Latinoamérica, otra vez oscila hacia la derecha

Ideologías. Hasta hace un tiempo, la tendencia indicaba que el continente viraba rumbo a gobiernos socialistas; los cambios de timón en 2010 muestran un panorama distinto. La derecha recupera Panamá, Honduras y Chile, y podría ratificarse en Colombia y Latinoamérica, otra vez oscila hacia la derecha.

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Por Avendaño Luis Fernando – Los Tiempos – 8/02/2010



Si hace unos cinco años, el análisis parecía indicar que Latinoamérica viraba hacia la izquierda, hoy podemos afirmar lo contrario, o al menos, que la derecha recupera ciertas plazas en el continente, como Panamá, Honduras y Chile. Y los considerados gobiernos de “izquierda moderada” de Brasil y Argentina no parecen tener una continuidad asegurada. Además, se vienen nuevos gobiernos de continuidad conservadora en Costa Rica y Colombia.

A la victoria del derechista Ricardo Martinelli el año pasado en Panamá, hay que añadirle la reciente posesión del hacendado Porfirio Lobo en Honduras; la próxima asunción en marzo del también electo empresario ultraderechista Sebastián Piñera en Chile, y, de confirmarse la victoria de este domingo, el relevo de la centro derecha en Costa Rica, en la persona de Laura Chinchilla, sucesora de Óscar Arias. Además, si la Corte Constitucional de Colombia da luz verde a un referéndum, el derechista Álvaro Uribe, favorito en las encuestas, podría asumir el poder por tercera ocasión consecutiva en ese país. De cualquier manera, así la Corte le negase la oportunidad, no se vislumbra en Colombia un candidato que pueda mover el péndulo hacia sistemas de gobierno que no sean de continuidad.

En Perú, el aprista Alan García se ve fortalecido en el flanco derecho, después de que su rival de izquierda Ollanta Humala, quien casi gana las elecciones en 2006, se encuentra actualmente con bajo perfil.

Otros gobiernos que están próximos a arriar las banderas de la izquierda son Brasil y Argentina, países cuyos gobiernos se autodenominan más de “izquierda moderada”. En el primero, el popular Luiz Inázio Lula da Silva, pasa la posta de la candidatura a Dila Rosseuf, quien, según las encuestas, es superada actualmente por el gobernador de Sao Paulo, José Serra.

Para consuelo del oficialismo, aún queda mucho por recorrer hasta octubre, fechas de las elecciones.

En tanto que en Argentina, los esposos Kirchner, no se encuentran en su mejor momento y el retorno de Néstor Kirchner se ve eclipsado por la preferencia de los argentinos hacia candidatos opositores. Donde los izquierdistas moderados sí lograron continuidad es en Uruguay, donde José Mujica, del Frente Amplio, uruguayo, tras ganar las elecciones de noviembre pasado, se prepara para relevar en el mando, en marzo próximo a Tabaré Vásquez, que concluye su gestión con el 70 por ciento de popularidad.

En el lado de la izquierda radical, en Bolivia, Evo Morales, acaba de ser investido para su segundo período constitucional con más de dos tercios en el Órgano Legislativo Plurinacional, mientras que Hugo Chávez, en Venezuela, tiene la gestión asegurada hasta 2013 (aunque en medio de una gran crisis de popularidad), junto con Rafael Correa, en Ecuador, y Daniel Ortega en Nicaragua. Junto con Cuba, son los países que aún conforman la Alternativa Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América (ALBA), una opción económica ideológica que se conformó en contraposición con el ALCA de Estados Unidos.

Su ideología de izquierda radical ha marcado sin embargo, la antítesis de los gobiernos que buscan estabilidad, tales como Brasil, Argentina, Chile e incluso El Salvador, cuyo presidente recientemente posesionado Mauricio Funes, pese a ser postulado por un partido ex guerrillero (Farabundo Martí de Liberación Nacional), declaró ser de izquierda, pero más de la línea de Lula que de Chávez.

Un análisis de Álvaro Vargas Llosa, publicado en enero pasado en varios medios de comunicación concluye que, en teoría, algunos de los gobernantes en ciernes se proponen hacer de América Latina un espacio con más dinamismo empresarial y económicamente más diversificado: la región sigue dependiendo demasiado de los recursos naturales, sus niveles de inversión son demasiado bajos en comparación con otros “recién llegados” a la carrera del desarrollo y sus estándares educativos continúan siendo paupérrimos. Pero no hay ninguna garantía de que el cambio de tendencia dará pie a unas reformas de fuste. Al igual que sus adversarios socialdemócratas, los centroderechistas de América Latina tienden a perderse en la placidez aparente de la situación actual. Muchos parecen haber agotado sus ambiciones reformistas con la liberalización y la privatización de los años 90, que la corrupción en parte estragó.

