medios peruanos denunciaron que fueron asesinados de forma cruel, pues incluso algunos fueron degollados.

“Todo empezó cuando los indígenas escucharon a través de una radioemisora que tres nativos habían sido asesinados a balazos en la Curva del Diablo, en Bagua. Eso bastó para que los indígenas nos dispararan”, relató el suboficial de tercera de la Policía, Oscar Mancia Escobar, uno de los sobrevivientes.

Añadió que los nativos gritaban: “¡Han matado a nuestros hermanos nativos. Hay que matarlos también a ellos!, así gritaban enardecidos los indígenas”.

Postrado en una cama de la clínica de oficiales del Hospital Central de la Policía, Mancia reveló que escapó malherido en medio de la turba, mientras el resto de sus compañeros de armas pedían auxilio cuando eran ejecutados a tiros por los indígenas.

“Traté de escapar, pero fui alcanzado por una bala en la pierna. Al poco rato estuve rodeado de un centenar de indígenas que me hincaban con lanzas en todo el cuerpo. A pesar de que suplicaba por mi vida, ellos no entendían. Actuaban como salvajes”.

Me hice al muerto

“Mi cuerpo ya no respondía a tanto golpe y sólo me quedó hacerme el muerto. Así recién los nativos dejaron de atacarme y se retiraron, pero luego aparecí en un barranco”. Luego de que sus captores lo botaran despertó y caminó hasta llegar a la choza de una indígena que se negó a ayudarlo por temor a represalias.

“Pensé que la mujer me iba a delatar, pero uno de sus hijos que me vio ensangrentado me entregó ropa para que aparentara ser como ellos y así escapar de la turba. El nativo incluso amarró mi cabeza con un trapo y me llevó hasta el río, donde pude divisar a una patrulla del Ejército que me trasladó a su cuartel, donde me dieron los primeros auxilios”.

Más testimonios

Otro superviviente, el suboficial Jhon Flores Dancuar, aseguró que a las 09.00 del viernes 5 de junio los aborígenes llegaron armados con lanzas y palos, lograron tomar el control de la estación petrolera y luego se apropiaron de fusiles AKM, pero también de sus pertenencias personales. Explicó que, dos horas después, los 38 policías fueron llevados a otro lugar, donde los ataron.

“Estábamos desarmados, y pese a que el comandante (Miguel) Montenegro trataba de dialogar, nos llevaron a la parte alta de un cerro para entrar en contacto con el Presidente de la República o la Ministra del Interior a través del celular del comandante, pero el teléfono carecía de señal”.

Sostuvo que el comandante Montenegro, quien el domingo sería hallado muerto en un barranco, trataba de hacerles entender que respetaran el acuerdo de paz firmado, pero ellos se negaron y dieron la orden de disparar.

“Pude salvarme, pero al tratar de escapar fui cosido como animal”, narró Flores.

Otro de los flagelados, Fredegundo Vásquez Gavidia, confirmó la versión de sus compañeros, aunque en su caso logró escapar tras empujar a uno de los indígenas que lo custodiaban.

Condena de la CIDH al conflicto

Según el diario El Comercio de Perú, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó ayer “enérgicamente” las protestas indígenas que causaron la muerte de al menos 34 personas el viernes de la semana pasada, entre ellas 24 policías, en el norte de Perú, y llamó a “promover un proceso de diálogo” para hallar una solución al conflicto.

La reacción del organismo adscrito a la Organización de Estados Americanos (OEA) se produce en vísperas de que el sistema interamericano celebre hoy una sesión extraordinaria de su Consejo Permanente en Washington para ser informado oficialmente de los sucesos suscitados la semana pasada en la localidad peruana de Bagua.

La CIDH emitió ayer un comunicado por el que “condena enérgicamente los graves hechos de violencia” y “recuerda al Estado su obligación de esclarecer judicialmente estos hechos de violencia y reparar sus consecuencias”. Asimismo, “hace un llamado a las partes a promover un proceso de diálogo para la búsqueda de una solución que respete los derechos humanos”, agrega el organismo, que a la par recuerda la “importancia” de “adoptar mecanismos para evitar el uso excesivo de la fuerza por parte de los agentes públicos”.

Millonarias pérdidas

El paro y las movilizaciones acatados por comunidades indígenas de la selva peruana desde hace dos meses, que derivaron en al menos 33 muertes en enfrentamientos entre policías y nativos el reciente viernes, han generado pérdidas económicas por 186 millones de dólares, informó ayer la prensa local.

