¿Es en serio Presidente?


Pretende imponer el “patria o muerte…..” a las FFAA, es decir la subordinación a una ideología y a un partido y no a los intereses permanentes de Bolivia.

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Si hay una consigna que identifica plenamente a la Revolución Cubana esa esa de “patria o muerte, venceremos”. Evoca a los barbudos guerrilleros de la Sierra Maestra que se alzaron contra la tiranía de Fulgencio Batista y que se rodearon de un aura mítica que lamentablemente se está diluyendo con el paso del tiempo y el régimen de los Castro.



La verdad es que resulta muy difícil determinar cuando Evo Morales habla en serio o cuando sus palabras son producto de su afiebrada imaginación e incontinencia verbal. Se trata de un enigma que resulta muy difícil de resolver pero de entrada se puede decir que existen ocasiones en las que sencillamente se le va la mano.

Es muy probable que a Evo no le haya ocurrido meditar sobre el significado de su intención de cambiar el actual lema de las Fuerzas Armadas, “subordinación y constancia” por el característico de la Revolución Cubana. Muchos pueden atribuir esta situación a la simpleza con la que actúa por lo general el presidente, sin embargo existen situaciones que lindan en lo demencial por cuanto pueden generar graves crisis dentro de la institución castrense.

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En la muy cuestionable Constitución aprobada por el MAS con la sangre de los muertos de La Calancha se menciona a la wiphala como un “símbolo” del “Estado Plurinacional”. Sin embargo hasta ahora los masistas no se han atrevido a imponer su uso dentro de las Fuerzas Armadas. Es claro que equiparar la wiphala con la tricolor ocasionaría un rechazo casi absoluto por razones muy comprensibles. En primer lugar porque la wiphala solo identifica a un sector de la población boliviana: la aymara, y en segundo porque la tricolor acompañó a los soldados bolivianos en los campos de batalla desde la guerra del Pacífico, en el Acre y en la Guerra del Chaco. Los símbolos no son creados y mucho menos aceptados de la noche a la mañana, así se lo establezca en una Constitución cuya duración será la misma que la del gobierno del MAS.

En el caso de la pretendida nueva consigna, el asunto adquiere contornos más graves. No hay más que preguntar como se sentiría un oficial boliviano al gritar una consigna propia de aquellos a los que combatió en la guerrilla de Ñancahuazú.

Por otra parte el “patria o muerte…..” significaría que las Fuerzas Armadas se están subordinando a una ideología y a un partido y no a los intereses permanentes de la Nación.

No es que pretendamos que Evo haga propuestas racionales pero lo menos que se le puede pedir es que medite algo lo que habla, al fin y al cabo se trata del presidente del Estado Plurinacional y todo lo que dice, naturalmente tiene una repercusión.

Si seguimos a este paso no deberá extrañarnos que a corto plazo se exija a las Fuerzas Armadas que con el puño levantado presten un juramento de lealtad a la persona de Evo Morales reproduciendo una actitud característica de los gobiernos totalitarios.

De igual forma llama la atención la rapidez y la manera irreflexiva con la que un excomandante militar y actual senador del MAS aparece apoyando la propuesta presidencial. Entendemos que la sumisión, antes que la subordinación es la regla dentro del oficialismo, pero de un jefe militar, así tenga los antecedentes de Freddy Bersatti, podría esperarse que por lo menos intente una defensa de los símbolos y valores que le enseñaron a respetar.

De Bersatti es preciso recordar que en su condición de comandante del Ejército se comportó de manera rastrera con Hugo Chávez durante una alocución que hizo este desde las ruinas de Tiahuanacu, a las pocas horas que Evo Morales asumió el mando de la Nación. Esa actitud le valió convertirse en persona de confianza del entorno evista, que se olvide su participación durante los sucesos de octubre de 2003  en el gobierno de Goni y ser nombrado posteriormente cónsul general de Bolivia en Chile.

Alguien debiera explicar al general Bersatti que la subordinación es la actitud correcta de todo militar y que la sumisión, por el contrario, es la característica del advenedizo y cobarde.