El tiempo está aclarando muchas cosas


Los 400 mil votantes observados que votaron igual, en realidad no existen y el tan cacareado “64 por ciento” de Evo no es tal y si no ¿por qué no regularizan su situación en el padrón?

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La Paz. Reclamo de los «observados» en noviembre de 2009 (foto La Prensa)



Algo muy raro pasa en el ahora Órgano Electoral Plurinacional y existen algunos aspectos que no pueden menos que arrojar razonables dudas sobre el resultado de las elecciones realizadas en diciembre del pasado año.

Las dudas giran en torno a los 400 mil votantes que antes del seis de diciembre de 2009 fueron observados por el Órgano Electoral y que luego, debido a intensas presiones del oficialismo, fueron nuevamente habilitados. Se dijo que las observaciones se debían a que estos no contaban con certificado de nacimiento y no resultaba fácil indicar la forma en la que obtuvieron su cédula de identidad para inscribirse, aunque todos los dedos apuntaron hacia el programa de carnetización gratuita manejado con recursos y personal venezolano.

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Se dijo que estos observados podrían votar en las elecciones generales pero para volver a hacerlo en abril, deberían, necesariamente, reinscribirse esta vez portando todos los documentos que acrediten su ciudadanía y todos saben que el documento fundacional es el certificado de nacimiento.

El que no tiene certificado de nacimiento, sencillamente no existe y naturalmente surgen serias dudas sobre la forma en la que obtuvo la cédula de identidad y las razones por la que se lo otorgaron.

Sucede que el Órgano Electoral había calculado que debían inscribirse algo más de 400 mil votantes. Esto quiere decir que los 400 mil observados debían regularizar su inscripción a los que debían sumarse aquellos que hayan cumplido la mayoría de edad entre diciembre de 2009 y abril de 2010.

Sucede que de acuerdo a los datos del OEP solo se han inscrito el diez por ciento de los potenciales nuevos votantes lo que lleva a inferir varios aspectos que podrían cuestionar los resultados de las últimas elecciones .

En primer término cabe preguntar el por qué los 400 mil observados no se preocuparon por regularizar su inscripción ya que tenían el tiempo suficiente para hacerlo, además de los mecanismos necesarios.

Para las últimas elecciones generales el crecimiento de la población en edad de votar fue repentino e impresionante y casi sobrepasó el 50 por ciento del total de habitantes , lo cual es realmente inusitado en cualquier parte del mundo. Se atribuyó esta situación al alto espíritu cívico y democrático de la población.

Sin embargo, sospechosamente, ese “espíritu cívico”, desapareció tan repentinamente como apareció y de acuerdo a los datos del OEP, los inscritos apenas alcanzan al diez por ciento de los previstos.

Si se toma en cuenta estos elementos, no es exagerado suponer que los 400 mil votantes en realidad no existen y que pudieron votar gracias a una muy bien montada maquinaria de fraude y que el tan cacareado “64 por ciento” del MAS, en los hechos no es tal; que esos 400 mil votantes ficticios contribuyeron en gran manera a que el partido gobernante alcance ese porcentaje.

Los vocales del Órgano Electoral Plurinacional deben entonces explicar claramente este aspecto si es que quieren conservar la poca credibilidad que aun les queda.