Ni lerdo ni perezoso el actual gobierno se ha dedicado a la tarea de perseguir. Ahora sabemos porque en la Ley Electoral Transitoria hicieron hincapié en que Evo Morales no dejara de ser presidente- superponiendo su papel de actual mandatario con el de candidato hasta la elección de diciembre. Los motivos son muchos y ya han sido enumerados en reiteradas ocasiones, en las que analistas han mostrado las enormes ventajas de llamarse Presidente en Bolivia a fines del usufructo irrestricto de las arcas del Estado en la actual campaña y ahora comprendemos también la enorme ventaja de llamarse presidente a cuenta del poder que permite esta función para hacer uso y abuso de la maquinaria del Estado armando persecuciones que tratan de desactivar las candidaturas que crecen y que le hacen temer al actual gobernante- candidato su tan ansiada re elección.
La ministra de “Transparencia” Nardi Suxo ha aparecido con las manos rebalsando procesos contra los candidatos del Eje de Convergencia Nacional- Plan Progreso y contra los prefectos autonomistas que se han plegado a este eje: Mario Cossio y Ernesto Suarez; por supuesto que no se menciona a quienes han optado por quedar en campo neutro, pues sólo se promete acusar a los que se están jugando por la formula opositora democrática que no resulta de conveniencia para el gobierno.
El gobierno se ha constituido en inquisidor de las candidaturas actuales y en “árbitro bombero” (parcializado), como se dice por acá, del proceso en ciernes. Por supuesto que se protege a sí mismo y su gestión, pese al despilfarro generalizado, y a las administraciones corruptas y fraudulentas con las que sus correligionarios cercanos han despilfarrado los recursos de las nacionalizadas entre ellas YPFB saqueando permanentemente todas las empresas ahora estatales libradas a su suerte y sin control social verdadero.
Resulta no sólo sorprendente sino cínico y abominable que un gobierno se erija en juzgador de los opositores en pleno proceso eleccionario con el único fin de destruir las candidaturas de quienes son reales opositores y les plantean el reto de medirse en una gesta eleccionaria en la que el gobierno no quiere realmente respetar el campo democrático sino imponerse y manipular a costa de cualquier tipo de engaño.
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En la guerra sucia que ahora plantea el gobierno, la Ministra Suxo ha aparecido con sendos juicios acusando de daño económico a las gestiones prefecturales del Capitán Manfred Reyes Villa y sus funcionarios, del prefecto de Pando Leopoldo Fernández encarcelado y ahora candidato a vicepresidente, así como a la de los prefectos que se están jugando por la restitución de la democracia para sus regiones y para el país a través de autonomías reales que no se transformen en tigres de papel despojados de las garras del verdadero espíritu autonomista.
La lista negra del gobierno es una lista de perseguidos políticos y llega al punto en que el ajusticiamiento que se pretende hacer no es otra cosa que no sea un serio intento de seguir imponiéndose por mano propia, al punto que las misma declaraciones de la ministra Suxo delatan sus verdaderas intenciones en la medida que ha planteado: “nosotros hemos propuesto que se formen comisiones especiales de fiscales para realizar estas investigaciones", calificando que hay retraso en la justicia para juzgar estos casos. La ministra Suxo no se preocupa sin embargo de los sendos casos de sus correligionarios acusados de corrupción y saqueo a las arcas del Estado, procesos en los que la justicia no sólo se ha retardado sino que ha exonerado a los saqueadores de la gestión del presidente Evo Morales, a quienes se los ha premiado con archivo de expedientes o exoneración de cargos por el simple hecho de que son correligionarios. Esto sin duda se constituye en el más claro síntoma de un régimen dictatorial que sólo pretende seguirse apantallándose en elecciones y que nos muestra lo peor de la esencia de este régimen que es el abuso de poder y la manipulación de la ley y la justicia.
Ojo ciudadanos bolivianos, que si estas acciones persecutorias nos parecen deleznables e inconcebibles, tenemos que tener en cuenta que sólo nos están permitiendo palpar la punta del iceberg enel que pretenden estrellarnos. Si no nos tomamos en serio el ataque que el partido de gobierno está perpetrando a la democracía, las libertades y los derechos, después de diciembre tendremos que enfrentar el témpano del totalitarismo en toda su extención y magnitud.