La gerente general del conglomerado Perúcámaras, Mónica Watson, declaró al diario financiero Gestión que las pérdidas económicas más graves se registraron en la región San Martín, estimadas en 360 millones de soles (unos 120 millones de dólares).

San Martín es una de las regiones selváticas más dinámicas comercialmente, con una importante industria en madera, aceites y en la explotación petrolera.

A su turno, la Cámara de Comercio de Bagua, ciudad de la región Amazonas, donde se produjeron los violentos enfrentamientos del viernes, ha calculado sus pérdidas en 200 millones de soles (66 millones de dólares). Bagua y las ciudades vecinas sufren de un bloqueo de caminos y desabastecimiento de alimentos y combustibles desde casi el inicio de las protestas, en abril.

Pizango, el hombre más buscado

El presidente de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), Alberto Pizango Chota, hasta ayer en paradero desconocido y sobre quien pende una orden de busca y captura, llegó a la organización procedente de la docencia.

De 43 años, Pizango fue elegido presidente de Aidesep en la ciudad de Iquitos el 14 de diciembre de 2008 para un periodo que culmina el 31 de diciembre de 2011, año en el que se celebrarán elecciones presidenciales y parlamentarias en Perú.

El líder indígena pertenece al pueblo Shawi-Campu Piavi de la región Loreto y hasta su elección se desempeñaba como profesor de escuela en la ciudad de Yurimaguas, ubicada en la misma región y muy cerca de la vecina San Martín.

En sus presentaciones, Pizango suele usar un tocado de plumas, de la misma forma que sus compañeros en la dirigencia visten túnicas típicas de la selva peruana. Actualmente, en el Consejo Nacional de Aidesep están representados, además de su etnia, los pueblos Yine, Awajun y Machiguenga.

La asociación selvática reúne a 57 federaciones y organizaciones territoriales, que representan a 1.350 comunidades, donde viven 350.000 hombres y mujeres indígenas, agrupados en 16 familias lingüísticas, según la información de su página web.

Pizango, quien es casado y con hijos, ofreció su por ahora última rueda de prensa, acompañado por otros dirigentes, el viernes 5 de junio en Lima, cuando salió escoltado por políticos de izquierda, ante la amenaza de una orden de captura.

El conflicto en Bagua

El viernes 5 de junio, el norte de Perú, especialmente las provincias de Bagua y Utcubamba, en el departamento Amazonas, fueron escenario de enfrentamientos entre las fuerzas policiales y las comunidades indígenas. Estos últimos reclaman la protección de sus derechos y de sus territorios ancestrales.

Según BBC Mundo, el conflicto del viernes fue la cúspide de una serie de protestas que los indígenas comenzaron el 9 de abril. Con esas manifestaciones, los aborígenes rechazan y piden la anulación de una serie de decretos legislativos promulgados por el presidente de Perú, Alan García, en 2008, en el marco del proceso de implementación del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Perú y Estados Unidos.

Esas normativas regulan el manejo de los recursos forestales e hídricos y facilitan a las compañías extranjeras la perforación en busca de petróleo y gas, en tierras que las comunidades indígenas consideran ancestrales.

En opinión de los indígenas, los decretos establecidos por García perjudican a sus comunidades al permitir la “privatización” de los bosques y los recursos hídricos y además atentan contra su derecho a ser consultados sobre sus tierras, contenido en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre los Pueblos Indígenas y Tribales, así como la declaración de la ONU sobre los pueblos indígenas, ambos suscritos por Perú.

Desde abril, bloquearon caminos, pistas de aterrizaje en el norte y centro de Perú y también ocuparon estaciones de bombeo en los oleoductos que van de Amazonas a la costa, lo que perjudicó el abastecimiento.

El Gobierno asegura que no dará marcha atrás en la implementación de esas normas y sostiene que éstas“ordenan” el manejo de los recursos naturales y preservan áreas para los indígenas.

Pizango se asiló en la embajada de Nicaragua

Diplomacia. El líder indígena amazónico, que se creía, huyó a Bolivia, se refugió en la legación diplomática nicaragüense. Denuncian que Humala está detrás de las movilizaciones

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Control. El Ejército peruano patrulla las calles de Bagua para evitar que resurja la violencia en esa ciudad norteña

Agencias/EL DEBER

El líder indígena Alberto Pizango, acusado por el gobierno de promover desórdenes que dejaron 35 muertos el fin de semana, se refugió ayer por la tarde en la embajada de Nicaragua en Lima en busca de asilo, informó el primer ministro, Yehude Simon, ante una comisión del Congreso peruano.

