Arias apacigua, Chávez incendia


image ARIAS PRESIONA PARA UNA SOLUCION PACIFICA

BUSCAN UNA SALIDA PACIFICA PARA HONDURAS

DISCUTEN UN GOBIERNO DE CONCENTRACION NACIONAL



Un representante del gobierno de facto dice que ningún escenario es descartable para resolver la crisis

Arias: “La fuerza fue el origen de ese problema, y no será jamás su solución”

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TEGUCIGALPA – JOAQUIM IBARZ – LA VANGUARDIA

En medio de retóricos tambores de guerras y guerrillas, con incontables amenazas de Manuel Zelaya de regresar a Honduras por la brava, en San José se reanudaron las conversaciones que impulsa Óscar Arias para encontrar una salida pacífica a la compleja crisis regional. La propuesta del presidente costarricense de que Manuel Zelaya reasuma la jefatura del Estado, con un gobierno de concentración nacional y un poder acotado, es objeto de fuertes discusiones, con nuevos planteamientos de una y otra parte.

Una vez instalada la mesa, Arias dirigió un mensaje a las partes: “La comunidad internacional da su respaldo unánime a esta mediación, esperando que el conflicto hondureño se resuelva por caminos de paz”. Subrayó que ese apoyo “no cobijará a quien pretenda resolver el conflicto por medios violentos. La fuerza fue el origen de ese problema, y no será jamás su solución”.

Según fuentes ligadas al derrocado presidente, la propuesta de Arias supondría que Zelaya acepte renunciar al referéndum con el que pretendía instalar una asamblea constituyente que posibilitara su reelección. La consulta a celebrar el pasado 28 de junio, declarada ilegal por todas las instituciones, junto con el temor a la creciente ingerencia en Honduras del presidente venezolano Hugo Chávez, fueron las razones determinantes del derrocamiento militar de Zelaya.

El gobierno de concentración nacional contemplaría la recomposición del último gabinete de Zelaya; una de las piezas a remover sería la ex ministra de Exteriores, Patricia Rodas, por considerarla muy ligada a Chávez. 

Arturo Corrales, ex presidente de la democracia cristiana, integrante de la delegación del gobernante de facto Roberto Micheletti, dijo que “ningún escenario es descartable para resolver la crisis, a las propuestas no hay que tenerles miedo; se debe ahondar, analizarlas, ver la viabilidad e ir construyendo sobre ellas”.

Zelaya exige su restitución incondicional en el poder y Micheletti ofrece renunciar si el depuesto presidente no regresa. Para Corrales, esta disposición flexible de Micheletti supone una "decisión salomónica", pues ambos quedarían fuera.

Las negociaciones de San José dividen a los países que apoyan a Zelaya. EE.UU., Canadá, la Unión Europea, Brasil, Chile, México y las naciones moderadas del hemisferio, respaldan la mediación de Arias y rechazan cualquier acción que aumente la tensión. Por el contrario, Hugo Chávez y sus satélites bolivarianos –Daniel Ortega, Rafael Correa, Fernando Lugo, Evo Morales- rechazan las negociaciones de San José y exigen la restitución inmediata y sin condiciones del derrocado presidente, aunque ello provoque una confrontación. Zelaya anuncia el retorno a Tegucigalpa como la toma de una ciudadela, y en vez de captar la confianza de los hondureños con mensajes pacificadores, eleva el tono violento y afirma que está dispuesto a ingresar por tierra, mar o aire, aunque tenga que inmolarse, a sabiendas de que siempre son otros los que mueren. Detrás de este lenguaje está Chávez, autor de la estrategia, enemigo confeso, desde el primer día, del papel moderador de Arias, que le quita protagonismo.

Según un análisis de “Proceso digital”,  no puede haber reconciliación sin un diálogo nacional paralelo e incluyente; el cumplimiento de las elecciones del 29 de noviembre y la no impunidad de los casos de corrupción.

En vez de apoyar la negociación de San José, los países bolivarianos conspiran sinuosamente contra una solución pacífica. Ni una sola vez Zelaya, ni mucho menos Chávez, han hablado de paz. El diario “La Nación” de San José señala que “Zelaya debe escoger  entre la estrategia de la violencia de Chávez o la vía de la mediación y la paz para retornar al poder”. Asimismo, dice que “Micheletti y el Ejército deben escoger entre una situación económica y política incontrolable, atizada por Chávez, o un retiro oportuno y pronto del poder”.