Su historia cuenta. A los cinco años, exhibe su talento costumbrista


Recita poesías vestido de cambita. ‘El Cambita Joel’ recita poesías de hasta 23 estrofas. No sabe leer todavía, pero se apoya en su madre para memorizarlas. Quiere llegar lejos, como exponente de costumbres cruceñas.

image Logro. Muestra el trofeo que recibió de autoridades municipales como artista costumbrista



El Deber

Claudia Cecilia Siles

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Tiene apenas cinco años, pero su nombre y talento ya son conocidos en El Carmen Rivero Tórrez, localidad ubicada a 538 kilómetros al este de Santa Cruz de la Sierra. Allí, Jesús Adalberto Vaca Justiniano se ha convertido en el ciudadano más joven en ganar una distinción municipal como la que le entregaron el pasado 16 de julio, cuando autoridades locales dictaron una ordenanza para destacar su habilidad para declamar poesías costumbristas, que lo ha convertido en un orgullo para la región.

En el festejo del pueblo, que coincide con la fiesta de la Virgen del Carmen, hubo actos cívicos y religiosos y en ambos tuvo participación Jesús Adalberto, más conocido allá por su nombre artístico: ‘El Cambita Joel’. ¿De dónde sale ese apelativo? Su padre, también llamado Adalberto, explica que cuando su talento apenas comenzaba a mostrarse, uno de sus hermanos mayores se asombró tanto al oírlo, que creyó que debía llamarse como el profeta Joel. A Jesús Adalberto no le molesta el apelativo. Es más, se siente orgulloso de ser el centro de la atención cuando de temas costumbristas se trata. “Le encanta vestir indumentaria de cambita y no se intimida en ningún escenario”, corrobora su padre. Claro que la familia está siempre cerca para darle apoyo.

El niño cursa actualmente la segunda sección en el kinder Sagrada Familia, donde se destaca por sus buenas notas y también por sus don para declamar poesía y amenizar actuaciones. Sus padres, ambos maestros de profesión, se han convertido en verdaderos aliados, pues cuando ‘El Cambita Joel’ tiene ganas de declamar nuevas poesías, son ellos los que tienen que poner la creatividad y la experiencia de maestros para redactar el texto con el que el niño se lucirá la próxima vez que esté ante el público.

“Esto comenzó de manera natural. Él siempre mostró interés por aprender poesías y por conocer nuevas palabras. Por eso, siempre que había tiempo, le enseñábamos algunos versos, mientras corregíamos tareas y pruebas”, cuenta don Adalberto.

Hoy, ‘El Cambita Joel’ recita poesías de hasta 23 estrofas. No sabe leer todavía, pero se apoya en su madre, Marlene Justiniano, para memorizarlas. Quien lo escucha no puede más que asombrarse.

“Tiene una habilidad impresionante, es un niño lleno de entusiasmo”, declaró María Emilia Saavedra, que estuvo en El Carmen Rivero Tórrez este año, durante las fiestas. Pero ‘El Cambita Joel’ también ha tenido oportunidad de declamar en la Feria Exposición que se hace en la capital cruceña en septiembre.

Nadie duda de que un futuro alentador se le abre desde ahora al pequeño Jesús Adalberto. Dice que le gusta la declamación y que sueña con ser cantante. Sus padres tratan de responder a esa inquietud creando nuevas poesías costumbristas, la esencia con la que se ha identificado mejor el niño, un amante de las tradiciones cruceñas. Don Adalberto dice que lo avanzado con su hijo ya no tiene vuelta atrás y no duda de que hay que incentivarlo, porque cree que será uno de los grandes exponentes de la cultura cruceña. Pero también reconoce que llegará el momento en que sus padres, con el sueldo de maestro, no podrán ofrecerle muchas alternativas. “Si hay gente que quiera ayudarlo a conseguir sus objetivos estaremos agradecidos”, comenta.

Jesús Adalberto nació un 25 de diciembre, por eso fue bautizado con ese nombre. Es un chico sencillo y muy sensible. Su padre dice que se queda pensativo y triste cuando ve gente que se pelea o cuando escucha palabras torpes. “Es un niño cariñoso y alegre, comparte con la gente, y eso se nota en todo”, dice don Adalberto.

En alguna oportunidad, después de declamar una poesía, la gente le ha ofrecido una moneda, como una forma de apoyo. “Ese dinero nos lo trae y sirve para comprar pan. Él se da cuenta de que hay necesidades en la casa y trata de cooperar”, asevera el padre, que conversó con este medio desde una cabina telefónica, el único medio que hay para comunicarse  en El Carmen Rivero Tórrez, un pueblo lindo y con grandes perspectivas de crecer.