Hay quienes tienen una muy particular forma de ver las cosas. Para esta gente existe un terrorismo malo y un terrorismo bueno y una justicia mala y otra justicia buena.
Los «terroristas» del grupo de Rosza, son los malos. (foto)
Son los parámetros que utiliza el gobierno para establecer esta arbitraria clasificación. El primer y único elemento que utiliza es su muy particular conveniencia y no existe algún otro criterio racional o legal. Es así que el presidente Evo Morales, la pasada semana recapitula todos los hechos que sus colaboradores consideran como actos de terrorismo e incluye a sabiendas que es una gran mentira y para estupor de quienes tienen más de dos dedos de frente, a dos muchachos que fueron detenidos en Santa Cruz cuando supuestamente se aprestaban a atentar contra su vida.
Estos dos «terroristas», según el presidente, pretendían usar para su funesto cometido un vetusto fusíl, portaban alrededor de 300 cartuchos y circulaban a dos kilómetros de donde se encontraba Evo. Estos dos elementos resultan más que suficientes para echar por tierra la versión de un supuesto atentado contra su vida. Un terrorista serio, lo primero que haría es conseguir un fusíl algo más moderno y no andaría por las calles cargando semejante cantidad de proyectiles. Se sabe que para un francotirador una bala basta y sobra, pero al parecer a Evo le gustan las cosas a lo grande y no concibe que alguien le tenga dedicada una sola bala.
El «terrorista» bueno: Teniente Georges Peter Nava acusado de haber puesto explosivos en un canal de Tv de Yacuiba. Esta libre y es parte de la seguridad presidencial de Evo (foto)
Durante su minuciosa recapitulación de los actos de terrorismo, Evo eludió muy púdicamente mencionar el atentado contra la sede de la red Unitel en Yacuiba, seguramente porque se trata de un canal al que considera opositor y por tanto nada de lo que se haga contra la oposición es malo y puede ser considerado terrorismo.
Ahora llegó el turno a la justicia, cuya peor expresión, según los funcionarios gubernamentales se encuentra en Santa Cruz. «Lo peor de la justicia se encuentra en Santa Cruz», opinó el vicepresidente Alvaro García, quien está demostrando tener un cuero de anta. Resulta ahora que una resolución que ordena el retorno de un juicio, el del caso Rozsa, a donde debe ser, es decir donde se cometió el supuesto delito, es incurrir en el delito de prevaricato.
Para él, claro está, es preferible que todos los casos que forman parte de la campaña gubernamental para amedrentar a la oposición, sean tratados en La Paz, donde tiene a su disposición a jueces y fiscales «satucos» que cumplirán a cabalidad todas sus instrucciones. Ahí tenemos el caso del prefecto de Pando, Leopoldo Fernández, quien se acerca al año de reclusión sin que se le haya instaurado un proceso o algo que se le parezca.
Los masistas en La Paz, pueden cometer con absoluta impunidad sus trapisondas, con la certeza de que contarán con la protección de los fiscales y jueces que se reúnen periódicamente con los asesores del Ministerio de Gobierno, quienes les hacen conocer cual es el próximo objetivo del gobierno.
Si hay un distrito en el que la justicia está siendo utilizada de forma descarada para conseguir los objetivos políticos del gobierno ese es La Paz pero García Linera prefiere traspasar esos males a la judicatura cruceña ya que en ella no conseguiría con tanta facilidad demostrar los supuestos aprestos «separatistas» que están siendo tan profusamente utilizados en su campaña electoral.
Por tanto queda demostrada la «lógica» masista en lo que al terrorismo y la justicia se refiere. El terrorismo es bueno si las víctimas son los opositores y la justicia es buena si se somete al Ejecutivo y mala, muy mala, si pretende mantener la independencia de poderes.
A estos y otros conceptos deberemos ir acostumbrándonos en el Estado Plurinacional pero para eso no hay apuro, finalmente tendremos tiempo de sobra para eso: Evo quiere quedarse 50 años en el palacio y cuenta con una oposición fragmentada que si sigue en esta tónica le será de gran ayuda para alcanzar ese objetivo.