El 91% de ciudadanos se siente víctima del delito


Inseguridad. Los bolivianos viven temerosos y, en su gran mayoría, creen que serán afectados por la delincuencia, en un corto y mediano plazo, según una encuesta de Ibope-Focaliza

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El Deber



Freddy Lacio F.

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Nueve de cada 10 bolivianos residentes en las principales ciudades del eje central se sienten afectados por la delincuencia, cuyo incremento es ‘indiscutible’, y Santa Cruz de la Sierra es la ciudad más insegura del país. Estos datos se desprenden del estudio La delincuencia en Bolivia, realizado por el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) y la empresa nacional Focaliza – Investigación de Mercados, la primera semana de julio en 740 hogares de La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz.

La muestra establece que el 91% de los encuestados manifiesta sentirse afectado de manera directa por los hechos delincuenciales, siendo los cruceños, con el 97%, los que presentan mayores niveles de afectación, seguidos por los cochabambinos (89%) y paceños (87%). En el estudio también se fundamenta que, en cuanto al género, las mujeres son las que se sienten más afectadas -92% a 89, en relación a los hombres- mientras que, por rango de edades, los ciudadanos de entre 36 y 45 años y los de 18 a 25, son quienes se consideran victimizados por los delincuentes.

“El miedo a la delincuencia se ha ‘internalizado’ en los bolivianos”, sostiene José Martínez, ex jefe de la carrera de Sociología de la Uagrm, haciendo referencia al término de la psicología social que se refiere al proceso de incorporar valores y patrones de cultura, de modo consciente o inconsciente.

Según el estudioso, los niveles delincuenciales en Bolivia son una ‘realidad terrible’ que provoca que la gente esté absolutamente atemorizada, y con mayor razón en Santa Cruz, donde se produce infinidad de delitos diarios “porque las personas que infringen la ley se sienten impunes”.

La encuesta de Ibope-Focaliza le da la razón. La mayoría de los bolivianos consultados (92%) considera que la delincuencia, durante el último año, se ha incrementado en el país, mientras que el 6% cree que se mantuvo y sólo el 1% sostiene que disminuyó.

La ciudad en la que el incremento se torna más evidente es Santa Cruz de la Sierra, donde el 98% de los indagados coinciden en señalar el aumento de los actos delictivos. Un poco atrás está Cochabamba, con el 94%, y La Paz/El Alto, con el 91%. Lo cierto es que, sin importar su origen, la gran mayoría de los entrevistados coincide en que la delincuencia ha aumentado en la ciudad donde reside, durante el último año.

“Los delitos no sólo han aumentado. Me atrevería a decir que se han duplicado o triplicado y ya nadie vive seguro, así resida en el centro de la ciudad o en un barrio de fuera del octavo anillo… Donde sea que haya gente van a aparecer los maleantes”, aseguró, con total desazón, la comerciante C.M.V., que en los primeros meses del año sufrió tres robos a mano armada en su domicilio, ubicado en el barrio Florida (carretera al norte), sin que hasta la fecha hubiera podido recuperar lo perdido ni capturar a los responsables del delito.

Otro dato revelador del estudio señala que cuatro de cada 10 personas afirman que uno de los miembros de su familia fue víctima de algún tipo de delito durante los últimos 12 meses. Cochabamba y Santa Cruz de la Siera, con el 46 y el 42%, respectivamente, son las ciudades en las que un porcentaje significativo de personas admite que, al menos un familiar, fue golpeado por el delito.

En este punto, tanto mujeres como hombres se sienten victimizados por igual, con un 41% de ambos sexos que reconocen tener algún familiar damnificado por el crimen, mientras que por rango de edades, los más jóvenes (18 a 25 años) sostienen lo mismo, contra sólo el 26% de los entrevistados de 46 a 55 años.

La investigación también presenta otros datos interesantes, referidos a los lugares que los entrevistados consideran como los más seguros e inseguros.

En este punto, para seis de cada 10 bolivianos, el hogar representa el lugar más seguro dentro de su ciudad. El 62% de los consultados calificó a su domicilio como el sitio donde se siente más protegido, contra sólo el 38% que piensa lo contrario. En segundo lugar se encuentran las instituciones financieras, con el 54% de preferencia ciudadana como sitio resguardado. Poco más allá están el lugar de trabajo (44%) y los restaurantes (40%).

En contrapartida, los bolivianos sostienen que los sitios más inseguros y desprotegidos son las calles. El 89% de los entrevistados cree que en estos lugares se tiene más probabilidad de ser víctima de la delincuencia. Otros sitios inseguros son las paradas de micros y minibuses (86%), los vehículos del transporte público masivo (85%), las discotecas (84%), las plazas y parques (81%), los centros populares de abastecimiento (80%) y los centros deportivos (66%).

