Es hora que los «hermanos indígenas» se den cuenta que son útiles para revueltas, apoyos y votos, para gobernar Evo prefiere a los «k´aras».
Concentración indígena en Camiri el pasado 2 de agosto (foto Abi)
El MAS se ha percatado de que su debilidad básica radica en la clase media, a la cual ha ahuyentado con el fundamentalismo indigenista del que hizo gala durante sus casi cuatro años de gobierno. Pero, al parecer, está dispuesto a desandar lo andado en aras de un pragmatismo político que se ha expresado en su lista de candidatos a parlamentarios.
Por un lado ha optado por incluir en las listas a personas que puedan resultar más potables a esa veleidosa clase media y solo por mencionar algunos citamos al sociólogo Adolfo Mendoza en Cochabamba, Gabriela Montaño y Betty Tejada en Santa Cruz, Fabian Yaksic y principalmente la carta fuerte del MAS, Ana Maria Romero en La Paz.
Ana Mar desplazó al tercer lugar a Fidel Surco quien consideraba que ya tenía su curul de senador asegurado. La postulación, ciertamente evidencia que el MAS está dispuesto a sacrificar ¿principios? para ir a la «caza» de la clase media, porque ya cuenta con que el sector indígena-campesino ciegamente dará su apoyo al candidato Morales.
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Por otro, si bien se proclamaba que los candidatos serían la fiel expresión de la voluntad de las “organizaciones sociales” vemos que esto no es cierto a partir de las reacciones que se han producido en algunos sectores que se consideran desplazados o afirman que sus postulaciones no fueron respetadas.
En estas organizaciones se llegó a afirmar que los candidatos fueron designados a dedo, en reuniones a puerta cerrada y que esta vez la batuta la llevó el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Sacha Llorenti, y que las decisiones fueron asumidas por los miembros de la estructura organizada en torno a Evo Morales.
Entonces tendríamos que el “análisis sociológico” que hizo García Linera de las postulaciones está a contramano de lo que opinan los “sectores sociales” que sustentan al MAS y que según los discursos oficiales constituyen su base y esencia.
Los «blancoides» candidatos del MAS al congreso (de izq a der), Adolfo Mendoza, Fabian Yaksic, Gabriela Montaño y Ana Maria Campero (Foto Los Tiempos)
El descontento de las “bases” masistas se expresó principalmente en dos sectores considerados como los principales puntales del actual gobierno, como son la COR-El Alto y los “ponchos rojos” de la provincia Omasuyos, quienes llegaron incluso a amenazar con medidas de presión como marchas y bloqueos.
El secretario general de la COR-El Alto, Eliseo Suxo, no pudo ocultar su decepción por no haber sido incluido como candidato y reprochó que si lo hayan sido personas que “jamás hicieron vida orgánica”
El díscolo diputado René Ramos, quien quiso ser prefecto de La Paz y tampoco fue incluido como candidato quedando seriamente afectado en su amor propio, denunció que el secretario ejecutivo de la COR-El Alto, Edgar Patana, habría impuesto dos postulaciones: de Félix Loayza Rojas y de su hija, Lizeth Loayza Quispe.
“Ahora la gente blancoide nos ha desplazado y muchos paracaidistas aparecieron en los nueve departamentos, y por eso los hermanos de algunos sectores sociales están molestos”, dijo Ramos quien, sin duda, tenía aspiraciones muy concretas.
Sin embargo, donde se vio más nítidamente la impostura con la que actúa el MAS fue en la postulación del exfutbolista y miembro activo de la Armada, Demetrio Angola. La comunidad afro-boliviana rechazó a este candidato y ante la evidencia del dedazo en esta designación Evo dio marcha atrás y tuvo que nombrar al candidato propuesto por ese colectivo social.
“Lo fundamental es que se ha barrido con la esencia del MAS”, consideró el diputado y fundador del MAS, Félix García, aspecto que fue apoyado por el actual senador Lino Villca, el del eterno gorrito de aguayo, quien sostiene que con las actuales postulaciones, en el parlamento “habrá ausencia ideológica, igual que en el Ejecutivo”. Sin embargo, esta posición es discutible porque los «indígenas» que llegaron a la Asamblea Constituyente, al Ejecutivo y al parlamento «brillaron» por su incapacidad y su papel de floreros simbólicos fue utilizado por Evo para su discurso de exportación.
Lo destacable es que las observaciones a la doble moral del gobierno surgen de personas que hasta ahora formaban parte del núcleo duro del MAS, con lo que se ratifica la tendencia histórica de que los populismos de diversa índole, en este caso indigenista, concluyen degradándose y relegando a sus gestores primigenios para dar preeminencia a pequeños entornos que rodean al caudillo principal.
Es hora que los «hermanos indígenas» se den cuenta que son muy útiles para poner el cuero en revueltas, bloqueos, manifestaciones de apoyo, grupos de choque y caudal de votos, pero a la hora de gobernar le son mas útiles al presidente aymara los «k aras» (blancoides) como Quintana, García Linera, Llorenti y otros, a los que se unirá la nueva camada liderizada por Ana Mar.