Buscando el paraíso

Pando es el lugar elegido para hacer la revolución con la que sueña el MAS. Coca, repartija de tierras, contrabando y narcotráfico. Un paraíso.

ElNuevoDia Editorial El Día

Pando es un gran paquete del Gobierno y viene bien cargado, no sólo de votos. Y cuando el ministro Juan Ramón Quintana afirma que “no habrá fuerza humana” que lo detenga, nadie debe dudar de sus palabras. Sólo hace falta recurrir a los recuerdos de septiembre de 2008 para comprobarlo.



Resultaría absurdo que en Pando gane otra vez la oposición, como pasó en el referéndum constitucional del 25 de enero. Otro triunfo de esos y una increpada más como la de esa mujer que le gritó “asesino” en su cara a Quintana y perderá cualquier indicio de legitimidad (si es que lo tiene), la mayor operación geopolítica que ha diseñado el MAS en un territorio en el que intentará edificar su propio paraíso, con mejores posibilidades incluso que el Chapare.

Varios de los componentes del plan ya están ejecutados. La región se encuentra militarizada; el máximo líder de los pandinos está preso y seguramente por mucho tiempo más; han sido expulsados numerosos brasileños que constituían una fuerte masa crítica contraria a los intereses del Gobierno y por último, con el escándalo de los 33 camiones del año pasado, el oficialismo dejó bien claro que no ha llegado al lugar para combatir el contrabando, pues eso significaría abrirse un frente muy agresivo en Pando, donde esta actividad es de vital importancia, como lo es en algunas regiones del Altiplano. La militarización de Pando tampoco ha levantado polvareda en relación al narcotráfico, otro negocio que sigue gozando de muy buena salud en esa región.

El burdo traslado de gente a Pando es por simple urgencia. Hay que ganar como sea el 6 de diciembre. Un buen articulador de este tipo de estrategias (y Quintana lo es) hubiera preferido evitarse el jaleo que se ha armado en la opinión pública y habría optado por una penetración gradual y sigilosa, de la misma forma que lo están haciendo en varias zonas del departamento de Santa Cruz. De cualquier manera, ya se precipitaron las cosas y tal como se puede notar, vergüenza no hay: el pasado fin de semana, el Gobierno trasladó dos avionadas de cocaleros a Pando y seguirá haciéndolo, según lo ha confirmado un dirigente de los productores de coca del trópico cochabambino.

¿Con qué objetivo va a ir un cocalero del Chapare a Pando? ¿Sólo a votar? El que piense así comete una grave equivocación, de la misma forma que lo haría el que crea en la versión de que están yendo al norte los chapareños más pobres, ávidos de tierras para sembrar naranjas o guineos. Ese no es más que un pretexto para arremeter contra las concesiones forestales, la actividad económica más importante en Pando. De esa forma, el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, quien no pudo lograr su orgásmico deseo de sacar a empujones a los hacendados del Chaco, al fin podrá conseguirlo, pero esta vez con productores madereros.

La coca es la política de Estado más importante del Gobierno y Pando es el sitio ideal para quitarle una parte del gran peso que carga el Chapare frente a la opinión pública nacional e internacional, con la ventaja extraordinaria de una ubicación privilegiada, justo en frente de Perú, que usa a Bolivia como puente para el tráfico de drogas y en las puertas de Brasil, el mercado más grande de la cocaína que se produce en el país. Qué duda cabe, es el paraíso.