Seis países en alerta, el cambio climático puede traer hambre


El Niño y La Niña provocaron un daño de $us 21.000 millones entre 2000 y 2005. Los países del CAS llevarán una sola postura a la reunión de la ONU sobre cambio climático.

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Encuentro: la ministra de Desarrollo Rural, Julia Ramos, y sus colegas de los demás países



La Prensa

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Los seis países miembros del Consejo Agropecuario del Sur (CAS) se encuentran en alerta debido a los cambios climáticos que cada vez serán más agudos, lo que pone en riesgo la seguridad alimentaria de la región.

Los ministros de Agricultura de Bolivia, Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay se reunieron durante dos días para evaluar la situación y se acordó llevar una sola postura a la Convención Marco sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas (ONU), que se efectuará en diciembre de este año en Copenhague (Dinamarca).

El encuentro concluyó que a raíz de la emisión de gases de efecto invernadero en los países industrializados, las sequías, lluvias e inundaciones serán cada vez más frecuentes debido a una mayor presencia de los fenómenos de la Niña y del Niño, que tendrán efectos severos en la agricultura, como una menor oferta de alimentos y su encarecimiento para la población.

El ministro uruguayo de Ganadería y presidente pro témpore del CAS, Ernesto Agazzi, afirmó que es necesario puntualizar que los cambios frecuentes en el clima tienen que ver con la emisión de gases de los países industrializados y el mundo debe establecer quién se hará cargo de las consecuencias.

Añadió que frente a esos eventos los países miembros deberán coordinar distintas acciones de prevención y alerta temprana.

Por ejemplo, hacer un uso eficiente del agua, evaluar mecanismos de compensación en las zonas afectadas por desastres y dar respuestas inmediatas.

Según los ministros del CAS, la variabilidad climática condiciona el abastecimiento alimentario, las exportaciones y las fuentes de ingreso de la población, especialmente en las zonas más vulnerables.

El asesor de los ministros del Consejo, Wálter Oyansabal, del Ministerio de Agricultura de Uruguay, alertó que los impactos se agudizarán en el futuro y, por ejemplo, alterarán la disponibilidad de agua en cantidad y calidad. Además, los nevados han comenzado a deshielarse y los países deben prepararse.

En Bolivia, por ejemplo, el Chacaltaya ya no tiene nieve y corren riesgo otros cerros como el Illimani y el Huayna Potosí, por lo que hay menos agua en las represas. “Tenemos que evaluar dónde somos más vulnerables y cómo podemos enfrentar esa situación y que la recuperación de daños sea más rápida”.

Recordó que los fenómenos naturales no sólo afectan la producción de alimentos, sino que generan impactos negativos en la salud humana, animal, vegetal con la aparición de vectores y nuevas enfermedades.

Esto a su vez compromete el crecimiento económico, las exportaciones agrícolas y la lucha contra la pobreza, porque los estados deben destinar millonarios recursos de sus presupuestos para atender emergencias.

Oyansabal advirtió de que están en curso problemas de lluvias e inundaciones hasta fin de año en países donde el año pasado afrontaron sequías. “Pasaríamos de estar 18 meses sin agua a tener el líquido elemento en demasía, eso trae problemas de erosión, desplazamiento de personas en áreas vulnerables y afectación de cultivos”.

Los seis países miembros del CAS acordaron en la reunión que se desarrolló durante dos días en La Paz impulsar la investigación científica y el intercambio técnico y de tecnología para mejorar las técnicas de producción y riego como mecanismos de prevención y alerta temprana.

Crisis financiera mundial golpea a la agricultura

Representantes de los ministerios de Agricultura de seis países sudamericanos expresaron su preocupación por el impacto negativo que la crisis financiera global tendrá en la seguridad alimentaria y en las economías locales.

Este asunto fue analizado por autoridades de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay en la XVII Reunión Ordinaria del Consejo Agropecuario del Sur (CAS), en un encuentro de dos días en La Paz y que también discutió los efectos del cambio climático en la agricultura del Cono Sur.

El ministro uruguayo de Ganadería y presidente pro témpore del CAS, Ernesto Agazzi, explicó que las principales preocupaciones de la organización frente a la crisis radican en la disminución del consumo en los países desarrollados y las barreras comerciales y técnicas de protección a los sistemas productivos.

“Hemos considerado que el aumento de la protección es un riesgo muy grande para nuestras economías” . Otra preocupación para estos países es el cambio de enfoque que se ha producido respecto de la seguridad alimentaria en el mundo a raíz de la situación financiera global.

El subsecretario de Agroindustrias de Argentina, Rubén Patrouilleau, sostuvo que las ocho naciones más desarrolladas agrupadas en el G-8 analizan la crisis financiera y la alimentaria como temas separados.

Por ello, añadió, ese grupo pretende generar “un orden mundial de manejo de la producción agropecuaria”, restando soberanía a los demás Estados para dictar sus políticas agropecuarias y de comercio.

En este marco, el CAS decidió crear un grupo que analizará en detalle este problema para establecer qué aspectos pueden ser perjudiciales para el comercio de los seis países y así asumir las medidas correspondientes.