Nadie puede llevar agua a su molino porque Luis Arce Gómez ya está donde corresponde: el penal de Chonchocoro. El mérito es de la justicia de EEUU. Así de simple.
Ministro Quintana (izq), Garcia Meza y Arce Gomez (der)
Toda la parafernalia montada por el gobierno para la llegada del “ministro de la coca” tenía el objetivo de mostrarse como paladín de la justicia, Sin embargo cabe aclarar que el gobierno boliviano no realizó gestión alguna ante su similar de los Estados Unidos, por la sencilla razón de que esta no correspondía. Arce Gómez cumplió una condena por narcotráfico, es un extranjero y por tanto luego de cumplirla fue expulsado del territorio estadounidense.
Si su expulsión se retrasó se debió a que Arce Gómez pidió asilo alegando motivos de salud el cual tuvo que ser conocido por las autoridades judiciales. Sin embargo al ser rechazado el pedido se procedió a la expulsión sin más trámite. Durante este proceso el gobierno boliviano no presentó un solo memorial o realizó una sola representación ante las autoridades judiciales estadounidenses.
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Resulta sorprendente también el entusiasmo con el que algunos funcionarios gubernamentales quieren mostrarse como víctimas de la represión ejercida durante la dictadura garciamezista y con la impostura que los caracteriza quieren proclamarse herederos de quienes si lucharon por recuperar la democracia varios de los cuales sufrieron torturas o fueron asesinados.
Si el gobierno fuera realmente demócrata debiera investigar que función cumplía durante esa dictadura el actual Fiscal de Distrito de La Paz, Jaime Gutierrez, que fue colocado en el cargo por el diputado masista Gustavo Torrico apelando al único y supuesto mérito de haber estudiado en un colegio fiscal.
Gutierrez cumplió las funciones de informante del Grupo Especial de Seguridad y no lo decimos nosotros; lo dice la Asociación de Familiares de Desaparecidos y Mártires por la Democracia (Asofamd). Sin embargo los inquisidores del gobierno que se dan a la tarea de descubrir supuestas inclinaciones fascistas hasta en el vendedor de periódicos de la esquina, no han dicho nada sobre este caso. Esta claro que a los masistas no les importa el pasado de los que hoy son útiles al gobierno.
También resulta conveniente recordar que el régimen de Evo está utilizando métodos que se parecen mucho a los de la dictadura garciamezista y varios ciudadanos pandinos pueden dar fe de ello por cuanto sus casas fueron violentamente allanadas en horas de la madrugada y los capturados fueron encapuchados y de manera expeditiva trasladados hasta La Paz.
Personas como el opositor prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, están detenidos nueve meses sin proceso alguno y esa no es precisamente una actitud democrática y en casos como el de los supuestos terroristas sorprendidos en el hotel Las Américas en Santa Cruz, primero se dispara y después se pregunta. Además, varios de los procesados en este caso han denunciado que fueron sometidos a torturas para incriminar a quienes conviene al gobierno.
Muchos dirán que no es correcto comparar al actual gobierno con las dictaduras del pasado, que ahora no hay desaparecidos, pero ¿deberemos esperar que ocurra eso?. Lo cierto es que en algunos métodos y la intolerancia política de la que hacen gala García Linera, Quintana, los dirigentes de «organizaciones sociales» y el propio presidente Evo, la semejanza entre los dictadores de uniforme y los «democrátas» del proceso de cambio es cada día mas grande.