Disidencia. El albañil Orlando Zapata, de 42 años, fue condenado en 2003 por desobediencia. Habla su madre: ‘Su muerte ha sido un asesinato premeditado’.
El prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata Tamayo.
Los derechos humanos en Cuba
Muere un preso político cubano tras pasar 85 días en huelga de hambre
MAURICIO VICENT | La Habana 24/02/2010
El prisionero de conciencia cubano Orlando Zapata Tamayo murió ayer en La Habana tras pasar 85 días en huelga de hambre, confirmaron fuentes de la disidencia, que acusaron al Gobierno de permitir su muerte premeditadamente. «Es una terrible tragedia, la muerte de Orlando fue perfectamente evitable. Puede considerarse que ha sido un asesinato con ropaje judicial», declaró anoche Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
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Sánchez explicó que desde hace días el estado de salud de Zapata era sumamente grave, y denunció que las autoridades esperaron hasta hace una semana para trasladarlo al hospital de la prisión del Combinado del Este, en La Habana, desde la cárcel donde cumplía sentencia en Camagüey. «Sólo a última hora fue ingresado en el Hospital Hermanos Almeijeiras, cuando ya era tarde», dijo.
El Gobierno cubano hasta el momento no ha hecho ningún comentario oficial, aunque en un hecho inusual, el Hospital Almeijeiras, de La Habana, confirmó a la agencia France Presse que el opositor había muerto alrededor de la una de la tarde (siete de la tarde en la España peninsular).
Por decisión de la madre de Zapata, Reina Luisa Tamayo, el entierro se realizará en la localidad oriental de Banes, 700 kilómetros al este de La Habana. Sánchez señaló que la madre se encontraba «muy afectada» y que no contestaba el teléfono.
Zapata, de 42 años, fue detenido en 2003 en el marco de la redada que llevó a 75 opositores a prisión acusados de conspirar con EE UU. Las condenas fueron muy altas, hasta de 28 años de cárcel, pero Zapata en realidad no pertenecía al llamado Grupo de los 75, sino que fue sentenciado a tres años de prisión por desacato, desorden público y desobediencia.
Fuentes del movimiento de derechos humanos aseguran que debido a su actitud de desafío a las autoridades en prisión fue acusado de nuevos «delitos» y así fue sumando condenas hasta casi una treintena de años. Zapata dejó de ingerir alimentos sólidos a principios de diciembre, en protesta por lo que describió como continuas golpizas de los guardias y otros abusos en prisión. Según Sánchez, las autoridades le dejaron agonizar durante semanas en celdas de aislamiento sin darle una atención médica adecuada.
Zapata era de raza negra y de profesión albañil. «Su procedencia era muy humilde, y desde hace tiempo familiares y prisioneros alertaban de su precario estado de salud y pedían que se le tratase como un caso humanitario», aseguraron ayer fuentes diplomáticas. Fuentes de la familia dijeron hace días que estaba siendo alimentado por vía intravenosa contra su voluntad. Su caso fue tratado por las autoridades españolas con funcionarios cubanos durante un encuentro bilateral en Madrid la semana pasada.
Según Sánchez, la muerte de un opositor al Gobierno de Fidel y Raúl Castro debido a una huelga de hambre sólo tiene como antecedente la del dirigente estudiantil Pedro Luis Boitel, a comienzos de los años setenta. «La diferencia es que entonces casi nadie se enteró y esto ahora va a ser un escándalo», dijo el activista de los derechos humanos.
La muerte de Zapata se produjo pocas horas antes de que aterrizara en La Habana el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en visita oficial. En vísperas de su llegada, 50 presos políticos cubanos dieron a conocer una carta en la que pedían a Lula que gestionara su libertad ante los Castro, con mención especial a Zapata. El País
CUBA | Llorando a un amigo
¡Así te voy a recordar, Orlando!
Tras la muerte de Zapata, su amiga Tania lo recuerda
‘Pero tú, Orlando, decidiste dar la vida por la libertad’, subraya Tania
Acusa a la dictadura de los hermanos Castro del asesinato
Orlando Zapata, segundo por la izquierda, en una rueda de prensa en La Habana en 2003
ELMUNDO.es
Por Tania Quintero | Lucerna (Suiza)
Con esa expresión risueña, tu mirada furtiva y la firme decisión de ayunar el tiempo que fuera necesario por la libertad de Oscar Elías Biscet y los presos políticos cubanos.
Tras 86 días de huelga de hambre, el preso político cubano Orlando Zapata Tamayo, falleció este martes 23 de febrero.
Tú, como los otros ayunantes, pertenecían a la Asamblea para Promover la Sociedad Civil, organización liderada por Martha Beatriz Roque Cabello, René Gómez Manzano, Félix Bonne Carcassés y Arnaldo Ramos Lauzurique.
Esa foto tuya ampliada, recortada y ahora difundida por medios internacionales de prensa, forma parte de esta otra que a continuación pueden ver. En ella apareces entre Gómez Manzano y Bonne Carcassés. Delante, Martha Beatriz. A la derecha, Nelson Aguiar Ramírez, esposo de Dolia Leal Francisco, otra mujer de armas tomar, Dama de Blanco como Reina Luisa Tamayo Danger, tu madre, a quien desde Lucerna envío mi más sentido pésame, igual que al resto de tu familia y amigos.
