Con 53 no se pudo, con 40 sobrará

En un primer momento fue motivo de alegría que varios líderes aparezcan y expresen su interés por terciar en las elecciones de diciembre. Desde sectores de oposición esta emergencia se interpretó como una positiva respuesta a la política del temor que intentó imponer el Gobierno con el “terrorismo” de Rozsa. Y es que el ambiente previo no era nada halagüeño.

imageIván Arias Durán*

Con el objetivo de desviar la atención sobre el fracaso de su política nacionalizadora, inmediatamente después que, “gracias” al asesinato de uno de los involucrados, se develara el millonario volteo de YPFB a la cabeza de un jerarca del MAS, Santos Ramirez, el Gobierno “descubrió” y acribilló a los cabecillas de una “banda terrorista” que vivía en lujosos hoteles y cuya supuesta misión era dividir Bolivia. El montaje de la trama le salió tan bien al oficialismo que gracias a denuncias fraguadas, lograron posicionar en el imaginario social de occidente y oriente que la oposición escondía un complot secesionista. Logrando otro de sus objetivos, el sainete causó estragos en los actores opositores ya que las “pruebas”, en vez de llevarlos a cerrar filas, los dispersó, los atemorizó abriendo campo a las actitudes derrotistas y al distanciamiento y división entre ellos.



Por ello que hubiesen aparecido varios líderes dispuestos a dar pelea y a enfrentarse al Régimen en diciembre, mostraba un reacomodo de las filas opositoras. Sin embargo, a menos de 15 días para que se cierre la presentación de listas ante la CNE, la confirmación de que cada uno de ellos terciará solo, sin agotar la estructuración de uno o tres frentes amplios, está convirtiendo la alegría en pena y la esperanza en desasosiego. De ahí que ante cada nueva auto postulación se escucha de labios de la gente común expresiones como “Chatos, miopes, mezquinos, pequeños reyezuelos, soberbios, cortoplacistas”.

Y es que no sabemos si los sabios presidenciables son conscientes de lo que esta en juego en diciembre y que, la misma, no es una elección más. En diciembre nos jugamos el seguir fortaleciendo las defensas y la resistencia a un proyecto estatal conducido por personas que profesan una ideología trasnochada pero que llega y es asumida por amplios sectores sociales ya que, la misma explica nuestra pobreza y retraso a partir de la victimizaciòn, el odio al que tiene, el racismo, el regionalismo y la esperanza en el surgimiento de Gran Padre (Estado) que nos solucione todo y nos dé todo. Para ello el proyecto busca la centralización absoluta del poder, la mayoría aplastante en el nuevo Congreso, postrar a las autonomías departamentales al poder central, acabar con los municipios a través de su reconversión en autonomías indígenas; manejar arbitrariamente el poder, cerrar los ojos ante narcotráfico y la ilegalidad para idiotizar y aterrorizar al ciudadano.

En este contexto, es el momento para que las fuerzas opositoras aprendan de sus errores, limen sus diferencias, delineen un proyecto alternativo para los bolivianos y se unan en la batalla. La dispersión del voto favorece a los planes del Gobierno, favorece a la instauración de un Estado totalitario basado en el racismo y la ilegalidad.

Para diciembre la oposición debería buscar tres victorias mínimas. 1) Empezar a construir y difundir un nuevo paradigma nacional que enamore a ese 47% de bolivianos que desde el 2005 siempre le dijeron no al masismo y que sume a otros miles que apoyaron pero que ya ven el fracaso al que estamos yendo. 2) Garantizar el biométrico y elecciones limpias en cada recinto electoral que supone tener más de 20 mil delegados en las mesas de votación 3) Ganar la Cámara de Senadores ya que es lo único que permitió y permitirá detener las ambiciones totalitarias.

Pero como hasta ahora se presenta el panorama opositor, nada raro que Evo Morales en diciembre, con solo 40% de votación a su favor, logre lo que no pudo con 53% : controlar el Senado y así iniciar la profundización del proyecto chavista que consiste en el uso de formas democráticas para destruir el Estado de Derecho. Este es el crimen político que está a punto de cometer la oposición al pensar en primeras personas y no en Bolivia. Que la virgen de Urkupiña los ilumine, aun hay esperanzas hasta el 6 de septiembre.

*Ciudadano de la República de Bolivia

Miembro de columnistas.net