“Acabo de recibir un documento de la embajada de Nicaragua dirigido al ministerio de Relaciones Exteriores en que informa que el señor Alberto Pizango se refugió en la tarde de hoy (ayer) en esa misión diplomática”, dijo Simon al presentarse en la Comisión de Defensa del Parlamento unicameral.

Pizango se encuentra con orden de detención luego de que el Gobierno lo acusara de ser el responsable de los trágicos sucesos del viernes y sábado en la ciudad nororiental de Bagua, durante el desalojo de indígenas de una carretera que estaba ocupada desde hace varias semanas.

El paradero de Pizango, máximo dirigente de la Asociación Interétnica de la Selva Peruana (Aidesep), era desconocido desde la noche del viernes en que el Poder Judicial emitió una orden de captura en su contra.

La ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, había afirmado que tenía información de que Pizango pretendía salir del país hacia Bolivia en busca de asilo, pero voceros de Aidesep señalaron que se mantenía en la clandestinidad en Lima.

Pizango es acusado por el Gobierno peruano de actuar bajo influencia extranjera, aludiendo al eje Venezuela-Ecuador-Bolivia y al que ahora se suma Nicaragua.

Junto al Gobierno y otras fuerzas opositoras de derecha, algunos medios de comunicación peruanos también han apuntado al líder opositor del partido Nacionalista, Ollanta Humala, como un instigador de la violencia.

“Un video exclusivo revela cómo desde antes del paro amazónico los congresistas del Partido Nacionalista Yaneth Cajahuanca, Marisol Espinoza, José Maslucán y Rafael Vásquez azuzaron a cientos de indígenas del Alto Amazonas”, informó el diario Correo en su edición digital.

La bancada de Alianza por el Futuro, seguidora del ex presidente Alberto Fujimori, demandó denunciar a las congresistas nacionalistas Juana Huancahuari y Yaneth Cajahuanca, que fueron vistas con Alberto Pizango, antes de pasar a la clandestinidad.

A su vez, el primer ministro, Yehude Simon, denunció que los líderes indígenas que promueven las protestas están pensando en “un golpe de Estado”, al pedir la renuncia del presidente Alan García.

Denuncian que se ocultan cadáveres

La ONG Amazon Watch, comprometida con los derechos de los pueblos indígenas, denunció ayer que la Policía peruana está haciendo desaparecer cadáveres de nativos con el fin de minimizar el número de víctimas en los violentos disturbios ocurridos el viernes en Bagua.

Según Gregor McLennan, enviado por Amazon Watch a Bagua, centro de las protestas, «numerosos testigos oculares» le han confirmado que fuerzas especiales de la Policía se deshacen de los cadáveres arrojándolos al río Marañón, incluso desde helicópteros, y en otros casos los queman para impedir su identificación. El Gobierno peruano negó tajantemente que la Policía haya arrojado cadáveres a los ríos.

Mientras tanto, La Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) condenó los hechos violentos en Bagua. La CIDH instó al Estado peruano la necesidad de «esclarecer judicialmente estos hechos de violencia y reparar sus consecuencias», según indicó el organismo autónomo de la Organización de Estados Americanos.

Organizaciones indígenas de Colombia y campesinas de Bolivia y Ecuador, han condenado al Gobierno de Alan García, acusándolo de ‘genocida’ por la muerte y el ocultamiento de cuerpos de indígenas amazónicos. /(Agencias)

El primer ministro hace un mea culpa

El presidente del Consejo de Ministros de Perú, Yehude Simon, dijo sentirse culpable por la muerte de los 24 policías muertos durante el violento choque en Bagua, el fin de semana pasado

“Yo me siento culpable por la muerte de los policías porque les dijimos que no lleven armamento mortal”, indicó Simon Munaro.

No obstante, el primer ministro no especificó en qué circunstancias pidió al comando policial no llevar armas. El jefe del gabinete ministerial ofreció declaraciones durante la sesión extraordinaria de la Comisión de Defensa del Congreso para tratar el conflicto con los nativos en la Amazonía. /(ElComercio.com)