Las mafias son las primeras en florecer cuando los Estados desaparecen o están en proceso de ser aniquilados o por la economía o por sus descuartizadores.
RECUERDOS DEL PRESENTE
Humberto Vacaflor Ganam | La Prensa
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El año pasado, la revista Forbes tuvo que dar explicaciones por haber incluido en la lista de los más grandes millonarios del mundo al narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán.
La explicación fue necesaria porque era la primera vez que en la lista de supuestos honorables millonarios se colaba el nombre de un narcotraficante, perteneciente a la escala de los más execrables empresarios.
La revista respondió a los críticos con un argumento que podría ser usado por todos los periodistas del mundo, de aquellos que defienden la libertad de expresión: “No disparen contra el mensajero. Es un error atacar al mensajero sólo por informar los hechos. Forbes no investiga el origen de las fortunas, sólo las informa”.
Se le podría añadir muchos otros alcances a este argumento. No proscriban ni decreten la muerte civil de los críticos: traten de argumentar.
Pero volvamos a las fortunas. La lista de los diez más grandes millonarios de la historia es muy diferente a la que uno se imagina. Bill Gates no figura en la lista.
Encabeza esta lista John Rockefeller, con sus 325.300 millones de dólares. Y le siguen Andrew Carneige 298.300 millones, el Zar Nicolas II con 253.200 millones y otros. El apellido Vanderbilt aparece dos veces en la lista. En el octavo lugar está el romano Marco Licinio Craso (año 52 a.C.), con sus 170 millones de sestercios (169.800 millones de dólares). El primero es petrolero, el segundo siderúrgico y el tercero monarca.
En la lista no figuran los “narcos”. No es que tengan menos dinero: sus fortunas son de dimensiones desconocidas. El aporte realizado por Forbes fue haber intentado desentrañar este misterio, pues atribuyó al “Chepo” una fortuna de 1.000 millones de dólares.
Hay otro nombre que pugna por colarse entre los grandes millonarios del mundo, de los que tienen fortunas de origen supuestamente legal. Es el de Vladimir Putin, el primer presidente de la Federación Rusa, tras el derrumbe estrepitoso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1989.
Aunque la fortuna, estimada en 40.000 millones de dólares, de este político ruso es atribuida a sus negocios en el sector petrolero, tiene un fuerte tufillo a mafia.
Las mafias, como se sabe, son las primeras en florecer cuando los Estados desaparecen o están en proceso de ser aniquilados o por la economía o por sus descuartizadores. Un reportaje del History Channel sobre la mafia rusa dejó colgando la pregunta de si tras el socialismo sobrevino la democracia en Rusia o simplemente se trata de un país gobernado por “el mundo de los ladrones”.
Éste es el nombre que tiene la mafia rusa desde los tiempos del zarismo, de Nicolás II. El nombre viene de la actividad parecida a la de Robin Hood que tenían estas organizaciones tanto contra el zarismo como contra los soviets.
¿Cómo vamos por casa? Aquí se dice que Sánchez de Lozada tiene 200 millones de dólares. En el ránking mundial, es un monto despreciable. Lo que no se sabe es cuánto tienen los narcotraficantes bolivianos. Lo único que se sabe de ellos es que generan unos ingresos que han sido capaces de crear un clima económico muy parecido a la bonanza.
Se dice que la mafia rusa ha llegado mucho más lejos que los soviéticos y su proyecto socialista.
Periodista