En 18 días hubo 4 linchados y 13 tentativas en 3 regiones


Agresiones: Los hechos se produjeron en los departamentos de La Paz, Cochabamba y Oruro. La Fiscalía admite que hay retardación de justicia.

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Venganza: pobladores de Vacas se aprestan a ahogar a un presunto asesino.



De acuerdo con reportes oficiales de la Policía, cuatro personas fueron linchadas y otras 13 sufrieron intentos fallidos en 18 días en los departamentos de Cochabamba, Oruro y La Paz.

El más reciente intento de linchamiento ocurrió ayer en El Alto, donde vecinos de Villa Dolores F ataron a Johnny M. (18) a un poste de energía eléctrica tras encontrarlo en flagrancia mientras robaba una casa.

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En los primeros 18 días de febrero, en la capital del valle murieron tres jóvenes, y una mujer fue quemada en el sector norte de El Alto, mientras que tres jóvenes sufrieron un fuerte castigo físico en Oruro.

Los datos dan cuenta de que en 2005 se cometieron siete ejecuciones sumarias, en 2006 hubo diez, en 2007 se cita 48 casos, y 46 en 2008. Según informes policiales, entre enero y diciembre de 2009 se registraron 15 hechos de este tipo: siete decesos ocurrieron en barrios de El Alto, uno en La Paz y tres en el departamento de Cochabamba.

De acuerdo con autoridades policiales y el fiscal de Distrito Fernando Ganam, esta conducta está vinculada a la falta o retardación de justicia. Los pobladores no creen que ésta resolverá sus demandas, a lo que se suma la inoperancia del sistema, dijo Ganam.

Un investigador de la FELCC de La Paz, que pidió guardar su nombre en reserva, explicó que “la gente prefiere matar a los delincuentes antes que entregarlos a la Policía por los robos que sufren, sobre todo en zonas periféricas”.

El caso de Rosa Huanca Mamani llamó la atención de la FELCC. El sábado, la víctima, después de haber sido torturada por más de cuatro horas, fue quemada en una hoguera alimentada con llantas de goma en el multifuncional del barrio Mariscal Sucre.

La mujer pidió clemencia al aducir que era madre de seis hijos y robaba para alimentar a los niños. No le creyeron. Fue sorprendida al robar un televisor en blanco y negro y dos frazadas.

El segundo hecho ocurrió el mismo sábado de Carnaval, a las 04.00, en la zona Santiago II.

Un hombre alertó al vecindario de haber sufrido un atraco. Los vecinos capturaron a cinco personas que estaban en una vagoneta. Los cinco fueron golpeados y posteriormente los vecinos quemaron el auto. Los sindicados sobreviven y quedaron en libertad.

A las 05.00 del 1 de febrero en Quillacollo, Cochabamba, Emigio Negrete Gallego (18) fue golpeado por una turba que supuestamente lo sorprendió al robar en una vivienda.

Al cabo de una hora, la Policía lo rescató aún con vida, pero falleció cuando era trasladado a un hospital.

En una quinta de Vinto, dos jóvenes identificados como Marcial (25) y René (29) M.V. fueron sindicados de delincuentes y apuñalados.

El 3 de febrero en la urbanización El Paraíso, de Oruro, Juan Carlos F. C. “Rolando”; Freddy F. C., “Loco”, y Zenón V. M. fueron agredidos por los vecinos por haber robado material de construcción.

En Marquina, Quillacollo, el 4 de febrero cuatro personas fueron atrapadas mientras robaban.

La Policía evitó el linchamiento. Germán M. F. (45), sus hijos Germán (22) y Diego (20), y Eliazar P. G. (29).

Un fiscal admite que es una reacción a la lentitud de la justicia.

Un crimen por encargo en Vacas

El asesinato de una mujer en Pila Witu, municipio de Vacas, a unos 80 kilómetros de Cochabamba, enardeció a cerca de 700 pobladores. La tarde del 16 de febrero, ella había sido degollada y apuñalada seis veces en la espalda.

Tuvieron el afán de ajusticiar al sospechoso Rubén S. V. (26), quien, después de una noche de tortura, confesó que Tito, Lidia y Flores C. H. lo habían contratado para matar a Emilia Waman Cruz (50), una curandera que un año antes no había aplicado un adecuado tratamiento a su madre, quien falleció.

Emilia Waman Cruz y la progenitora de los asesinos intelectuales eran primas, por lo que éstos pueden resultar beneficiados con la muerte por la herencia de unos terrenos. El criminal huía con manchas de la sangre de su víctima cuando la comunidad lo acorraló, torturó y retuvo, pero cuando estaba a punto de lincharlo corrió el rumor de que llegó la Policía y lo salvó. La Prensa.