El grupo Ibope es una multinacional brasileña con presencia en 15 países, que tiene más de 60 años de experiencia en la realización de encuestas sobre los temas más variados.

Consultados critican la falta de vigilancia policial en los barrios

Inseguridad. La ausencia de policías, la falta de empleo y las sanciones demasiado suaves son, en ese orden, las causas principales de la explosión delictiva en el país, según la encuesta

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Prevención. A pesar de los cuestionamientos, la Policía cumple un rol primordial en el control de la delincuencia

Según el estudio de Ibope-Focaliza, la ciudadanía atribuye a muchos factores la actual explosión de los índices delictivos en el país, pero, el principal, según la percepción de los encuestados, es la falta de vigilancia policial en los barrios.

Consultadas 740 personas en las ciudades del eje central (Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba y La Paz, más El Alto), el 75% señala que la ausencia de efectivos del orden público representa el motivo principal para el crecimiento de la delincuencia, a sus niveles actuales.

La falta de trabajo, con el 51%, y las sanciones débiles que se aplican a los delincuentes, con el 41%, son las otras dos principales razones que esgrimen los entrevistados para tratar de explicar el problema.

Más atrás están otros factores, como la presencia de pandillas (40%), las condiciones de pobreza extrema (27%), la falta de iluminación (25%), la pérdida de valores de la sociedad (20%), el mal funcionamiento del sistema de rehabilitación (19%), la falta de lugares que acojan a niños y jóvenes en su tiempo libre (17%) y la falta de prevención por parte de la población (12%).

Hace algunas semanas, en Santa Cruz surgieron fuertes críticas sobre la ausencia de policías en las zonas periurbanas de la capital, que incluso derivaron en la propuesta de implementar un programa de serenazgo vecinal, pagado con un aporte ciudadano de entre Bs 3 y 5, para la contratación de alrededor de 500 guardias por parte de la Prefectura del departamento.

Aunque la propuesta fue rechazada por la dirigencia vecinal cruceña, lo cierto es que la Policía admitió no estar en condiciones de asumir un plan de vigilancia en todos los barrios de la urbe cruceña, por la falta de agentes del orden. Incluso el comandante Nacional de la Policía, Víctor Hugo Escóbar,   reconoció que existe una desigualdad en la asignación de efectivos para Santa Cruz, pero que se están tomando las previsiones necesarias para incrementar la fuerza policial cruceña.

El presidente de la Federación Departamental de Juntas Vecinales (Fedjuve), Rodolfo Landívar, a tiempo de declarar emergencia ciudadana por la inseguridad en el departamento, criticó la falta de personal en los puestos policiales de los barrios, aunque distribuyó la responsabilidad entre todas las instituciones encargadas de la seguridad: Prefectura, Policía, Fiscalía y Municipio.

Instituciones deben asumir su responsabilidad

Odalis Cabrera | Asesora Jurídica Fujebo

Hay muchas razones que pueden explicar la sensación de inseguridad que viven los bolivianos, pero las causas de la delincuencia se entienden por varios motivos. Estamos viviendo con miedo por un cúmulo de factores: la falta de control de los padres, la situación económica, la inseguridad jurídica, los mensajes erróneos de los medios de comunicación, la falta de programas de prevención del delito, pero especialmente porque las autoridades no han asumido su rol ni su responsabilidad en el tema.

Vimos el caso de la muerte de dos jóvenes en Equipetrol, que dio lugar a que tengamos funcionarios de la Gendarmería Municipal y efectivos de la Policía custodiando la zona. No es posible que se destine tanta cantidad de efectivos a un lugar donde los jóvenes van a divertirse y se exceden, pero sólo dan lugar a desmanes. La muerte de los dos muchachos fue un caso aislado, pero vemos la movilización de efectivos para cuidar que jóvenes borrachos y ‘catarros’ no se peleen ni se hagan daño entre ellos, mientras que  los barrios, que son los focos donde los delincuentes operan, se quedan sin policías.

Pero también habrá que analizar: si se manda a los agentes a los barrios… ¿cómo se los enviará? Sin vehículos, sin combustible, con serios riesgos, sin considerar sus bajos salarios y que exponen su vida a diario, a pesar de tener esposa e hijos en quienes pensar.

El ciudadano común y corriente directamente le atribuye la culpa a la Policía, sin ir más allá.

Es la Prefectura, a través del Consejo Departamental de Seguridad Ciudadana, la que debe implementar planes y proyectos en esta temática, pero lamentablemente es poco lo que se está haciendo en la materia. Si ya somos autónomos, no se puede esperar a que la Policía reciba recursos y planes desde el Gobierno central.

Es tiempo de que todos asuman la responsabilidad.