«Indigenismo» alcanza al billete boliviano


Aún exhiban el rostro de los indígenas bolivianos en los billetes y cambien el nombre de todas las calles es puro simbolismo demagógico, en tanto siga la pobreza por la falta de políticas adecuadas.

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El gobierno lanzará nuevos billetes con imágenes de héroes indígenas y la hoja de coca



Es una práctica muy difundida en los regímenes autoritarios, el intentar reescribir la historia como una forma de legitimar sus prácticas despóticas pretendiendo hacerlas ver como una ineludible necesidad o como la lógica consecuencia de un proceso acumulativo que se encarna en la persona del líder absoluto.

Evo Morales se ha dado a esta tarea con las pautas muy discutibles de que los indígenas han sido los únicos protagonistas de la historia y que a parte de ellos nada bueno hubo en toda la historia republicana. Se trata por cierto de una visión maniquea y simplista que por cierto no tiene asidero alguno.

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Si no es posible cambiar la realidad cotidiana de miles de indígenas que siguen sumidos en la más profunda pobreza y son la carne de cañón de un experimento cuyos efectos no serán nada buenos para el país entonces hay que cambiar las apariencias, parece que le dijeron sus asesores indigenistas a Evo.

Y no es que el reconocer el protagonismo indígena en nuestra historia sea malo. Lo malo es pretender que ese sector fue el único protagonista lo cual, a ciencia cierta resulta una absoluta necedad que muy fácilmente podría rebatir cualquier alumno reprobado en historia.

imageBartolina Sisa y Tupac Katari.

Tupac Katari, Bartolina Sisa, Zarate Willka y otros interpretaron las ansias de liberación de las masa indígenas pero resulta equivocado afirmar que son la expresión de un país que es esencialmente mestizo a despecho de todo cuanto se haga para demostrar lo contrario.

El propio Evo Morales, a pesar de todo cuanto intenten hacer sus apologistas, es mestizo y su absoluto desconocimiento de los idiomas quechua o aymara así lo demuestran. Es más bien un producto citadino antes que de una comunidad o un ayllu, del cual salió siendo un niño para no retornar jamás sino de visita siendo presidente. 

Por otra parte, todo intento de reescribir la historia para acomodarla a intereses circunstanciales lleva implícita una mentira y en este caso, los criterios que intentan dar todo el protagonismo a los indígenas resultan tan falsos y erróneos como aquellos que se fueron a las antípodas y, por el contrario, les quisieron negar toda participación.

No creemos que a nadie le vaya a molestar ver la efigie de un indígena en los billetes, que por otra parte no sería la primera vez como pretende mostrar el gobierno con el doblez que le caracteriza. Lo que resulta preocupante es que se quiera “ningunear” a otros como Andrés de Santa Cruz, por citar a alguien, que jugaron un papel de primer orden en la creación de la república, ahora “estado plurinacional”.

Se trata, en consecuencia, de un intento de legitimar una hegemonía indígena, de reconocer a un sector de la población en detrimento de otro mayoritario, los mestizos. 

El asunto se vuelve más llamativo aún cuando Evo, con su exaltado ego, se reserva un rol privilegiado dentro de los dirigentes “indígenas” y como era de prever su rostro será estampado en todas las monedas del “estado plurinacional”. Será otro tributo dirigido a satisfacer la egolatría de un personaje que ya está alcanzando niveles patológicos.

El tema de fondo es que así el gobierno exhiba el rostro de los indígenas bolivianos en todos los billetes y cambie el nombre de todas las calles de las ciudades bolivianas, se queda en puro simbolismo demagógico, en tanto no aplique políticas estructurales para sacar de la pobreza al país, de la que son víctimas principalmente los indígenas.