Un dios contemporáneo

Un mestizo es ungido líder espiritual de los indígenas. Glamour andino, espectáculo de masas. Marketing socialista de siglo XXI.

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La Razón



Óscar Díaz Arnau

Tiwanaku, cuatro años después. Un mestizo es ungido líder espiritual de los indígenas. Parece que inconvenientemente caracterizado para la ocasión, se apresta a asumir la presidencia con un respaldo de 64% de los votos. Glamour andino, espectáculo de masas. De masas hippies (ok, al Woodstock de Akapana también asisten indígenas y campesinos). Magnífica ocurrencia de un millón de dólares. Qué Biblia ni calefón, ¿túnica o camisón? Evo es el mejor producto para la venta en Bolivia. En poleras, Bs 100. Chalinas, 60. El indio está en oferta. El indio que no es, pero no importa: tiene los rasgos que dibujan los diccionarios ilustrados. Marketing socialista de siglo XXI.

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Tiwanaku, ciudadela prehispánica. Hay que esconder la pobreza bajo la alfombra árida del altiplano. Mañana estará el Príncipe de Asturias, estará Rigoberta Menchú. Como la Puerta del Sol continúa en su lugar, qué mejor que un Presidente espiritual. Viene a “cambiar el mundo”, trabaja para “salvar a la humanidad”. Hossana en las alturas. Plus de marca. Subamos los precios de las poleras.

Discurso de asunción de mando. Con todo su espíritu laico, el Presidente dice que es el primer boliviano en levantarse y el último en acostarse. (Afloja la mística, justo que Estocolmo nos mira; ¡oh, Nobel! Paz y amor. ¡Jallalla Estado Plurinacional! ¡Feriado por la muerte del Estado colonial! —Cómo le va, señor Príncipe, saludos a los reyes. ¿Qué tal mi atuendo? Je je, no me diga que no soy Gandhi, o Mandela, o la Madre Teresa de Calcuta).

Risa espiritual. Junto al Vice, afronta el “problema” de tener que recibir los besos de las mayorcitas; mujeres, a ese punto, agradecidas por la Renta Dignidad. El cambio merece sacrificios. —¿Me presta su idiosincrasia? Luego se la devuelvo. Qué trilingüe me siento. Hermanos, la naturaleza por encima de todo. Y la patria.

“Primero está la patria, antes que cualquier reivindicación sectorial”. ¿What? No marcharás, no bloquearás. No pedirás aumento salarial. Mandamientos plurinacionales. Antes, pensarás en la patria. El Vice, compañero de lucha, contrapuntea: No estamos para estados aparentes, estamos para integrales. Pan lactal y a la camucha.

A otra cosa. Al Príncipe español, de cuna ejemplar y sólidos lazos genealógicos, pudo haberle incomodado la admonición a los ministros de “que se olviden de la familia”. También les está vetado (a los ministros) el karaoke, para mayor tragedia. Familia y karaoke. Ataque directo al núcleo de la sociedad y al átomo de la diversión. Muy espiritual.

De vegetariano, nada. Obsesionado hasta el tuétano de la vaca, el Presidente de las poleras, cuán humano (y gustoso) es, tiene especial preocupación por el precio de la carne en los mercados. Todo dicho en el discurso de posesión, ningún invento.

En fin, aún se respira el aire sagrado de Tiwanaku, departamento de La Paz, cuatro años después. Ayer nomás el Presidente tomaba el bastón del poder y se apoyaba en el equilibrio aymara. Adoración, religiosidad andina. Los dioses están con él. Será porque él es uno de ellos. Un dios contemporáneo.

*Óscar Díaz Arnau

es periodista y escritor