Si la memoria no me falla, esa foto fue hecha hacia el final de la primera semana de marzo de 2003, durante la conferencia de prensa que dieron en el apartamento de Dolia y Nelson, en la Calle 28 entre 17 y 19, Vedado, que fue donde iniciaron el ayuno. Unos días después, el 14 o 15 de marzo, se trasladaron para un apartamento más pequeño aún, en Humboldt entre O y P, La Rampa, y que fuera hogar del fallecido Jesús Yanez Pelletier.
También cubrí la segunda rueda de prensa, ya en el apartamento de La Rampa. Fue la mañana del lunes 17 de marzo, un día antes que el Departamento de Seguridad del Estado pusiera en marcha la más brutal represión desatada contra la oposición cubana pacífica, y que ha quedado conocida como lo que fue, una primavera negra.
Ese lunes, unas cincuenta personas se habían dado cita allí. Entre ellos, varios agentes de la Seguridad del Estado infiltrados en la disidencia y el periodismo independiente, vulgares chivatos cuyos nombres, Orlando, no vale la pena recordar.
De aquella mañana, prefiero recordar a mi buen amigo Arnaldo Ramos, hoy cumpliendo una condena de 18 años en la prisión Nieves Morejón, en Sancti Spiritus. Con Arnaldo estuve conversando buena parte del tiempo, unas veces en el balcón, otras en la escalera, siempre hablando en voz baja. Porque tanto Arnaldo como yo, sospechábamos de unos cuantos de los allí presentes. Casi todos con cámaras, tirando fotos destinadas a los archivos del DSE, siglas de la KGB y la Stasi criollas.
‘Decidiste dar la vida por la libertad’
A ti, Orlando, te recuerdo en el patiecito, al lado de otros ayunantes. Amable, tranquilo, risueño. Como eras. Como para mí seguirás siendo. Un hombre que pudo haberse casado, tenido hijos y tratado de sobrevivir con su familia en la isla-cárcel. Pero tú, Orlando, decidiste dar la vida por la libertad.
Ya Pedro Luis Boitel no está solo en el martirologio del presidio político cubano. Ahora tú le acompañas. Y junto a ustedes dos, otro asesinado por la dictadura de los hermanos Castro: Miguel Valdés Tamayo, negro, joven y valiente como tú!.
Habla la madre de Zapata: ‘Su muerte ha sido un asesinato premeditado’
DISIDENCIA | Falleció en una cárcel de Cuba
Efe
Agencias | Madrid
La muerte de mi hijo ha sido un asesinato premeditado», ha explicado la madre del preso político cubano, Orlando Zapata Tamayo, que falleció esta madrugada tras 86 días en huelga de hambre. «Lograron lo que ellos querían. Acabaron con la existencia de un luchador por los derechos humanos», ha agregado indignada.
Junto a la indignación y dolor de Reina Luisa Tamayo, el padrastro de Zapata, José Ortiz Molina, ha prometido que continuará con la lucha de su hijastro, que se encontraba en huelga de hambre para pedir una mejora de las condiciones de los presos en las cárceles cubanas. «Prometo continuar esta lucha por los Derechos Humanos en la isla tras su muerte», afirmó.
«Tenemos la fuerza de continuar esta lucha por los Derechos Humanos», aseguró Molina en declaraciones por teléfono al diario ‘El Nuevo Herald’.
Zapata, albañil de 42 años, formaba parte del grupo de 53 presos políticos que todavía continúa preso desde su detención en la denominada Primavera Negra en 2003 cuando las autoridades cubanas encarcelaron a un total de 75 disidentes del régimen, se convierte en el primer preso político que muere en cerca de 40 años para protestar por las condiciones de vida de los presos de conciencia en Cuba, tras la muerte del poeta y líder estudiantil Pedro Luis Boitel mientras mantenía una huelga de hambre en 1972.
Zapata dejó de ingerir alimentos sólidos el pasado 3 de diciembre para protestar por las palizas sistemáticas que recibían los presos políticos en la cárcel bautizada como Kilo 7, en la provincia de Camagüey.
Oleada de reacciones
Zapata, junto al resto de presos detenidos en la Primavera Negra, fue acusado de desacato, desorden público y desobediencia, delitos por los que fue condenado inicialmente a tres años de cárcel. Ya preso, las autoridades cubanas le imputaron nuevos cargos que elevaron su condena a 36 años de prisión.
Su muerte ha provocado una ola de reacciones. En España, todos los partidos políticas han destacado la ficura de Zapata como luchador de los Derechos Humanos. Todos han concidido en calificar su fallecimiento como «lamentable» y han destacado a Zapata como ejemplo «para todos los demócratas».
El fallecimiento de Zapata «constituye una muestra del apego del pueblo cubano a la libertad y la dignidad», así como «un admirable ejemplo de entrega y coherencia para los demócratas de todo el mundo», incluidos los españoles, ha afirmado el líder del PP, Mariano Rajoy.
Sin embargo, también ha habido muchas críticas al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, al que la mayoría de partidos le reprochan la política «permisiva» que ha mostrado al régimen cubano y al que exigen mayor dureza y condena.