Hay que quedar bien a como de lugar, aunque en el intento se haga el ridículo. Resulta ahora que la dipsomanía de Patzi es culpa de la oposición, que también fue la culpable de los innumerables casos de corrupción en el gobierno como el de YPFB, según el propio Evo Morales. Esa es la peculiar interpretación que hace el “vocero extraoficial” del gobierno Jorge Silva sobre la última trapisonda de Patzi.
Foto. Son los seguidores de Félix Patzi que defendieron hasta el final su candidatura. Auténticos indígenas que difícilmente pueden ser de la «derecha opositora».
Silva muy suelto de cuerpo y sin ponerse un poquito rojo dijo que el tema de Felix Patzi es un “show mediático” montado por la “derecha opositora” que no descansa en su funesto propósito de desestabilizar al gobierno de Evo Morales.
La verdad es que Silva tiene una exuberante imaginación que de manera frecuente le juega malas pasadas. Ahora resulta que es la “derecha opositora” la que llevó a farrear casi hasta la inconsciencia a Patzi cuando se sabe que al sociólogo e ideólogo indigenista solo basta hacerle oler para que se desaten sus báquicas inclinaciones y se niegue a soltar los tragos a los que sindica de ser los inspiradores de sus llamativas teorías.
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Si nos atenemos a la versión Silva, es la “oposición” la que llamó a la policía y la que convocó a una conferencia de prensa para denunciar con proporciones de escándalo que Patzi se tomó hasta el agua del florero y conducía en ese estado su vehículo. Es más, habría sido la ”oposición” la que informó el retiro inmediato de la licencia de conducir de Patzi y el retiro de su postulación como candidato a prefecto del departamento de La Paz.
Pero no es cosa solo de reprochar que el llunku» (adulador) Silva permita que su imaginación se desborde. En primer lugar, la “oposición” debiera sentirse halagada. Le está reconociendo aptitudes que no tiene.
Si la oposición aún no da pie con bola y difícilmente se le hubiera ocurrido montar una acción como la que le atribuye Silva. Es más, ni siquiera está atinando a utilizar de manera política este caso, como hubiera hecho una oposición que se respete. Solo hay que preguntarse la forma en que el MAS hubiera usado y abusado un tema como este si el involucrado hubiese sido un opositor.
Por tanto si existió una conspiración los orígenes de esta deben ser buscados en el seno mismo del partido gobernante y que además ya tienen nombre y apellido, los «k´aras» Llorenti y Garcia Linera, según denunció Patzi, la «victima».
No deja de sorprender tampoco que el presidente Evo Morales esté descubriendo a hora nona los malos manejos en que incurrió don Felix cuando era secretario general de la prefectura paceña cuando estos eran vox populi y se cometían ante las narices del prefecto Pablo Ramos, que en otro tiempo (muy lejano) era un respetado profesional académico.
Evo dijo que la actitud de Felix Patzi “huele” a corrupción pero lo cierto es que el mal olor proviene del MAS y, lo que es peor, de su círculo más íntimo y de sus acólitos dirigentes como el «hermano» senador Surco, cuyas trapisondas- atentado a su esposa, empresario del transporte de la noche a la mañana y ahora vagoneta chocada con coca ilegal de por medio-, son mas hediondas que las del infortunado sociólogo aimara.