Relevos en América Latina

Confirmados

Confirman cambio ideológico Chile, Panamá y Honduras, mientras que Bolivia y Uruguay hay gobiernos de continuidad

Probables

Hay probables cambios en Brasil y Argentina. Costa Rica y Colombia apuntan a la continuidad, pero faltan confirmaciones

Socialistas a la europea

“Socialistas a la europea”, así es como califica el analista Elvio Baldinelli, en un artículo publicado también en varios medios en enero pasado, a gobiernos autodenominados de izquierda moderada: Brasil, Uruguay, Argentina y, hasta la fecha, Chile.

Flamean las banderas del socialismo, pero en los hechos, rige la democracia, la economía de libre mercado y sus relaciones con Estados Unidos son excelentes, tal cual ocurrió con Tabaré Vásquez (Uruguay), Luiz Inázio Lula da Silva (Brasil), Cristina Fernández (Argentina) y Michelle Bachelet (Chile). Es más, Álvaro Vargas Llosa ni siquiera los ve como gobiernos de centro izquierda “como coquetamente” se presentan”, sino como centro derecha. Exceptuando Uruguay, donde José Mujica asumirá en marzo próximo con el rótulo de izquierda, los otros países de este grupo viran hacia la derecha, y ya comenzó con Chile, donde Sebastián Piñera asumirá en marzo próximo, y todo indica que no habrá cambios sustanciales en cuanto al ejercicio de la democracia, la vigencia del neoliberalismo y las relaciones con Estados Unidos.

Todo lo contrario de los socialistas “duros”, como Venezuela, Cuba, Bolivia, Ecuador y Nicaragua, que se declaran enemigos del neoliberalismo y del libre mercado. Justamente, estos países son los que conforman el bloque de la ALBA.

FUERZAS

La balanza se inclinaría en contra de Chávez

Si la transición ideológica continúa en América Latina, el gran perdedor de esta balanza de fuerzas será Hugo Chávez.

Para Álvaro Vargas Llosa, Chávez se ha beneficiado de tres factores: que desaparecerían de confirmarse el cambio ideológico.

Brasil dejaría de complacer sus caprichos; Chile abandonaría su ambigüedad frente al intervencionismo exterior de Venezuela y Argentina podría privar a Chávez de buena parte de su espacio político.

Como consecuencia, Chávez dejaría de ejercer presión sobre Colombia y Perú, y también sobre Evo Morales a quien, según Vargas Llosa, delega las provocaciones a Perú.

Andrés Oppenheimer, en tanto, en su habitual “informe”, considera que, de momento, Chile, con Piñera al mando, no creará un bloque antichavista junto con Colombia, Perú, México, Panamá, Costa Rica y Honduras para enfrentar el expansionismo venezolano en la región.

Piñera será pragmático y defensor del capitalismo, pero tratará de no entrar en peleas personales con Chávez ni con otros miembros del bloque Bolivariano.

Una alianza de Piñera con Colombia levantaría el fantasma del militarismo y las violaciones a los derechos humanos en muchos sectores chilenos; una coalición con Perú sería difícil por la disputa fronteriza que existe entre ambos países; un bloque antibolivariano con México es poco probable, porque el país norteamericano está demasiado consumido por su guerra contra el narcotráfico, y una asociación con el presidente centro-derechista de Panamá, el magnate Ricardo Martinelli, sería criticada en Chile como un club de millonarios.

Pero esa situación podría cambiar si el candidato de centro brasileño José Serra gana las elecciones presidenciales de octubre y Brasil deja de apoyar como lo hace ahora a Chávez. Pero por ahora, Piñera será pragmático.

HABITANTES

Para el año 2006 la población de América Latina llegaba a 550 millones de los cuales 227 millones habitaban en los países considerados aquí como liberales o conservadores, 208 millones en los llamados socialistas al estilo europeo, 63 millones en los socialistas duros y 52 millones en los No alineados.

Fueron considerados países con gobiernos liberales o conservadores Colombia, Costa Rica, Guatemala, Haití, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Perú y la República Dominicana con el 41% de los 550 millones totales; fueron considerados socialistas al estilo europeo Brasil, Chile y Uruguay con el 38% de la población total; socialistas duros Bolivia, Cuba, Ecuador, Nicaragua y Venezuela con el 11% del total y no alineados Argentina, El Salvador y Paraguay con el 10% del total.

Tal como puede verse los gobiernos de los países considerados conservadores o liberales sumados a los socialistas de tipo europeo significaron el 79 por ciento de la población de América Latina mientras los que tienen gobiernos clasificados como de socialismo duro sólo significaron el 11 por ciento.