De misses, cunumis y racismos

Ocuparse de Gloria Limpias hasta da flojera, pero para Carlos Valverde, que tendría un mejor programa de Tv si éste durara sólo una hora, es un tema serio.

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Agustín Echalar A.*, La Razón



Las pretensiones del Gobierno de que el certamen de Miss Universo se realice en Bolivia han sido uno de los planes más absurdos de los últimos tiempos, no sólo por lo que cuesta y por lo que significa ese certamen, sino por lo reñido que está el espíritu del mismo con lo que pregona el actual Gobierno. He llegado a pensar que la abuela del canciller Choquehuanca se ha sometido a un tratamiento de botox, y que por eso, el campeón del vivir bien no pudo leer adecuadamente las difuminadas arrugas de la anciana y ha terminado en un estúpido plan que luego ha querido justificar diciendo que era para fomentar el turismo.

El asunto podría quedar allí, una propuesta ridícula, que fue abortada a tiempo, pero el asunto de las misses es, por lo visto, un tema importante en Santa Cruz, y Carlos Valverde, el animador y opinador de televisión más visto y más polémico de la capital oriental, se ha lanzado con fuertes adjetivos no sólo respecto del hecho, sino al accionar de la empresa de modelaje que es la representante de ese millonario negocio que es el Miss Universe.

La cosa ha ido a peores, y se ha producido una sarta de golpes e insultos entre la matrona de la belleza artificial de Bolivia y el periodista de marras, lo cual nos han demostrado el bajo nivel y el primitivismo de ambos contendientes.

Ocuparse de Gloria Limpias hasta da flojera, pero para Carlos Valverde, que tendría un mejor programa de televisión si éste durara sólo una hora, es un tema serio. Pese a su coprolalia, pese a su vulgaridad, es uno de los elementos más valiosos del panorama de opinión de nuestro país. Es un hombre valiente e íntegro, que no tiene miedo y que se ha enfrentado con igual fiereza a los logieros de Santa Cruz y a las ilegalidades de este Gobierno autoritario. Por eso, porque es un actor de gran importancia, es que el insulto que le ha lanzado a Limpias tiene una peor resonancia.

¡Cunumi de mierda! resume de una manera contundente el racismo y la prepotencia que tanto daño le ha hecho y le hace al país. Es una expresión que no ofende a la destinataria, sino a los bolivianos; mejor dicho, a todas las personas de bien. Micrófonos y cámaras no pueden ser utilizados para lanzar consignas racistas.

Valverde se ha hecho un enorme daño, y le ha hecho un gran daño al país; se ha autodescalificado a partir del tema que el Gobierno utiliza para minimizar cualquier crítica, vale decir, el supuesto racismo de quienes lo interpelan.

Valverde tiene que disculparse, ¿le alcanzará la bonhomía?

Agustín Echalar

es periodista independiente.