Con satélite y sin rumbo


Siempre está en la estratosfera, por eso comprará un satélite de 300 millones de dólares, mientras los bolivianos no tienen empleo. Otro costoso caprichito presidencial.

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“En el país no hay calidad de empleo y tampoco hay cantidad de empleo”, afirma de manera contundente un informe elaborado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) que confirma la percepción que ya teníamos los bolivianos a pesar de todos los malabarismos que hace el gobierno del MAS para disimular una situación que se hace cada día más dramática.



Indicar que el 52 por ciento de la población está subempleado no es chiste y cualquier gobierno que tuviera un criterio más responsable en la conducción del aparato del Estado ya hubiera adoptado medidas para atenuar una situación que se puede tornar explosiva en cualquier momento.

De acuerdo a esa información, el 10.2 por ciento de la población esta desempleada y casi el 40 por ciento debe contentarse con empleos eventuales o informales, generalmente muy mal remunerados o, sencillamente, dedicarse a vender chucherías en las calles para poder subsistir, o peor aun, a la delincuencia que ha aumentado en niveles alarmantes en el país.

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Esta situación no es nada más que una consecuencia del cierre de mercados que de manera muy entusiasta se ha dedicado a promover el gobierno de Evo Morales. No se hizo nada para garantizar los mercados de Estados Unidos en el marco de las preferencias arancelarias del ATPDEA y se actuó como chiquilla despechada en las negociaciones que entabló la Comunidad Andina con la Unión Europea.

Por otra parte no existe ni atisbos de una política medianamente coherente para incentivar la generación de empleos y se mantiene el criterio asistencialista de las dádivas y los bonos.

Está más que claro que la bonanza económica surgida por la excepcional situación de los precios de las materias primas en el mercado internacional, fue irresponsablemente desperdiciada por el MAS que no aprovechó estos recursos para establecer una base productiva que en buenas cuentas significa también fuentes de empleo.

El gobierno conoce perfectamente la situación del empleo en el país y en lugar de asumir medidas correctivas adopta la política del avestruz y esconde la cabeza y rápidamente sale el incapaz ministro de Planificación del Desarrollo, Noel Aguirre, a decir que el desempleo en el país que era en 2005 de 8,15 por ciento, el año pasado bajó a 6,7 por ciento. Una mentira de campaña electoral, por cuanto el CEDLA asegura que en 2008 la desocupación llegó a 10,2 por ciento.

No deja de ser paradójico que mientras más de la mitad de los bolivianos no tiene acceso a una fuente de empleo, el presidente Evo Morales, que como siempre está en la estratosfera, anuncie el ingreso de Bolivia a la era espacial con la compra de un satélite a un costo de 300 millones de dólares.

Es muy bueno que Bolivia tenga un acceso cada vez mayor a la tecnología. Sin embargo, es claro que en un país como el nuestro las prioridades son otras y la principal debe orientarse a  la satisfacción de las necesidades básicas de la población, porque de lo contrario nos encontraremos con una Bolivia de hambrientos y desempleados pero que, eso sí, tienen un satélite para satisfacer el ego de su megalómano presidente.

Foto Abi