¿Cuándo se «jodió» el sindicalismo?


Un logro indiscutible del actual gobierno es el de haber prostituido hasta extremos inimaginables la función sindical. En la actualidad no es raro ver a “dirigentes sindicales” que transitan, prepotentes, por las calles a bordo de lujosos vehículos, en algunos casos con numerosos guardaespaldas. En realidad evocan más a los capos de la mafia que a dirigentes de obreros y campesinos.

imageEl presidente Morales, en la promulgación de la Ley de Régimen Electoral Transitoria, rodeado de los dirigentes Pedro Montes, Fidel Surco (der), Isaac Avalos (izq), entre otros. Fue en abril de 2009 (foto Abi)

El MAS ha creado una infinidad de organizaciones sindicales cuya legitimidad resulta dudosa. En otros casos, como sucede con la otrora gloriosa Central Obrera Boliviana, ha optado por comprar a los dirigentes dándoles todo tipo de prebendas que naturalmente no llegan a las tan mentadas “bases”.



La independencia de clase es un componente fundamental en las históricas luchas de los trabajadores por sus derechos y reivindicaciones. Esto significa que los trabajadores debían mantenerse al margen de cualquier esquema gubernamental y luchar por alcanzar sus propios objetivos.

Consecuentes seguidores de esa línea fueron, entre otros,  los dirigentes mineros Federico Escóbar Zapata, Isaac Camacho, César Lora, Rosendo García, «Huracán» Ramirez; el campesino Genaro Flores y el fabril Oscar Sanjinez (cuyo hijo utilizó su nombre para conseguirse un cargo de cónsul del actual gobierno en Argentina), quienes vivieron pobres y murieron pobres. No habría habido peor afrenta para ellos que algún gobierno les ofreciera dinero o una peguita.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Sin embargo los tiempos han cambiado y para peor. La nueva camada de dirigentes entre ellos el propio secretario ejecutivo de la COB, Pedro Montes; el gremialista, ex dirigente de la COR El Alto, Edgar Patana; el dirigente de los colonizadores, Fidel Surco, de los campesinos, Isaac Avalos, el propio Iván Canelas (dirigente del gremio de los periodistas) y otros más, han visto la función sindical, ejercida muchas veces en forma ficticia, como el trampolín para saltar hacia cargos burocráticos y parlamentarios o, sencillamente, recibir dinero en efectivo a cambio de sus servicios.

image

La Aduana Nacional fue durante mucho tiempo el botín de las dictaduras o de los partidos políticos que se alternaron en el ejercicio del poder y en este aspecto la situación no ha cambiado mucho. Ahora lo es de falsos dirigentes sindicales que se han puesto al servicio del gobierno del MAS. La diferencia podría consistir en que antes se sabía que se estaba haciendo algo irregular y se lo trataba de ocultar; ahora el asalto es desembozado y hasta con cobertura legal.

Que el requisito fundamental y más valorado para optar al cargo de director de la Aduana sea el haber ejercido una función sindical es patético y podría mover a la risa si es que no se tratara de un asunto sumamente grave. Resulta ahora que la formación profesional no sirve para nada y que es mejor ser dirigente sindical para optar a un cargo técnico. La cosa se agrava más si sabemos la catadura y características mafiosas de los actuales dirigentes sindicales.

El propio presidente Evo Morales reconoció que la Aduana fue cuoteada durante su gobierno por los dirigentes sindicales y de las llamadas «organizaciones sociales» pero de la constatación del hecho no pasó ni mostró mayor preocupación. Es más, pareciera que está dispuesto a doblar la dosis esta vez con la aprobación de una “asamblea legislativa plurinacional” que acata todas sus disposiciones y ya prepara una ley para «legalizar» el asalto a la Aduana.

Por de pronto, las puertas de la Aduana están abiertas para los dirigentes sindicales venales y corruptos. Profesionales capacitados y honestos, por favor abstenerse.